8. Problemas al mezclar grupos de cerdos y posibles soluciones (II)

Xavier MantecaJose Luís Ruíz de la Torre
31-may-2004 (hace 20 años 5 meses 22 días)
Causas de conductas agresivas
La agresividad que se genera tras la mezcla de grupos de animales que no han tenido contacto previo (llamada mezcla social) es de tipo agudo. Durante las primeras horas tras la mezcla se produce un pico de agresiones, tanto en número como en intensidad, que va disminuyendo en las siguientes 24-48 horas. Al cabo de 72 horas, la jerarquía queda prácticamente definida y el número de agresiones se mantiene reducido. Esta evolución puede variar en función de factores como el grado de cansancio o hambre de los animales. En estos casos, la situación se produce de la misma manera pero el inicio se pospone hasta que los animales se recuperan.

La agresividad provocada por mezcla social se debe a tres factores principalmente. En primer lugar, la presencia de animales con los que no se han establecido relaciones de dominancia induce a crear una jerarquía, lo que se consigue por medio de agresiones. Esta es la razón principal y la que tradicionalmente se ha dado. Sin embargo, algunos autores proponen otras opciones.

En segundo lugar, el grado de familiaridad de los animales de los grupos mezclados influirá en el grado de agresividad generado tras la mezcla. Por ejemplo, la mezcla de animales de corrales contiguos, que previamente han tenido contacto visual y olfativo, provoca un grado de agresividad menor. Es decir, aunque no hayan podido establecer relaciones de dominancia por imposibilidad de contacto físico, el reconocimiento visual y olfativo permite reducir las agresiones generadas por mezcla social.
Por último, parece ser que la falta de otros estímulos 'ambientales' favorece la aparición de conductas agresivas en situaciones de mezcla social. Es decir, un ambiente pobre en estímulos hace que los animales muestren conductas agresivas más frecuentes e intensas tras la mezcla social.

La agresividad generada por mezcla social presenta una gran variabilidad entre individuos. Es decir, normalmente unos pocos animales son los responsables de la mayor parte de las agresiones. Sin embargo, los animales suelen ser consistentes en su temperamento, de manera que los que más se pelean tras una mezcla serán los que más lo hagan en otras ocasiones posteriores. Esto es especialmente interesante en el caso de las hembras gestantes, que tal y como hemos comentado, deberán mantenerse en grupos. Estos animales serán necesariamente mezclados con otros de grupos desconocidos (aunque dependerá del sistema utilizado - grupos estables o dinámicos - ) y varias veces a lo largo de su vida productiva. Por lo tanto sería interesante poder seleccionar las hembras en función de su agresividad.


La agresividad generada por mezcla social es probablemente la más grave, ya que afecta a la estructura jerárquica en sí misma. En otros casos, es el acceso a un recurso concreto y escaso lo que genera la conducta agresiva. En el caso de una elevada densidad de animales, el recurso que escasea es el espacio individual, pero de este aspecto hablaremos en posteriores capítulos.

Métodos para reducir la agresividad

Antes de aportar opciones para reducir la agresividad tras la mezcla social consideramos importante aclarar un punto: las soluciones que propondremos no evitan (anulan) la agresividad, sino que la reducen, y el mayor o menor efecto dependerá en buena medida de las condiciones de alojamiento y manejo de cada granja. Por lo tanto, y de entrada, la mejor solución a la agresividad por mezcla social es evitar la mezcla social. Sin embargo, somos conscientes de que en ocasiones esto no es posible por lo que intentaremos aportar algunas soluciones para los casos en que la mezcla de lotes sea inevitable. Dichas soluciones podemos clasificarlas en tres grupos según el método utilizado: el manejo, los productos farmacológicos y los olores. Desde el punto de vista del manejo existen dos sugerencias básicas: (1) realizar la mezcla de lotes al atardecer y (2) aportar el máximo de espacio por animal, tanto de descanso como de comedero.

La farmacología ofrece otra posibilidad, aunque esta opción no puede utilizarse en la fase de transporte a matadero por prohibiciones legales (basadas en el riesgo de que las canales y carnes de los animales presenten residuos de los productos farmacológicos). Los principios activos (que son los componentes de un fármaco que presentan actividad farmacológica) utilizables serían la azaperona y la amperocide. Esta opción tiene dos desventajas principales. En primer lugar, se trata de productos inyectables por lo que su administración resulta muy laboriosa. Por otro lado, la dosificación es complicada ya que un sobredosis dejaría a los animales sedados hasta el punto que tras recuperarse iniciarían la secuencia de agresiones; obviamente, una dosificación insuficiente puede no tener efectos sobre la agresividad.

Por último, una opción que está adquiriendo importancia en los últimos años consiste en la utilización del sentido del olfato del cerdo para modificar su conducta. La utilización de este mecanismo ha avanzado con la aparición de sustancias como la Pig Appeasing Pheromone (PAP), un compuesto de sustancias extraídas de glándulas localizadas alrededor de las ubres de la cerda lactante. La PAP parece tener efecto sobre la conducta de los lechones en el momento del amamantamiento evitando o reduciendo las agresiones entre los animales de la camada. Su eficacia en animales de mayor tamaño está siendo comprobada en algunos estudios cuyos resultados previos parecen demostrar una reducción en la agresividad, especialmente la que se produce alrededor del comedero.