La legislación sobre bienestar animal (Directiva 2001/88/EC) prohíbe el alojamiento de cerdas en jaulas entre 4 semanas después de la cubrición hasta 7 días antes del parto. La fecha de aplicación fue el 1-Enero-2003 para granjas de nueva construcción y el 1-Enero-2013 para todas las granjas ya construidas. Al mismo tiempo, especifica la densidad y tipo de suelo del alojamiento, y da unas normas generales sobre la alimentación de las cerdas.
Estas regulaciones van encaminadas a mejorar el bienestar de la cerda gestante. El principal indicador de malestar en las cerdas son las estereotipias (morder las barras de las jaulas, masticar con la boca vacía, manipular el bebedero,...). Entre un 20 y un 100% de las cerdas en jaulas muestran estas alteraciones de la conducta. El tiempo empleado en realizar estereotipias puede oscilar entre un 10 y un 25%. Este comportamiento anormal empeora la condición corporal de la cerda debido al consumo energético que supone, y posiblemente puede empeorar la productividad del animal.
La causa de estas estereotipias es una interacción entre la restricción de la conducta en las cerdas alojadas en jaulas y la sensación de hambre crónica (falta de saciedad) durante la gestación.
Para solucionar el problema de restricción de la conducta, se impone el alojamiento de cerdas en grupo. Existen distintas posibilidades en el diseño de instalaciones y sistemas de alimentación para grupos de animales. La elección depende de cada situación concreta. No existe una solución universal. Los principales factores a tener en cuenta son:
1. El sistema debe permitir una alimentación restringida (no ad libitum), individualizada para cada animal del grupo, con registros de las cantidades consumidas y sin desperdicio de pienso.
2. Debe ser un sistema al que el animal se adapte fácilmente (aprendizaje rápido), que minimice la cantidad de agresiones (debidas a competencia para acceder al comedero) y que permita una manipulación fácil de los animales, en caso de sangrados o tratamientos.
3. En cuanto a la mano de obra, el sistema no debe ser complicado para facilitar el aprendizaje por parte del personal de la granja. Al mismo tiempo, debe requerir poca dedicación cada día. Algunos de los sistemas más complejos requieren mayor dedicación al principio por su grado de tecnificación, pero prácticamente ninguna una vez aprendidos.
4. En cuanto a la instalación necesaria, no todos los sistemas se adaptan por igual a instalaciones ya existentes. Existen grandes diferencias en la inversión inicial requerida. Además, algunos sistemas precisan un mayor mantenimiento.
5. En función del sistema, es posible trabajar con grupos dinámicos o estables, de distinto tamaño.
Las ventajas (en verde) y los inconvenientes (en naranja) de distintos sistemas de alimentación se detallan en la siguiente tabla:
El segundo factor de malestar animal en las cerdas gestantes es la falta de saciedad (hambre crónica) debida al poco volumen de ingesta y al déficit energético durante la gestación. Para minimizar este factor, es importante:
La combinación de un pienso que proporcione mayor sensación de saciedad y un sistema de alimentación óptimo para cada situación debe permitir mejorar el bienestar de la cerda de una forma económicamente viable.
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