Puntos de control en la elaboración de dosis seminales: control térmico y parámetros de calidad (1/2)

Pedro José LlamasFrancisco A. García Vázquez
17-jul-2017 (hace 7 años 5 meses 9 días)

La evolución de los CIAP en los últimos años ha visto su transformación desde los pequeños laboratorios, que la mayoría de granjas disponían en la misma explotación, hasta los grandes centros profesionales de inseminación que abastecen un gran número de granjas. Esta transformación ha obligado a una mayor especialización en el trabajo realizado en estos laboratorios.

Debido a la implementación de la inseminación post-cervical, donde se utilizan dosis espermáticas reducidas (Watson y Behan, 2002; Hernández-Caravaca et al. 2012; Soriano-Úbeda et al. 2013), el control que debe realizarse en los CIAP debe ser, aún si cabe, más exhaustivo. El hecho de utilizar la inseminación post-cervical ha dado lugar a que el número de verracos en los CIAP se reduzca en los últimos años y, por tanto, el estado de los sementales, así como la preparación de las dosis seminales debe regirse por un estricto control. La repercusión de una dosis seminal destinada a la IA post-cervical, es de 2 a 3 veces superior que cuando se utiliza la inseminación cervical (Mezalira et al. 2005; Hernández-Caravaca et al. 2012; Bortolozzo et al. 2015).

El principal objetivo de los centros es garantizar que las dosis seminales lleguen en el momento de la IA en las mejores condiciones posibles. Una vez obtenido el eyaculado, éste debe someterse a una serie de procesos y controles para una preparación adecuada de las dosis seminales. Entre los factores, destacamos algunos de ellos (no los únicos) que consideramos importantes:

Control térmico del eyaculado y dosis espermáticas

El descenso de la temperatura del espermatozoide desde su recogida hasta el momento en el que la dosis seminal ya elaborada es introducida en el conservador a 15°C, debe realizarse de manera progresiva y cuidadosa para evitar daños en los espermatozoides. En primer lugar, la temperatura a la que se recoge el semen tiene que realizarse en termos de recogida a la misma temperatura a la que el semen es extraído (38°C). A partir de la extracción, todos los procesos han de estar encaminados a garantizar una temperatura controlada, consiguiendo un descenso lento y continuo hasta alcanzar los 15°C, temperatura a la cual se conservan las dosis seminales. La dilución (semen + diluyente) se llevará a cabo a 33°C, y una vez envasado se mantendrá en el laboratorio hasta transcurrido el tiempo en el que su temperatura se estabilice, momento en el cual se introducirá en la cámara de conservación para que continúe el descenso térmico hasta 15°C.

Para comprobar el tiempo de descenso de temperatura de una dosis seminal preparada a 33°C, en un laboratorio con una temperatura ambiente de 24°C, se usó un data-logger introducido en la dosis seminal (90 ml) tras su dilución. Como se muestra en la Figura 1, la estabilización térmica de la dosis seminal se consiguió en aproximadamente 100 minutos. A partir de este momento, el descenso térmico es muy lento, por lo que para continuar con el descenso óptimo de temperatura, las dosis seminales se deben introducir en su correspondiente cámara de conservación (15°C).

Figura 1. Curva de descenso de temperatura a lo largo del tiempo (min) de una dosis seminal (90 ml) preparada a 33ºC en un laboratorio con una temperatura ambiental controlada de 24ºC.

Parámetros de calidad seminal

La valoración de la motilidad del espermatozoide quizás sea el parámetro genérico más utilizado en los CIAP para evaluar la calidad espermática, junto con la morfología del espermatozoide, debido a su importancia durante el transporte en el interior del tracto genital de la hembra (Hernández-Caravaca et al. 2015, García-Vázquez et al. 2015a, 2015b). Los métodos utilizados para evaluar la motilidad espermática son principalmente dos:

Figura 2. Motilidad progresiva (%) de dosis seminales similares analizadas en dos laboratorios diferentes con el mismo sistema de análisis de la motilidad.

También es importante realizar las mediciones de manera sistemática, utilizando siempre el mismo proceso, y teniendo en cuenta diferentes factores como temperatura de la muestra, grado de dilución, tiempo transcurrido desde la preparación de la muestra hasta su análisis o tipo de cámara utilizada (Gączarzewicz, 2015). Otro factor a tener en cuenta es el volumen (µl) de la muestra a analizar. De este modo, en los resultados mostrados en la Figura 3, se observa como los valores de motilidad analizados mediante el sistema CASA, se ven modificados según el volumen de la muestra utilizado, obteniendo la mayor motilidad con el mayor volumen de muestra analizado (28 µl).

Figura 3. Motilidad progresiva (%) analizada mediante sistemas computarizados usando 3 tamaños de muestra de semen.

Es importante fijar un procedimiento adecuado y constante de análisis que nos garantice un análisis de la motilidad adecuado. Cualquier detalle, aun por pequeño que parezca, es esencial, ya que por ejemplo, en el caso del cálculo de la motilidad, dicho valor va a ser aplicado para corregir la concentración total a utilizar por dosis espermática.