El objetivo de la granja de reproductoras es producir sistemáticamente un número determinado de cerdos destetados de buena calidad a coste reducido. Los datos de un reciente estudio indican que España tiene unos costes de producción relativamente bajos (figura 1) pero es menos competitiva en cuanto al número de cerdos sacrificados por cerda y año (figura 2).
Figura 1
Figura 2
Entre los posibles factores que contribuyen a la mala eficiencia de la granja de madres pueden encontrarse los siguientes:
Nuestra tarea en la granja de reproductoras también se complica por nuestra selección de animales con elevados porcentajes de crecimiento de tejido magro. Cuando seleccionamos por una mayor tasa de crecimiento, también estamos seleccionando un mayor tamaño a la madurez. Por lo tanto, nuestras cerdas son más grandes y más pesadas ahora que hace 10 años. Estos animales más grandes tendrán mayores necesidades de mantenimiento y son más propensos a padecer problemas de pies y patas. La selección de mayores tamaños de camada también ha supuesto mayores exigencias para la cerda por el mayor número de cerdos a desarrollar durante la gestación y la mayor necesidad de leche durante la lactancia. En muchos genotipos el apetito no se ha adaptado al ritmo de mayor productividad de la cerda y la mayor necesidad de nutrientes. El resultado es con frecuencia un elevado desgaste de la cerda, en particular en los primeros partos, y un menor número de cerdos destetados por cerda a lo largo de su vida. En la tabla 1 se muestran algunos indicadores de rendimiento de granjas registrados en Canadá. Muchos de estos valores son semejantes a los descritos en España. Además, el coste de sustitución de cerdas primerizas es 1,7 veces más elevado en una tasa de eliminación de 60% que en una de 35%. Asumo que las diferencias serán parecidas en España.
Tabla 1: Efecto de la tasa de desecho en el coste del cerdo al destete | ||
Reemplazo | Coste | |
Tasa de desecho % | Coste de la primeriza $Cdn* | Coste por cerdo destetado * |
35 45 60 |
152,950 197,050 262,500 |
5,46 7,04 9,38 |
*Se asume un coste de la primeriza de $350/primeriza, en una granja 1250 madres destetando 22.4 lechones/cerda/año 1 $Cdn = 0,65€ |
En este artículo discutiré sobre el programa de alimentación para cerdas gestantes y su posible influencia sobre la productividad de las cerdas.
Alimentación de la cerda preñada
Tendemos a olvidarnos de que incluso las cerdas de hoy día, si se les da la oportunidad comerían lo que les apeteciera durante la gestación y ganarían mucho peso, principalmente grasa, y luego utilizarían esta reserva corporal acumulada para mantener la producción de leche durante la lactancia. Pero queremos que nuestras cerdas ganen sólo una cantidad de peso determinada durante la gestación y que lleguen al parto con 18-20 mm de grasa dorsal solamente. Durante la lactancia nos gustaría que nuestras cerdas ingiriesen grandes cantidades de pienso, produjeran suficiente leche y perdieran sólo una pequeña cantidad de peso y de grasa dorsal. Es obvio que los objetivos de la cerda y los nuestros son muy diferentes. Por lo tanto, la alimentación y el manejo de la cerda actual deben adaptarse teniendo en cuenta estas diferencias si queremos optimizar la productividad y longevidad de la cerda.
Durante la gestación, el nivel de alimentación y los requisitos de nutrientes de la cerda deberán determinarse atendiendo a:
De modo que nuestro objetivo es no alimentar a las cerdas ni en exceso ni por debajo de lo necesario. Las cerdas con más de 20 mm de grasa dorsal (P2) en el parto han sido sobrealimentadas. Estas cerdas tendrán una ingesta menor de alimento durante la lactancia, lo que puede traducirse en una pérdida excesiva de peso, lo que dará como resultado un mal rendimiento reproductivo en el futuro. Por otra parte, las cerdas con menos de 12 mm de grasa dorsal P2 en el parto han sido subalimentadas. Es probable que estas cerdas pierdan algo de grasa durante la lactancia y acaben con menos de 10 mm de grasa dorsal en el destete. Dichas cerdas podrían tener intervalos más prolongados del destete al celo, peores tasas de concepción y menor tamaño de las camadas posteriores. Además, las cerdas con menos de 12 mm de grasa dorsal en el momento de la reproducción es muy difícil que vuelvan a tener una buena condición corporal. Tienen poco aislamiento de recubrimiento graso, niveles de actividad mucho más elevados y pasan más tiempo en pie. Estudios realizados en la Universidad de Kansas (EEUU) han demostrado que el tiempo que las cerdas pasan de pie puede oscilar entre 80 y 500 minutos por día. El gasto de energía para las cerdas que se mantienen de pie durante 80 minutos sería de aproximadamente 0,35 Mcal de energía metabolizable (ME) por día (1,46 M Julios) mientras que la energía que necesita una cerda que se mantiene en pie durante 500 minutos por día sería de 2,15 Mcal ME/día (9 M Julios). Por lo tanto, para una cerda que tome 2 kg de pienso al día (6 Mcal ME), (25,1 M Julios), la energía consumida en la actividad variará entre el 6 y 36 por ciento de la ingesta energética. Estas cerdas delgadas (con menos de 12 mm de grasa dorsal) pueden constituir el 20% o más de la piara y precisarán más de 3 kg de pienso al día para conseguir los 18-20 mm de grasa dorsal en el parto. En la práctica, algunas de ellas nunca recuperarán su buen estado corporal y deberán ser desechadas.
Para planificar un programa de alimentación puede resultar útil una cierta estimación de la forma en que la cerda preñada utiliza el pienso que recibe. Como se puede ver en la figura 3, una ingesta alimenticia de más de 1,5 kg de pienso al día tiene un efecto mínimo, si no nulo, sobre el número de cerdos nacidos en la camada o en el peso de nacimiento. Sin embargo, cuanto más pienso consume la cerda, más peso adquiere. Esto es debido a que la camada en desarrollo tiene un requerimiento de nutrientes muy bajo y una prioridad muy elevada para los nutrientes disponibles. Diez cerdos nacidos con 1,5 kg cada uno suponen sólo 15 kg, el 80% de los cuales son de agua. Por consiguiente, los niveles de alimentación durante la gestación tendrían que ser muy bajos para que llegaran a tener un efecto sobre la reducción del tamaño de la camada o del peso al nacer. Asimismo, con los niveles de proteína en la dieta (figura 4), un nivel por encima del 11% de proteína dietética tiene escaso efecto sobre el rendimiento de la cerda.
Figura 3: Efecto de la ingestión de durante la gestación en la productividad de la cerda
Figura 4: Efecto de la ingestión de proteína en la productividad de la cerda
En el próximo artículo perfilaré un programa de alimentación que ayudará a reducir las variaciones en el estado corporal en el momento del parto.