Impacto de la temperatura ambiente y el consumo de alimento en la temperatura corporal de cerdos

Adriana Morales TrejoMiguel Cervantes Ramírez
08-jun-2018 (hace 6 años 6 meses 14 días)

La temperatura corporal (TC) es una medida usada como indicador para determinar si un animal se encuentra bajo condiciones de estrés por calor (EC; Wilson and Crandall, 2011); esta se ha medido generalmente en recto (Pearce et al., 2014), superficial en la piel (Yu et al., 2010), subcutánea (Morales et al., 2016a), ótica (Morales et al., 2016b) y en órganos internos (Morales et al., 2015; 2016c). Los cerdos tienen la capacidad para transferir el calor de órganos internos hacia la superficie para conservar inalterada la TC (Huynh et al., 2005) mediante el incremento en la tasa respiratoria (Pearce et al., 2013a; 2013b). En estudios recientes se han observado incrementos de hasta 200% en la tasa respiratoria de cerdos en EC (Morales et al., 2016a; Pearce et al., 2014). Además, independientemente del sitio donde se mide la TC, la exposición de cerdos a condiciones de EC incrementa su TC.

En varios estudios recientes hemos observado consistentemente una relación estrecha entre la temperatura ambiente (TA) a la que se exponen los cerdos con su TC (Morales et al., 2015; Morales et al., 2016a; 2016b). Por ejemplo, en la figura 1 se muestra la forma en que la TC de cerdos en EC refleja los cambios en la TA a lo largo de un día típico de verano en el zonas áridas (Cervantes et al., 2017).

Figura 1. Variaciones en la temperatura corporal (rojo) de cerdos alojados en condiciones de estrés por calor, en respuesta a cambios en la temperatura ambiente (azul) durante un día típico del verano del año 2015 en el valle de Mexicali (Cervantes et al., 2017).

Asimismo, otros autores (Yu et al., 2010; Pearce et al., 2013b; 2014) observaron daños en el epitelio intestinal de los cerdos en EC cuando su temperatura rectal se incrementaba 1,5ºC. Estos daños pueden afectar la integridad del epitelio intestinal y en consecuencia su capacidad digestiva y de absorción de nutrientes.

Por otra parte, es bien conocido que el acto de consumir el alimento, el proceso de digestión y la absorción-metabolismo de los nutrientes resultantes generan calor adicional. Bajo condiciones de confort, la TC post-prandial de cerdos se eleva ligeramente. En un estudio reciente realizado en nuestro laboratorio se alojaron cerdos entre 50 y 60 kg de peso vivo bajo condiciones de termo-neutralidad (20 ± 2 °C), a los que se les implantaron en íleon terminal termógrafos programados para medir y registrar la TC cada 5 min. Los cerdos se alimentaron con una dieta típica trigo-harina de soya, en dos niveles diferentes (1,2 y 1,8 kg/d), 2 veces/día (600g un grupo y 900 g el otro grupo en cada toma; 07:00 y 19:00 h) durante 10 d. En promedio, como se muestra en la figura 2, la TC se elevó entre 0,6 y 0,7 °C inmediatamente después de consumir su ración alimenticia y se conservó elevada durante aproximadamente 5 horas después de la comida matutina. El aumento inicial en la TC se atribuye a la actividad física relacionada con la acción de consumir el alimento además de los movimientos típicos de animales ayunados previo a su alimentación. Por su parte, el sostenimiento de la TC elevada durante las 5 h post-prandial se atribuye a las reacciones químicas relacionadas con la digestión y absorción de los nutrientes. Asimismo, con base en estudios previos (Morales et al., 2016b), determinamos que la digestibilidad ileal estandarizada de AA es alrededor del 90%. Por tanto, se estima que la mayor parte del alimento ofrecido en la mañana se digirió en el intestino delgado y los nutrientes resultantes se absorbieron durante las primeras 5 horas post-prandial, lo cual coincide con el sostenimiento del incremento en la temperatura intestinal. Por tanto, el incremento en la temperatura intestinal iniciado por la actividad física de los cerdos parece mantenerse por el calor producido durante la digestión del alimento, la absorción y el metabolismo de los nutrientes resultantes. Más interesante aún es el hecho de que la TC de los cerdos que consumieron 1,8 k/d de alimento fue alrededor de 0,3 °C superior que la de los que recibieron 1,2 kg/d.

Figura 2. Temperatura corporal promedio registrada después de que se ofreció el alimento a las 0700 h.

Sin embargo, el efecto del consumo y digestión de alimento por cerdos en EC no ocurre todo el tiempo. En la figura 1 se observa que la TC disminuye aún después de consumir su ración alimenticia vespertina. En este estudio, cerdos en EC se alimentaron dos veces diariamente, a las 07:00 y 19:00 horas. De las 06:00 a las 09:00 horas, la TC se incrementó a una tasa semejante a la que se elevó la TA. Sin embargo, la TC registrada entre las 18:00 y 21:00 horas disminuyó al reducir la TA, independientemente de que la ingesta de alimento ocurrió a las 19:00 horas; en ese momento la TA ya era superior a la TC de cerdos en confort. Esta respuesta indica que la TA ejerce un mayor efecto en la TC que la misma ingestión y digestión del alimento. En conclusión, debido a que el efecto más significativo del EC en los cerdos es la reducción marcada (hasta 50%) en el consumo voluntario de alimento (Huynh et al., 2005; Morales et al., 2015), su exposición a TA elevada, más que el calor de la digestión-metabolismo del alimento consumido, parece ser la principal causa de la reducción en el consumo.