Ante la creciente preocupación popular por la falta de bienestar animal, por la
situación medio ambiental y por la cuestionada falta de calidad alimenticia de
la agroindustria y sus productos, se han desarrollado algunas alternativas productivas
y, entre ellas, la producción porcina ecológica.
Actualmente, producción
porcina ecológica es aquella cría de cerdos que se rige por las distintas normativas
referentes a la producción animal ecológica y, en nuestro caso, por el Reglamento
(CE) Nº 1804/1999 del Consejo de 19 de julio de 1999 (1804/1999/CE) que completa
el Reglamento (CEE) Nº 2092/91 del Consejo de 24 de junio de 1991 (2092/91/CEE).
Dichos reglamentos europeos, aplicables en todos los estados miembros, engloban
el conjunto de normas mínimas para que un producto sea calificado de ecológico
y, como tal, lleve el distintivo regional correspondiente.
La cría de cerdos ecológicos
supone un conjunto de cambios en los elementos productivos (alimentación, manejo,
sanidad, etc.) destinados a producir una carne de alta calidad mejorando la situación
medio ambiental, el bienestar animal y la prevención sanitaria de enfermedades.
Origen de los animales
Es recomendable escoger
razas adaptadas a la zona de producción y con cierta rusticidad, del mismo modo
que es muy importante el diseño de unas líneas genéticas que aseguren un producto
final de alta calidad. Razas semirústicas pueden permitir cierta prevención sanitaria
sin suponer una marcada reducción de productividad.
La normativa vigente y,
de manera temporal, permite determinadas introducciones de reposición procedente
de granjas convencionales.
Alimentación
La alimentación en producción
ecológica debe asegurarse por medio de piensos ecológicos y está destinada a garantizar
la calidad de la producción y no a incrementarla hasta el máximo. Esta premisa
juega un papel importante en asegurar la calidad medio ambiental de la producción.
Las materias primas, minerales, oligoelementos, vitaminas y aditivos en general,
permitidos en la fabricación de pienso ecológico están estrictamente regulados
y clasificados por la regulación vigente mientras que los antibióticos, coccidiostáticos
y factores de crecimiento quedan prohibidos. Es obligatorio añadir forrajes comunes,
frescos, desecados o ensilados a las raciones diarias de los cerdos. Las fórmulas
alimenticias adecuadas y la utilización de materias primas y de agua de alta calidad
son puntos claves en términos de prevención sanitaria y de productividad.
Actualmente, si no se
dispone de los medios y cultivos necesarios para fabricar el pienso en la propia
finca, la alimentación en producción porcina ecológica es, probablemente, el elemento
que aumenta más los costes de producción, ya que los piensos ecológicos comerciales
tienen un alto precio. Puede resultar interesante comprar pienso ecológico comercial
para los lechones de hasta 10-12 semanas y para las cerdas nodrizas. El pienso
de gestación y engorde puede ser más fácilmente elaborado mediante mezclas equilibradas
de trigo, cebada, triticale y guisante cultivados en la propia finca. Además se
puede usar un complemento comercial para enriquecer la fórmula.
La alimentación de los
lechones deberá basarse en leche materna natural hasta los 40 días de edad aunque
puede resultar interesante realizar lactaciones de hasta 7 semanas con el objetivo
de minimizar los problemas sanitarios en el momento del destete del lechón.
Instalaciones
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Ilustración
1. Pastura de cerdas gestantes en Wauwilermoos, Lucerna, Suiza. Es recomendable
realizar una rotación de pasturas para la prevención de parasitosis. LL.V.
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Ilustración
2. Lactación en establo con nido y patio en Wauwilermoos, Lucerna, Suiza.
Si no se utilizan barras móviles, el manejo del nido debe ser muy bueno
para evitar que los lechones reposen al lado de la cerda y tengan más
riesgo a morir aplastados. LL.V. |
En general, los alojamientos para los animales deben facilitar acceso al aire
libre, tener más de la mitad de la superficie sin rejilla y tener yacija en las
áreas de descanso. Deben disponer de libertad de movimientos; según su peso y
edad, de una superficie mínima cubierta el doble de grande que la requerida en
la Directiva 2001/88/EC y de una zona al aire libre.
Hay distintos modelos que encajan con la normativa como producción en camping
o lactaciones en establos con nido y patio (con o sin barras móviles), gestación
en estabulación libre, y engorde en locales tipo danés o establos con estiércol
acumulado. Éste último es muy interesante porque la generación de purín es nula
y el confort animal inmejorable.
Como la superficie necesaria por animal es mayor que en producción convencional,
los costes por alojamiento son más altos, aunque pueden ser compensados por la
simplicidad de las instalaciones.
Sanidad
La prevención sanitaria es muy importante en los sistemas ecológicos. Todas
aquellas medidas dirigidas no sólo a evitar enfermedades, sino también a favorecer
la capacidad de resistencia a desarrollarlas y a favorecer la facultad de recuperación
son básicas. Por ese motivo, la selección de razas adecuadas, prácticas zootécnicas
apropiadas, alimentos de calidad y densidades bajas en las unidades de producción,
adquieren un valor alto en la profilaxis sanitaria de este tipo de producción,
y más sabiendo que la utilización de medicamentos alopáticos de síntesis química
o antibióticos quedan prohibidos para tratamientos preventivos. Tampoco son
legales en este tipo de producción las sustancias destinadas a estimular el
crecimiento de los animales ni el control hormonal de la reproducción.
Los productos fitoterapéuticos y homeopáticos tendrán preferencia en los tratamientos
veterinarios siempre que tengan un efecto terapéutico eficaz y no condicionen
el bienestar animal.
En una terapia curativa y si es inevitable administrar un medicamento alopático
de síntesis química, antibiótico u hormona, el tiempo de espera a cumplir después
de la aplicación es el doble del requerido en producción convencional o 48 horas
si no requiere período de supresión.
Gestión zootécnica
La gestión zootécnica de las explotaciones está siempre afectada por el tamaño
del rebaño. Cómo las granjas de producción porcina ecológica suelen tener pocos
animales, hay varios tipos de manejo que pueden resultar difíciles de implementar.
Sin embargo, el modelo de manejo más apropiado para una granja de cerdos ecológicos
es el manejo en bandas de tres semanas con lactaciones de 7 semanas, 8 grupos
de cerdas, 3 grupos de parideras, 3 grupos de destete y 6 ó 7 grupos de engorde.
Este tipo de manejo permite que las cerdas repetidoras cíclicas sean incluidas
en el siguiente grupo de forma natural, sin necesidad de administración de hormonas.
Permite que la lactación sea de unas 7 semanas y que en el momento del destete
los lechones se puedan quedar unos días en las parideras, cosa muy recomendable
para la prevención de colibacilosis posdestete. Este manejo en bandas permite
también unos vacíos sanitarios estrictos (puede no ser recomendable para todos
los modelos de alojamiento).
Para granjas muy pequeñas un manejo tradicional puede ser más adecuado.
Residuos
La ganadería ecológica también está sometida a la Directiva 91/676/CEE que define
las cargas ganaderas para no exceder los 170 kg/N/Ha. Aun así, según las instalaciones
y el manejo de la yacija, los animales y el estiércol, la calidad del residuo
orgánico puede ser muy distinto. Por ejemplo, en un engorde con estiércol acumulado,
la calidad del residuo orgánico puede ser muy buena y no se produce ni una gota
de purín.
En un momento en que las certificaciones de calidad están ganando tanta fuerza,
la producción porcina ecológica permite dar un valor añadido de calidad medioambiental
y de bienestar animal a todos sus productos.