La inducción o programación del parto consiste en "obligar" farmacológicamente a la cerda a parir en un intervalo de tiempo deseado.
Esta práctica se hace por los siguientes motivos:
♦ Reducir al mínimo los partos nocturnos y los que se dan en los días de fiesta.
♦ Permitir la asistencia del parto a un número mayor de cerdas posible.
♦ Facilitar la gestión de los recién nacidos: con los lechones nacidos el mismo día es más fácil organizar las adopciones de las camadas.
♦ Sincronizar la gestión de los reproductores y de los lechones en el período de lactación (cualquier intervención de manejo y sanitaria) ya que se obtienen grupos homogéneos de animales por momento productivo y por edad.
♦ Prevenir las gestaciones prolongadas más allá del término de la gestación.
♦ Optimizar la ocupación de las instalaciones de la maternidad.
♦ Se pueden obtener beneficios sobre el número de lechones nacidos vivos.
♦ Se observan mejoras en el post-parto de la cerda sobre la expulsión de la placenta, sobre la prevención de la metritis y mastitis.
La inducción del parto se hace mediante el uso de prostaglandinas, que son compuestos hormonales que inducen la lisis del cuerpo lúteo, que es la zona del ovario donde se produce la progesterona (hormona que mantiene la gestación). La luteolisis provoca una caída de los niveles plasmáticos de progesterona iniciándose las fases del parto. Además, las prostaglandinas estimulan la contracción de la musculatura uterina.
En los siguientes gráficos se observa la acción de las principales prostaglandinas comerciales sobre los tiempos de inducción del parto.
Longitud 11/2’’B (35-40 mm).
Calibre 15 G.
Inyección intramuscular.
Suministrar la prostaglandina entre las 08.00 y las 10.00 horas de la mañana
Para así concentrar los partos en las horas de trabajo del día siguiente.
Con la inducción programada es posible obtener la concentración del 75-85% de los partos entre las 20 y las 36 horas después de la inyección.
Algunas prostaglandinas, como el cloprostenol, que es bien tolerado a nivel del tejido, pueden ser inoculadas también a nivel perivulvar (externamente, en el espesor de los labios vulvares), utilizando una dosis reducida a la mitad en comparación con la inoculación intramuscular normal y una aguja corta y fina (para inyecciones bajo piel).