20. La libido del verraco

Xavier MantecaJose Luís Ruíz de la Torre
22-nov-2004 (hace 20 años 1 meses)
Introducción

En el capitulo anterior comentamos que el ciclo sexual de la cerda es de especial importancia en producción porcina. Obviamente, el celo de la hembra debe coordinarse con la inseminación para conseguir un nivel óptimo de eficacia en fecundaciones. En producción porcina, la inseminación se realiza casi en su totalidad de forma artificial, de manera que el semen se extrae del verraco para ser utilizado en un número elevado de hembras después de ser valorado y diluido. El valor como reproductor de un verraco depende de su fertilidad y de su conducta sexual, además, obviamente, de su capacidad de mejora genética.

Figura 1. La conducta sexual del macho depende tanto de su libido (o motivación sexual) como de su capacidad física para montar a la hembra.
La conducta sexual del verraco incluye la motivación sexual (o libido) y la capacidad de monta. La conducta sexual del macho en presencia de una hembra en celo se inicia con una conducta exploratoria y olfateo de la zona ano-genital de la hembra. El macho golpetea entonces los flancos de la hembra con el morro o la jeta, micciona frecuentemente, emite un sonido característico y presenta salivación abundante. Durante este proceso intentará montar a la hembra en repetidas ocasiones, y sólo lo conseguirá cuando esta esté dispuesta y responda con la conducta de inmovilidad.
La libido del verraco es una conducta que depende directamente de los andrógenos, hormonas sexuales masculinas que se sintetizan en los testículos. Sin embargo, se ha visto que los niveles de andrógenos necesarios para mantener una libido correcta son muy inferiores a los encontrados normalmente en los machos. Es decir, normalmente, los problemas de libido no están relacionados con los niveles de estas hormonas.

Factores que influyen en la libido del verraco

Alojamiento del verraco: Los machos deben alojarse relativamente cerca de las hembras, ya que los estímulos procedentes de éstas ayudan a mantener su motivación sexual. Sin embargo, hay que recordar que para las hembras la cercanía constante del macho puede complicar la detección del celo. En general, los corrales de machos y hembras deberían estar entre 1 y 15 metros de distancia.

Sistema de cría: Los machos deben criarse en grupos, ya que el aislamiento en etapas juveniles pueden reducir la libido de los animales de una forma irreversible. El alojamiento individual de los machos no debería hacerse antes de los 3-4 meses de edad y siempre manteniendo contacto visual y olfativo, aunque no físico, con otros machos. Si los machos no muestran un exceso de agresividad o de conducta sexual pueden mantenerse juntos, aunque siempre podrán aparecer más problemas que alojándolos de forma individual.

Primeras montas: Las primeras experiencias son muy importantes para la conducta sexual del macho, de manera que sentir miedo o dolor en estas ocasiones puede condicionar la conducta del animal el resto de su vida. Es importante tener en cuenta algunos aspectos, siempre pero de forma especial en las primeras montas de un macho (tabla 1).

Hembra primeriza
Hembra no en celo
Hembra agresiva
Manejo poco considerado por parte del personal
Suelo resbaladizo
Tabla 1. Aspectos a tener en cuenta durante las primeras montas de un verraco.

Frecuencia de montas: Tanto una alta como una baja frecuencia de utilización pueden reducir la libido del verraco, aunque esto ocurrirá normalmente de forma temporal. Aunque los trabajos realizados no permiten definir claramente la frecuencia de uso de un verraco, se puede aceptar comúnmente que los machos de hasta 10 meses de edad deberían montar una vez cada 7 días. Los machos de más de 10 meses pueden realizar secuencias de dos montas cada 5 días sin presentar problemas. Temperatura ambiental: aunque el efecto sobre la libido suele ser transitorio, los verracos presentan menor motivación sexual cuando la temperatura ambiental supera los 25 ó 30ºC. De todos modos, esto dependerá de varios factores como el peso, la condición corporal y la frecuencia de uso del animal.
Figura 2. Factores que afectan a la libido del verraco