Artículo comentado
S Gallien, A Moro, G Lediguerher, V Catinot, F Paboeuf, L Bigault, M Berri, PC Gauger, N Pozzi, E Authié, N Rose and B Grasland. Evidence of porcine epidemic diarrhea virus (PEDV) shedding in semen from infected specific pathogen-free boars. 2018. Vet Res (2018) 49:7. doi.org/10.1186/s13567-018-0505-2
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Comentario
La epidemia de diarrea epidémica porcina (DEP) ha sido, seguramente, una de las infecciones que ha generado más debate a la hora de explicar su epidemiología. El virus, tras introducirse en Estados Unidos y Canadá procedente de China se difundió rápidamente y siguió el mismo patrón en otros países, infectados posteriormente, como Corea, Taiwán o Japón (por este orden).
La rápida difusión de la infección generó dudas acerca de su modo de transmisión, ya que otras infecciones víricas cuya vía de contagio es también la feco-oral no consiguen, ni por asomo, difundirse a esa velocidad. Este fue el motivo de que se iniciasen un gran número de investigaciones con el fin de aclarar y definir las distintas vías de transmisión. De hecho, se apuntaron como posibles vías:
La transmisión sexual (vía semen contaminado) se valoró pero siempre bajo la creencia de que el semen podría estar contaminado, bien a partir de materia fecal presente en el prepucio o bien por aerosoles conteniendo el virus que hubiesen llegado al semen.
Sin embargo, es interesante comprobar que el artículo describe como se consigue obtener semen infectado, incluso antes de que los animales expresen clínica de la enfermedad, excluyendo la posibilidad de que la positividad del semen derive de la contaminación por heces infectadas presentes en la piel (prepucio) del verraco.
También es interesante comprobar que el semen contiene virus de la DEP de un modo intermitente por un período bastante largo, al menos hasta 49 días. A la vista de estos resultados parece claro que el uso de dosis de semen contaminadas pondría en riesgo el estado sanitario de granjas negativas, a pesar de que, a día de hoy, todavía no se ha confirmado que cerdas inseminadas con semen contaminado puedan contraer la enfermedad. No obstante, no hay que olvidar que la sola presencia de material contaminado por el virus de la DEP en una explotación indemne ya supone un riesgo de infección, aunque la vía de infección final no sea la vaginal sino la oral.
Las conclusiones del artículo no hacen sino avalar lo que ha sido una norma en los principales centros de verracos con el fin de preservar su estado sanitario: la aplicación de un periodo de cuarentena suficientemente largo (mínimo de unas 4 semanas), que permite comprobar la negatividad de los verracos a introducir frente a distintas infecciones, entre las cuales debe incluirse la DEP.
Resumen del artículo comentado ¿Qué se estudia? ¿Cómo se estudia? ¿Cuáles son los resultados? Se detectó PEDv en el semen, aunque solo de forma intermitente. Había RNA de PEDv en ambas fracciones del semen aunque se detectó una cantidad mayor de PEDv en la fracción rica en espermatozoides, que contiene células espermáticas y no espermáticas (espermatozoides, leucocitos, células germinales inmaduras, etc.). En estas fracciones ricas en espermatozoides, la carga máxima de genoma de PEDv alcanzada fue de 3,40 × 104 copias genómicas/ml en uno de los verracos y 1,75 × 104 copias genómicas/ml en el segundo. Curiosamente, la excreción viral en las fracciones seminales fue transitoria. Los hisopos de prepucio fueron negativos a RNA de PEDv en el mismo momento en que se detectaba RNA de PEDv en el semen. También se detectó en la fracción gelatinosa a los 18 y 42 días post-inoculación en ambos verracos y a los 49 días post-infección en uno de ellos. En cambio, la excreción vírica fue más consistente en muestras fecales, que fueron constantemente positivas entre los días 16 y 19 en ambos machos. ¿Qué conclusiones se extraen de este trabajo? Los verracos, especialmente su semen, deben ser considerados un factor de riesgo en la introducción/reintroducción de PED en las granjas de reproducción. El PEDv se detectó en semen antes que en heces y antes de la aparición de los signos clínicos. Por lo tanto, los machos infectados por PEDv podrían ser detectados tras el envío de semen potencialmente infectado. El hecho de que la excreción sea intermitente todavía complica más su detección. Se requeriría analizar la seroconversión a PED de los verracos, controlar la presencia de signos clínicos y la ausencia de excreción previa en heces. Los riesgos son elevados ya que la investigación ha demostrado que el RNA de PEDv puede detectarse en semen incluso antes de la excreción en heces y de mostrar signos clínicos. Se necesitan más estudios para determinar si el PEDv detectado por RT-qPCR en el semen infectado es potencialmente infeccioso. |