Los compuestos químicos tienen un papel importante en la cadena de producción y distribución de los alimentos. Por ejemplo, se utilizan intencionalmente para combatir enfermedades animales y vegetales e incrementar la producción, o permiten conservar y distribuir en el mercado los alimentos, incrementando su seguridad y vida útil.
Otros compuestos químicos no deseados se pueden acumular en los alimentos de forma no intencional, y su presencia es debida a contaminaciones naturales o ambientales de las materias primas o porqué se producen/acumulan durante los procesos de transformación y/o conservación.
Tipologías de los peligros químicos
Si no tenemos en cuenta los antibióticos, que serán objeto de un artículo específico, las principales fuentes de peligros químicos en los productos cárnicos porcinos se pueden diferenciar entre:
Tabla 1. Notificaciones RASFF desde enero de 2016 hasta la actualidad (totales y desglosadas por categorías de producto relacionadas con carne y productos cárnicos porcinos y por tipología de peligro químico).
Categorías de producto | Notificaciones totales | Notificaciones relacionadas con peligros químicos | |||||
Micotoxinas | Sustancias no autorizadas | Alérgenos | Pesticidas | Metales pesados |
PAHs/ |
||
Hierbas y especias | 121 | 50 | 7 | 5 | 3 | 1 | |
Carne y productos cárnicos (pollo no incluido) | 90 | 1 | 5 | 2 | 2 | ||
Solo carne y productos cárnicos derivados del cerdo | 3 | 1 | 1 | ||||
Aditivos y aromatizantes | 3 | 1 |
Control y detección de los peligros químicos
El control de los peligros químicos en la cadena de producción porcina se basa en primer lugar en el desarrollo de un marco legislativo riguroso a nivel europeo.
La legislación sobre aditivos y aromatizantes permite solo los productos que se han autorizado explícitamente para su uso en las dosis y en los alimentos indicados, y establece límites para la presencia de determinadas sustancias no deseadas (p. ej. aflatoxinas y ocratoxina A en pimentón, cayena y nuez moscada).
Los materiales autorizados para estar en contacto con los alimentos no deben trasferir ningún componente en cantidades que pueden ser peligrosas para el consumidor, ni alterar la composición y propiedades organolépticas de los productos.
En el caso de los contaminantes, el principio es que su nivel se debe mantener tan bajo como es razonablemente posible. Para ciertos contaminantes (aflatoxinas, ocratoxina A, dioxinas y PCBs, plomo, cadmio, PAHs), y para los pesticidas y biocidas, se han establecido niveles máximos en pienso, tejidos comestibles e ingredientes de origen vegetal (como las especias utilizadas en la preparación de productos cárnicos porcinos transformados), para garantizar un elevado nivel de protección del consumidor.
Finalmente, cada fabricante tiene la obligación de prevenir o reducir el riesgo de productos químicos indeseados en el producto final, aplicando en primer lugar todas las medidas de prevención a través de la implementación de un plan de APPCC, unas buenas prácticas higiénicas de manipulación y fabricación y un riguroso plan de control interno de los proveedores de materias primas e ingredientes, así como de los productos procesados introducidos en el mercado.