Patógenos más frecuentes implicados en procesos respiratorios de animales de cebo

Manuel Toledo CastilloMaría Elena Goyena SalgadoÁngela Gallardo Marín
15-feb-2019 (hace 5 años 9 meses 8 días)

PRRS

Infecta a los macrófagos alveolares e intravasculares del pulmón.

En condiciones de campo, se observa un incremento de la clínica y lesiones causadas por agentes secundarios. El manejo de los flujos de los lechones en maternidad y transición son críticos para el mantenimiento de la infección en transición y cebo.

La reducción de la horquilla de edades en el llenado del cebo tiene un efecto muy positivo en la presentación de la enfermedad.

El uso de vacunas en los lechones puede ser una buena herramienta en los casos en los que se tenga ciclos continuos en la fase de transición ya que permite reducir el ratio de transmisión del virus y ayuda a no tener que realizar un vaciado del destete.

Circovirus porcino tipo II (PCV2)

PCV2 actúa provocando depleción linfocitaria y reduciendo la respuesta inmune. Si se presenta la enfermedad, suele aparecer un importante retraso en el crecimiento y procesos respiratorios que no obedecen a los tratamientos antibióticos.

La vacunación de los lechones suele ser muy eficaz y, de hecho, ha sido uno de los mayores cambios en la producción porcina en los últimos años. Los fallos más importantes que se observan a nivel de campo son debidos a que se vacuna a los lechones cuando son virémicos a PCV2 y, por lo tanto, la vacunación no es eficaz y aparecen casos de desmedro en el cebo.

También existe una pérdida de eficacia de la vacunación, aunque menor, cuando los lechones al destete estén atravesando una viremia por PRRS.

Realizar una vacunación de las futuras reproductoras antes de entrar al rebaño reproductor es una rutina habitual para reducir la entrada de cerdas nulíparas negativas que infecten a los lechones en la fase de lactación.

Influenza

Este virus se replica en el epitelio respiratorio produciendo una pérdida del epitelio y, por tanto, una pérdida de la capacidad defensiva del pulmón.

En los últimos años se detectan en los cebos muchos más casos de influenza, tal vez debido a la mejora en las técnicas diagnósticas (fluidos orales). Lo cierto, es que se asocia con los procesos respiratorios que cursan con forma aguda y con la posible coinfección con Mycoplasma, lo que hace que persista la patología respiratoria en el tiempo.

Mycoplasma hyopneumoniae

M. hyo provoca una destrucción del epitelio ciliado del aparato respiratorio, y una respuesta inmune que hace que el organismo genere las lesiones a nivel pulmonar.

La vacunación de los lechones al destete es una práctica muy extendida.

El porcentaje de animales infectado en el destete, es un buen indicador de la carga de infección de los lechones y, por lo tanto, de la severidad de la enfermedad en el cebo. También es indicador de la pérdida de eficacia de la vacunación. Si la vacuna se aplica en animales que ya están infectados, se reduce la eficacia de la vacunación.

La tasa de reposición en la granja, es un factor de riesgo muy importante, ya que las primerizas suelen infectar de manera temprana a su descendencia.

El protocolo de adaptación de las nulíparas a la granja es muy importante si tenemos en cuenta que las nulíparas que vienen de multiplicadoras externas suelen llegar negativas a M. hyo y que las primerizas son las que pueden crear un mayor porcentaje de lechones infectados en la fase de lactación. Es necesario realizar una adaptación adecuada de las nulíparas antes de entrar en la explotación, con un programa vacunal correcto (dos dosis) y una aclimatación a la granja para mejorar la problemática en el cebo. En nuestra experiencia, la vacunación rutinaria de las multíparas no da resultado para mejorar los problemas de Mycoplasma a nivel de cebo.

Si tenemos una población en la que los lechones se infectan de manera temprana, la única solución en nuestra experiencia, consiste en medicar a la cerda durante su estancia en maternidad para bajar la presión de infección, con lo que mejoramos la eficacia de la vacunación al destete. A corto plazo esto reduce el uso de antibióticos, al mejorar la salud en la línea de cebo, y reduce las intervenciones sanitarias en este periodo.

Actinobacillus pleuropneumoniae (APP)

Las toxinas que produce la bacteria, que son citotóxicas o hemolíticas, son las causantes del daño tisular en el pulmón.

En los brotes de APP, tendremos una morbilidad del 50% de la población y, si no actuamos de manera muy rápida, un 10% de mortalidad. La severidad de la enfermedad está condicionada por las posibles coinfecciones, las condiciones de alojamiento y ambientales (falta de ventilación, rango excesivo de temperatura, etc) que puedan originar estrés en los cerdos y desencadenar el proceso clínico. La recirculación en la población en un momento determinado de virus PRRS o de Mycoplasma puede condicionar la presentación y gravedad de la enfermedad.

Los animales recuperados quedan como portadores de la enfermedad y las recidivas son muy frecuentes. Cuando la enfermedad cursa de manera crónica tiene un fuerte efecto en los resultados productivos.

Según nuestra experiencia, la aplicación de autovacunas en el cebo no es eficaz, ya que solo conseguimos bajar la presión de infección. La verdadera protección se obtiene con las vacunas a base de toxoides. Las autovacunas pueden ser útiles para las reproductoras, con objeto de reducir la prevalencia y los animales infectados al destete, debiendo ser muy minuciosos a la hora de la toma de muestras para la realización de la misma.

La vacunación debe realizarse cuando los animales han perdido la protección que les proporciona la madre. Normalmente a las 10 semanas de vida (hacer seroperfil sobre ApxIV). La protección aparece a las 6 semanas de la primovacunación.

Si la presión de infección es muy alta y los brotes aparecen de manera muy temprana, es necesario establecer un programa de medicación en las reproductoras en el periodo de lactación.

Debemos siempre recordar que el complejo respiratorio porcino es polietiológico y que el abordaje necesario dependerá de cada situación.

Enfermedad Agente causal Síntomas clínicos Epidemiología Grupo de edad afectado
Neumonía enzoótica Mycoplasma hyopneumoniae Neumonía
Toses
Disnea
Reducción del crecimiento
Vías de infección:
  • Animales portadores
  • Operarios
  • Aerógena
Epizoótico → Endémico
Transición
Crecimiento
Cebo
Pasterelosis
Pasterella multocida tipo A,D,B2
Neumonía
Septicemia
Vías de infección:
  • Animales portadores
Epizoótico → Endémico
Todas las edades
Pleuroneumonia porcina
Actinobacillus pleuropneumoniae
Neumonía aguda y/o crónica
Pérdida de peso
Mortalidad alta
Vías de infección:
  • Animales portadores
Epizoótico → Endémico
Transición
Crecimiento
Cebo
Bordeteliosis
Bordetella bronchiseptica
Rinitis
Neumonía
Vías de infección:
  • Animales portadores
Epizoótico → Endémico
Transición
Rinitis atrófica progresiva
P. multocida tipo D
Estornudos
Atrofia de cornetes nasales
Vías de infección:
  • Animales portadores
Epizoótico → Endémico
Transición
Crecimiento
Cebo
Coronavirus respiratorio porcino PRCV Bronconeumonía Epizoótico Todas las edades
Influenza porcina
Virus de la Influenza A
Neumonía
Toses
Estornudos
Fiebre
Mortalidad baja
Vías de infección:
  • Animales portadores
  • Aerosoles
  • Pájaros
Zoonosis
Todas las edades
Enfermedad de Glässer
Haemophillus parasuis
Neumonía
Poliserositis
Poliartritis
Vías de infección:
  • Animales portadores
Factores predisponentes:
  • Estrés
Epizoótico → Endémico
Transición
Crecimiento
Cebo
Meningitis estreptocócica Streptococcus suis tipo II Síntomas
Respiratorios
Síntomas
Nerviosos
Poliartritis
Mortalidad elevada
Vías de infección:
  • Animales portadores asintomáticos
Factores predisponentes:
  • Ventilación escasa
  • Hacinamiento
  • Estrés
Zoonosis
Transición