Altitud, pendiente y cobertura del terreno como factores de riesgo para brotes de PRRS en EEUU

12-jun-2017 (hace 7 años 6 meses 10 días)

Artículo

Land altitude, slope, and coverage as risk factors for PRRS outbreaks in the United States PLoS ONE 12(4): e0172638. Arruda AG, Vilalta C, Perez A, Morrison R (2017).

¿Qué se estudia?

El estudio fue realizado para investigar la asociación entre los factores geográficos (incluyendo la elevación del terreno y su cobertura) y la incidencia del PRRS registrada en el Proyecto de Monitorización de la Sanidad Porcina de Bob Morrison (MHSMP).


¿Cómo se estudia?

Se evaluaron los datos semanales del estatus sobre PRRS de las explotaciones que participaron en el SHMP entre 2009 y 2016. Se utilizaron el número de brotes de PRRS, los años de participación en el SHMP y la ubicación de la explotación. Existe la hipótesis de que ciertas características medioambientales pueden influir en el riesgo del PRRS: la cobertura del terreno (áreas cultivadas, arbustos y árboles), la altitud del terreno (en metros sobre el nivel del mar) y la pendiente del terreno (en grados, comparado con las áreas circundantes). También se tuvieron en cuenta otros factores de riesgo como la región, el sistema de producción al que pertenecía la explotación, el tamaño de la granja y la densidad de cerdos en el área en la que se localizó la explotación. Las variables relacionadas con el terreno y la densidad de cerdos fueron capturadas en formato ráster desde varias fuentes y extrapoladas a puntos (emplazamientos de granjas). La dependencia entre las explotaciones que pertenecían a un sistema de producción concreto se tuvieron en cuenta en el modelo analítico.

¿Cuáles son los resultados?

El modelo final incluyó densidad de cerdos, número de cerdos en la explotación, cobertura y pendiente del terreno y región. Hubo una asociación positiva entre estar localizado en un área de alta densidad de cerdos y tamaño de granja, con la incidencia de brotes de PRRS (P <0,01). Estar ubicados en un terreno de pendiente pronunciada (al menos un 9% aproximadamente) parecía tener un efecto protector sobre la incidencia de brotes de PRRS comparado con estar localizado en áreas caracterizadas por pendientes suaves (del 2% o menos). La cobertura del terreno fue igualmente importante, donde cualquier tipo de cubierta parecida a pastos o distintos tipos de arboledas parecía estar asociada negativamente con la incidencia de PRRS en comparación con áreas cultivadas. La presencia de arbustos, cobertura herbácea,y árboles de distinto tipo disminuyó la incidencia de PRRS en 0,70, 0,56 y 0,42, respectivamente. Estas asociaciones siguieron siendo significativas después de considerar otros factores de riesgo para PRRS.


¿Qué conclusiones se extraen de este trabajo?

La localización de la granja, especialmente en áreas con alta densidad de cerdos, es muy importante cuando se trata del riesgo de introducción del virus PRRS. La ubicación de una granja no es fácil de cambiar, como tampoco lo es la densidad de cerdos.

Este estudio muestra que aún existen algunas herramientas disponibles para disminuir el riesgo de infectarse de explotaciones vecinas. Aunque la plantación de árboles es un proceso bastante lento, hay algunos tipos de árboles que crecen muy rápido, y en pocos años podría ayudar a disminuir la incidencia de PRRS.

Cuando se planean nuevas granjas y muy a menudo se construyen en terrenos abiertos, es importante ya en esa etapa incluir la planificación de la cobertura del terreno, y también colocar la granja en la pendiente óptima del terreno si es posible.

Enric MarcoLa visión desde el campo por Enric Marco

Para aquellos que ya llevamos unos años dedicándonos a la veterinaria en el sector porcino y concretamente a la prevención de enfermedades, nos reconforta leer las conclusiones del artículo. Recuerdo, cuando ya hace algunos años asesorábamos sobre las mejores localizaciones para establecer granjas de multiplicación, siguiendo los consejos de quien fue uno de los precursores de la bioseguridad: Tom Alexander. Tom siempre aconsejaba huir de terrenos llanos y desprotegidos. No había trabajos científicos, ni estadística detrás de ese consejo, tan solo sentido común. Muchas de las granjas de multiplicación que tenemos hoy en Europa siguieron sus consejos, y algunas de ellas han conseguido permanecer, hasta hoy, libres de PRRS (más de 20 años sin infectarse). Si tenemos en cuenta que para que una granja se infecte por vía aerógena necesita un movimiento de aire lento (vientos flojos) y alta humedad ambiental, las zonas llanas y cultivadas son las idóneas para que se den las condiciones correctas. La presencia de vegetación rompe el flujo laminar del viento, generando turbulencias y dispersando partículas virales, lo que naturalmente reduce la posibilidad de infección. En cuanto al tipo de terreno, el que sea inclinado, al menos en un 9%, está diciéndonos que las granjas no se encuentran en un fondo de valle donde se acumulan los aires fríos y húmedos y, por lo tanto, donde se dan las mejores características para la trasmisión de patógenos por el aire.

Posiblemente una correcta localización, desde el punto de vista de bioseguridad, no es la más interesante en cuanto a costos constructivos pero seguramente sí que es la económicamente más interesante a medio o largo plazo y especialmente cuando el estado sanitario puede ser un limitante para la producción, como podría ser el caso de un núcleo genético o multiplicador.

La ciencia avanza lentamente, pero nos llena de alegría cuando confirma criterios que han sido claves para el mantenimiento de la sanidad de numerosas granjas.