En una granja comercial a veces es necesario eutanasiar a algún cerdo dentro de la propia granja, ya sea a causa de lesiones, infecciones o anomalías físicas. La necesidad puede surgir por razones de bienestar animal – para aliviar o evitar el sufrimiento – por motivos de seguridad alimentaria (p.e. abscesos múltiples) o por motivos económicos, cuando el cerdo no podrá alcanzar el peso de matadero o soportar el transporte.
Lo más importante es realizar la eutanasia de un modo humano y seguro.
Las herramientas más comúnmente utilizadas son las pistolas de bala cautiva pero no causan la muerte en cerdos grandes o en cerdos adultos; sólo los llevan a la inconsciencia, por lo que se necesita una acción posterior para asegurar la muerte del cerdo.
El disparo debe realizarse en el punto en el que se cruzan las líneas que unen la base de cada oreja con el lagrimal del ojo opuesto. El cerdo debe mantenerse inmovilizado mediante un lazo y la pistola debe sostenerse firmemente contra el cráneo, perpendicular a ambos planos. En un verraco o en una cerda adulta, es mejor apuntar a 1 cm al lado de la línea media para evitar la sínfisis frontal.
A diferencia de las vacas o las ovejas, los cerdos sufren convulsiones tras el disparo, pese a que estén inconscientes; hay que esperar hasta 60 segundos para que se calmen hasta que podamos lacerar el tejido nervioso ("pithing"). Esto implica insertar una varilla en el agujero del cráneo para destruir la base del cerebro – puede utilizarse una varilla específica, pero también sirve un catéter de IA. Es importante no tener los pies entre las patas del cerdo ya que es posible que se produzcan más convulsiones, es mejor estar en el otro lado para insertar la varilla. Una alternativa es la exanguinación mediante la sección de las carótidas con un cuchillo afilado. En ambos casos debe verificarse la muerte mediante el reflejo palpebral.
Otra alternativa para animales grandes es el uso de una escopeta del calibre 12 a una distancia corta (10 cm). Debe apuntarse detrás de la oreja, hacia el ojo opuesto. No debe utilizarse una escopeta en espacios cerrados o en cerdos estirados sobre suelo de hormigón. El uso de la escopeta evita la necesidad de lacerar el cerebro.