Control del PRRS mediante vacunación y manejo optimizado: tres casos clínicos

Sarah NielsenJosefine Meyer JørgensenCharlotte Sonne KristensenLise KvisgaardLars Erik Larsen
27-mar-2017 (hace 7 años 7 meses 25 días)

Introducción

El síndrome reproductivo y respiratorio porcino (PRRS) está muy extendido en las explotaciones porcinas danesas y se utilizan diversos métodos con el objetivo de controlar el virus PRRS (PRRSV) (figura 1). Uno de los métodos es utilizar la vacunación en sábana con vacuna viva seguida de un protocolo de despoblación parcial. Todas las cerdas, primerizas, verracos y algunas veces sus crías son vacunadas al menos dos veces (vacunación en sábana). El objetivo es estabilizar el virus en las madres y destetar lechones negativos al virus PRRS. Las áreas de transición y cebo con animales positivos a PRRS se vacian, limpian y desinfectan antes del movimiento del primer lote de lechones negativos.

<p>Figura&nbsp;1. Vista esquem&aacute;tica de los distintos planteamientos en granjas PRRSV positivas</p>

Objetivos del estudio

Investigar la dinámica, persistencia y características genéticas del virus PRRS en tres explotaciones porcinas danesas que siguen siendo PRRS positivas a pesar de los diferentes intentos de estabilización de las granjas. Además, queríamos comparar diversos tipos de muestras para la detección de virus PRRS en diferentes grupos de edad.

Método

Explotaciones

La explotación 1 es una granja de producción SPF (libre de patógenos específicos) con 1.500 cerdas y producción de cerdos a 30 kg. La estabilización del PRRS se intentó en enero de 2013. Las reproductoras y los lechones de la transición fueron vacunados con vacuna viva contra PRRSV-2. La transición fue vaciada, lavada y desinfectada con un vacío sanitario de 4 semanas. Desde entonces, las cerdas fueron vacunadas dos veces al año con la última vacunación en mayo de 2016 (sólo reproductoras en esa ocasión).La explotación realiza autoreposición en una instalación externa.

La explotación 2 es una granja SPF con 700 cerdas y produce principalmente cerdos a 30 kg. El propietario compró la granja en 2012 y vacunó a todos los animales recién adquiridos (primerizas y cerdas). Los problemas con PRRSV comenzaron en 2014, principalmente en destetados y la mortalidad de los lechones aumentó hasta el 22%. En abril de 2016, todas las cerdas fueron vacunadas y revacunadas 4 semanas más tarde con vacuna viva contra PRRSV-2. Además, los lechones a los 10-12 días de edad fueron vacunados con vacuna viva. La vacunación de lechones se detuvo en junio de 2016. Se reforzó la aplicación de técnicas de manejo tipo McRebel al iniciar la vacunación. Todas las primerizas fueron compradas a una explotación PRRS negativa con 12-23 semanas, se vacunaron y se pusieron en cuarentena durante 8 semanas.

La explotación 3 es una granja convencional de producción con 1.100 madres que vende cerdos a 30 kg. Los problemas del PRRSV comenzaron en 2002-2003. Los signos clínicos observados fueron principalmente abortos. La granja empezó a eliminar PRRSV años atrás, vacunando todos los lechones destetados con vacuna viva de PRRS (contra PRRSV-2) durante un período de 4-5 meses. Más adelante, en abril de 2015, todas las cerdas fueron vacunadas y revacunadas tras 4 semanas.Todas las primerizas se compraron a explotaciones PRRS positivas (PRRSV-1 y PRRSV-2) a la edad de 21-24 semanas. Las primerizas se vacunaros frente a PRRS tipo 1 y tipo 2, cuando tenían 10-12 semanas de edad. A su llegada, las primerizas no se pusieron en cuarentena.

Diseño del estudio

Este estudio transversal se realizó en septiembre / octubre de 2016, cuando las explotaciones fueron analizadas para verificar su estatus frente a PRRS en diferentes grupos de edad (animales a 0, 4, 8 y 12 semanas de edad). El estudio consistió en dos partes: una parte relacionada con la evaluación visual clínica (cuestionario, registros clínicos), y una evaluación laboratorial con detección de virus, caracterización genética mediante recogida de muestras de suero sanguíneo, muestras de tonsilas y muestras de suero procedente de placenta-cordón umbilical (PUCS- placenta umbilical cord serum- ). Las muestras se analizaron para PRRS mediante RT-PCR cuantitativa en muestras en pooles y algunas se escogieron además para secuenciación con el objetivo de valorar variaciones genéticas (Sanger y Next-Generation Sequencing).

 

Resultados

Ninguna explotación seguía todos los procedimientos de manejo recomendados (p.ej. la explotación 1 no seguía el TD-TF en maternidad y no había una rutina estricta en el movimiento entre lotes. Las granjas 2 y 3 no siguieron en TD-TF en transición y en la explotación 3 ningún miembro del personal se lavaba las manos y/o las botas o se cambiaba las botas entre las distintas instalaciones.

Todas las muestras de suero del cordón umbilical (PUCS) fueron PRRS negativas por PCR. Las muestras de suero fueron positivas en la granja 1 (12 semanas), granja 2 (8 y 12 semanas) y granja 3 (4, 8 y 12 semanas) (tabla 1). Hubo una concordancia completa entre los resultados de la prueba de suero sanguíneo en pools y muestras de hisopo de tonsilas a las 12 semanas de edad, sin embargo, los valores de Ct de las muestras de suero fueron significativamente más bajos (p = 0,003) que las muestras de tonsilas. La secuenciación de Sanger (ORF5) reveló 98,8-99,5% de homología con la cepa vacunal frente a PRRSV-2. No se encontraron variantes virales (quasiespecies).

 

Tabla 1. Resultado de análisis PCR cuantitativa de suero de cordón umbilical, suero sanguíneo y muestras de  hisopos tonsilares.

  0 semanas 4 semanas  8 semanas 12 semanas
Granja 1        
PUCS 0/14 - - -
SUERO - 0/6 0/6 5/6
TONSILA 0/12 - - 5/6
Granja 2        
PUCS 0/12 - - -
SUERO - 0/6 4/5 6/6
TONSILA 0/12 - - 6/6
Granja 3        
PUCS 0/16 - - -
SUERO - 3/6 2/6 6/6
TONSILA 0/12 - - 6/6

 

Discusión/conclusiones

Ninguna de las  tres explotaciones seguía los protocolos McRebel de forma estricta y todas eran PRRSV-2 positivos. Sin embargo, se observaron pocos signos clínicos en los animales, mostrando que los signos clínicos no eran un buen indicador del estado de PRRSV de estas poblaciones. Ninguno de los lechones muestreados en la primera semana de vida fue positivo a PPRSV, lo que indica que las tres poblaciones de cerdas eran realmente estables. Las muestras de sangre parecían más sensibles que las muestras de tonsilas para la detección de PRRSV. Las secuencias del virus circulante en las tres explotaciones tenían una similitud muy alta con la cepa de la vacuna, indicando que la cepa vacunal circulaba en las granjas.

Aunque el uso de la vacunación fue eficaz para estabilizar a las reproductoras, los resultados de estos estudios enfatizan el hecho que la eliminación del virus PRRS de la transición sólo puede lograrse si la vacunación de las cerdas, la desinfección y despoblación parcial se apoyan con una estricta implementación de todos los procedimientos de manejo recomendados, incluyendo el TD-TF.