Valoración del nivel de contaminación fúngica de las materias primas

S. López, J.M. Guinovart. Adiveter s.l. España

14-feb-2005 (hace 19 años 10 meses 10 días)
La calidad microbiológica del pienso acabado depende en gran medida de la calidad microbiana de las materias primas utilizadas de base. Sobre estas materias primas actúan una serie de factores (vectores, temperatura, humedad, tiempo, higiene de instalaciones, temperatura de granulación, etc.) que influirán en su calidad microbiana final. Sin embargo, la base de calidad microbiana de las materias primas deberá considerarse como el punto de contaminación de origen que más afectará a la calidad del producto final.

Tabla 1. Criterios micológicos para cereales, oleaginosos y productos fibrosos
Ingrediente Bueno Regular Malo
Algodón 0-10.000 10.000-25.000 >25.000
Arroz (cilindro) 0-3.000 3.000-7.000 >7.000
Avena descascarillada 0-3.000 3.000-7.000 >7.000
Cebada 0-20.000 20.000-40.000 >40.000
Centeno 0-20.000 20.000-40.000 >40.000
Maíz (grano) 0-40.000 40.000-100.000 >100.000
Maíz (pulpa) 0-40.000 40.000-100.000 >100.000
Maíz (gluten) 0-8.000 8.000-15.000 >15.000
Sorgo 0-30.000 30.000-50.000 >50.000
Salvado de trigo 0-30.000 30.000-50.000 >50.000
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Girasol pelletizado 0-15.000 15.000-30.000 >30.000
Girasol integral 0-3.000 3.000-8.000 >8.000
Soja 44 0-5.000 5.000-100.000 >100.000
Soja integral 0-3.000 3.000-8.000 >8.000
Turto de soja 0-10.000 10.000-20.000 >20.000
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Alfalfa henificada 0-10.000 10.000-25.000 >25.000
Alfalfa deshidratada 0-5.000 5.000-10.000 >10.000
Harina de galleta 0-1.000 1.000-3.000 >3.000
Paja 0-20.000 20.000-50.000 >50.000

Los criterios de calidad micológica son bastante imprecisos y difíciles de definir. Estos criterios tienen una cierta base en datos estadísticos obtenidos a partir de la observación conjunta de datos analíticos y de estudios realizados en diferentes especies animales. Si bien sería necesario profundizar y aclarar estos conceptos por especies fúngicas (y no por los recuentos totales presentes en un ingrediente), la enorme complejidad que representa el primer parámetro hace que la mayor parte de los datos publicados estén referidos en base al recuento total. Por lo general –y pese a que son precisas una serie de condiciones para la generación de micotoxinas- un criterio micológico malo es indicativo de un crecimiento excesivo de hongos pues se han dado las condiciones beneficiosas para el mismo y puede significar el paso previo a la generación de micotoxinas, las cuales implican problemas patológicos serios en el animal.

Tabla 2. Criterios micológicos para subproductos de origen animal
Ingrediente Bueno Regular Malo
Harina de carne 0-2.000 2.000-5.000 >5.000
Leche en polvo 0-1.000 1.000-3.000 >3.000
Harina de pescado 0-2.000 2.000-5.000 >5.000
Subproductos matadero 0-2.000 2.000-5.000 >5.000

En la tabla 1 se ofrece un criterio orientativo sobre la calidad micológica de cereales y oleaginosas (ufc/g). Como se puede apreciar (por ejemplo en girasol pelletizado frente al integral), en estos criterios se debe exigir una tasa micológica más baja en los ingredientes en grano, teniendo en cuenta que la molturación de los mismos en la fabricación de los alimentos compuestos favorece la diseminación y crecimiento de cualquier tipo de contaminación microbiana. Partir de una contaminación baja en estos ingredientes completos, pues, es esencial para asegurar la calidad del producto final tras el procesado en la fábrica de piensos.

La tabla 2 nos ofrece el criterio micológico por el que deben regirse los subproductos de origen animal. Dada la práctica ausencia de contaminación fúngica en ubre/matadero, la presencia de niveles contaminantes muy elevados supone un tratamiento extremadamente negligente del ingrediente en cuestión y pueden ser representativos de una contaminación bacteriana paralela de riesgo. Cabe tener en cuenta que en algunos países no está permitido el uso de ciertos productos de origen animal.

A nivel práctico, la tabla 3 nos presenta los criterios micológicos de productos acabados. Así, dado el tipo de animal, podemos observar cómo piensos para rumiantes pueden presentar niveles superiores de contaminación micológica sin por ello suponer un riesgo para la salud de dicha especie. Así, un conocimiento detallado del tipo y grado de contaminación de las materias primas que entran a formar parte en el producto final –al igual que la especie de destino- nos puede dar una idea orientativa del riesgo que supone el producto final dada la posible generación de micotoxinas que niveles elevados pueden acarrear.

Tabla 3. Criterios micológicos para productos acabados
Producto acabado Bueno Regular Malo
Pienso para aves 0-30.000 30.000-70.000 >70.000
Pienso para conejos 0-35.000 35.000-70.000 >70.000
Pienso para cerdos 0-40.000 40.000-80.000 >80.000
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Pienso para rumiantes 0-70.000 70.000-150.000 >150.000
Ensilado 0-50.000 50.000-75.000 >75.000