Agentes infecciosos identificados en fetos porcinos abortados

29-nov-2016 (hace 7 años 11 meses 23 días)

Artículo

Cristian Salogni et al. Infectious agents identified in aborted swine foetuses in a high-density breeding area: a three-year study. Journal of Veterinary Diagnostic Investigation, 28 (5), pp. 550-554

 

¿Qué se estudia?

Este estudio determinó la presencia de patógenos causantes de abortos a partir de un número elevado de fetos abortados que fueron remitidos por granjas de reproductoras en una región de alta densidad porcina del norte de Italia.

 

¿Cómo se estudia?

El estudio evaluó 1.625 fetos de 549 cerdas de 140 granjas convencionales que habían sido enviados a un laboratorio de diagnóstico del norte de Italia durante un periodo de 3 años (2011 a 2013) para la investigación de fallos reproductivos. En todos los fetos se buscó PCV2 y PRRSv mediante rtPCR; Aujeszky, parvovirus, enterovirus, PPC y virus de la encefalomiocarditis mediante aislamiento y anticuerpos frente a Aujeszky y parvovirus mediante ELISA competitivo. Se aislaron e identificaron bacterias del encéfalo, pulmones e hígado de todos los fetos mediante cultivos en ágar. No se realizaron análisis para Leptospira spp. debido a la extrema dificultad para conseguir una identificación fiable.

 

¿Cuáles son los resultados?

Las muestras de otoño (28,2 %) e invierno (35,5 %) estuvieron sobrerrepresentadas sin poder asociarse a ninguno de los patógenos detectados en concreto. La mayoría de las muestras (71 %) procedían de abortos que habían ocurrido durante la segunda mitad de la gestación. En 323 de los 549 casos investigados (58,8 %) se detectó como mínimo un agente etiológico. En el 30 % de dichos casos se detectó más de un patógeno. En los 323 casos positivos los agentes detectados más a menudo fueron PCV2 y PRRSv: PCV2 138, PRRSv 108, E. coli 64, Strep sp. 63, parvovirus 20, Aujeszky 6, Staphylococcus sp. 5, virus de la encefalomiocarditis 3, Pasteurella sp. 3, Shigella sp. 1 y Yersinia sp. 1 vez. No se detectó PPC ni enterovirus.

 

¿Qué conclusiones se extraen de este trabajo?

Muchas infecciones son simultáneas, aunque restringidas a un pequeño número de patógenos. El hecho de que tanto PRRSv como PCV2 se hallaran más comúnmente indica que estos dos patógenos estaban muy extendidos en dichas granjas. Su presencia puede indicar que, o no están controlados (PRRS), o que su impacto en las reproductoras está infravalorado (PCV2). La vacunación frente a PCV2 se utiliza poco en esta región. Por el contrario, la baja detección de parvovirus y de Aujeszky seguramente está relacionada con una vacunación regular y efectiva. El autor insiste en la importancia de un protocolo que garantice una recogida consistente de muestras para poder obtener resultados fiables en casos de abortos y cuando se investigan fallos reproductivos. La mayoría de las muestras remitidas se produjeron durante la segunda mitad de la gestación. Esto puede estar relacionado con el hecho de que los fetos que mueren durante el primer y segundo trimestre de la gestación son reabsorbidos o pequeños, por lo que no están disponibles para su análisis. Finalmente, las investigaciones sanitarias como la descrita en este artículo son útiles para tomar decisiones sobre medidas de manejo para controlar el fallo reproductivo.

 

Enric MarcoLa visión desde el campo por Enric Marco

Uno de los problemas más difíciles de diagnosticar en clínica porcina son los abortos. En muchos casos, cuando vemos los abortos la causa ya no está presente, por lo que el diagnóstico es imposible. Algunos trabajos cifran la proporción de abortos que se quedan sin un diagnóstico en más del 60%.

El presente trabajo nos puede ayudar a intentar reducir la frecuencia o el impacto de los mismos. Después de una extensa investigación nos aporta datos interesantes. Una mayoría de los casos de abortos se producen durante los meses fríos, independientemente de cuál sea su causa. Que los problemas aparezcan con más frecuencia en los meses fríos, no deja de ser una indicación de que posiblemente los alojamientos, en lo que a las gestaciones se refiere, no consigan aislar suficientemente el ambiente interior del exterior. El estrés térmico puede afectar negativamente la respuesta inmune de los cerdos poniendo en un estado de mayor vulnerabilidad las gestaciones. En consecuencia, la mejora de las condiciones de alojamiento en gestación debería de ser una prioridad en aquellas granjas con problemas reproductivos durante los meses fríos. Posiblemente, en estos casos, un aumento en la cantidad de pienso diaria suministrada, colocaría a las cerdas gestantes en una situación más favorable ya que les permitiría reducir el impacto negativo de una ambiente frío.

El gráfico circular representa el porcentaje de abortos en la primera y la segunda etapa de la gestación, respectivamente. El gráfico de barras representa la estacionalidad de los abortos.

Del trabajo también se desprende que, entre las causas infecciosas de abortos, la Circovirosis porcina (PCV-2) y el Síndrome Respiratorio y Reproductivo Porcino (PRRS) son los más frecuentes. Evidentemente con estos hallazgos el plantear un mejor control de ambas enfermedades en el rebaño reproductor debería ser una prioridad en zonas densas (como la del estudio). En lo que respecta a la Circovirosis porcina, la vacunación está muy extendida en lechones pero todavía son pocas las granjas que vacunan a las cerdas, y cuando lo hacen no es nunca pensando en la reducción de problemas reproductivos, sino en reducir los problemas observados en la fase de crecimiento de los lechones. Quizás un mayor uso de la vacunación frente a PCV2 en reproductoras reduciría la frecuencia en que este agente etiológico se diagnostica en abortos. Para reducir la frecuencia de diagnóstico del virus PRRS en los casos de abortos, las medidas que se deberían adoptar son más complejas ya que deben incluir la vacunación del efectivo reproductor, la mejora en bioseguridad de la explotación para evitar la entrada de nuevas cepas virales y la aplicación de medidas de manejo orientadas a reducir las circulaciones víricas que se producen en lo que denominamos "zonas calientes": reposición y zonas de post-destete.