Caso clínico: Clínica de parvovirus pero dos causas distintas

Ricardo García Azcorreta
26-sep-2016 (hace 8 años 2 meses 26 días)

Descripción de la granja

Se trata de una granja situada en el noroeste de España, relativamente aislada de otras granjas.

La capacidad es de 1.000 madres. La fase 1 y fase 2 se producen en el mismo sitio, y parte de la fase 3 (5000 plazas de cebo) a 1 km de distancia. El resto está deslocalizado, lejos de la fase 1 y 2.

Estatus sanitario: granja positiva a PRRS, micoplasma, app, gripe, sarna e ileítis y negativa a rinitis y Aujeszky.

Se vacuna frente a PCV2, micoplasma, PRRS (sólo la reposición que se vacuna y revacuna con vacuna viva), gripe, Coli-Clostridium, parvovirus-mal rojo (primovacunación a los 6 meses y revacunación de la reposición; a las multíparas se les aplica una dosis el 7º día de lactación).

Reposición: se reponía habitualmente con cerditas de 100 kg (45% anual) hasta finales de 2013. A principios de 2014 se decide comprar abuelas, por lo tanto se siguen pidiendo animales de 100 kg durante todo el 2014, hasta que a inicios de 2015 ya se disponía de autoreposición.

 

Aparición del caso

En marzo de 2014 nos llama el ganadero alarmado con un cuadro de abortos en el último tercio de gestación, nacidos débiles, nacidos muertos, momificados, agalaxia, cerdas con fiebre y partos con poco número de nacidos.

Aborto en último tercio de gestación.

Foto 1. Aborto en gestación

Actitud de lechónes cuya madre tiene corte de leche y fiebre.

Foto 2. Actitud de lechones cuya madre tiene corte de leche y fiebre.

Pérdida de gestación al día 30 por fiebre.

Foto 3. Pérdida de gestación al día 30 por fiebre.

Visita a la granja

Acudimos con celeridad debido a la gravedad del cuadro que se presenta en la granja.

Apreciamos un número de abortos muy elevado, en torno al 30% en 4 lotes semanales consecutivos. En las cerdas paridas multíparas se aprecia un cuadro grave de agalaxia y un aumento de nacidos débiles, momificados, muertos y no viables que suponen pasar de 11,5 a 3,2 lechones destetados/cerda parida. Esta situación se mantuvo con regresiva gravedad durante 1 mes. El grado de afectación parecía similar en primerizas y en multíparas. En cuanto al análisis del cuadro clínico por ciclos se aprecia una diferencia, a mi parecer, bastante esclarecedora.

En las cerdas primíparas se observan partos con pocos nacidos vivos, algún nacido débil y momificados de distinto tamaño, no encontrando un cuadro de agalaxia fuera de lo normal, mientras que en las multíparas se apreciaba un cuadro perfectamente compatible con PRRS, con nacidos muertos, débiles, momificados grandes y de igual tamaño, agalaxia, cerdas con fiebre y alta mortalidad en lechones.

Camada de lechones no viables por PRRS.

Foto 4. Camada de lechones no viables por PRRS.

Actitud de lechón hambriento por hipogalaxia materna.

Foto 5. Actitud de lechón hambriento por hipogalaxia materna.

Diagnóstico

La sospecha, y por lo tanto lo que se analiza, es parvovirus y PRRS, tanto en multíparas como en primerizas que estaban siendo afectadas.

 

Resultados medios primerizas

Resultados medios multíparas

En principio, parecía claro que las primerizas parían momificados asociados a una recirculación de parvovirus, mientras que parecían protegidas de PRRS. Sin embargo, en multíparas se daba justo lo contrario, afectadas por PRRS y protegidas de parvovirus.

 

¿Por qué se daba esta situación?

La situación de las multíparas es perfectamente explicable por una recirculación de PRRS, ya que no se vacunaba a multíparas, y estaban protegidas frente a parvovirus por su vacunación en ciclo.

En cuanto a las primerizas, la protección frente a PRRS venía de la vacunación precubrición, pero ¿por qué no estaban protegidas frente a parvovirus si se vacunaba y revacunaba en precubrición?

Sólo había una respuesta clara: interferencia con anticuerpos maternales.

Inmediatamente se sangraron las F1 recién llegadas y efectivamente confirmamos la sospecha, los títulos eran muy elevados hasta los 7 meses y existía interferencia con la vacuna administrada.

 

Acciones tomadas

  1. PRRS: vacunación y revacunación, a los 21 días, en sábana con vacuna viva y luego en ciclo a 90 días de gestación con vacuna inactivada. La pauta que se aplica a día de hoy es vacunación frente a PRRS con vacuna viva, 2 veces al año en sábana, y se mantiene la inactivada a los 90 días de gestación. Las nulíparas reciben dos dosis de vacuna viva contra PRRS y se cubren 50 días después de la última dosis.
     
  2. Parvovirus: se retrasa todo lo posible la vacunación de la reposición y se aplican 3 dosis a intervalos de 21 días antes de su primera cubrición. A las nulíparas que ya estaban gestantes se las volvió a vacunar y revacunar de parvovirus.
     
  3. Se mejoraron todas las pautas de bioseguridad.
     
  4. Se minimizaron traspasos en lactación.
     
  5. Se instauró obligatoriamente el movimiento de lechones sólo hacia delante, dejando claro que no se retrasaran los lechones pequeños hasta alcanzar el peso deseado a costa de convivir con animales más jóvenes.

 

Evolución del caso

Las acciones tomadas funcionaron perfectamente. Poco a poco se alcanzó la normalidad productiva, excepto una situación imprevista, un 20% de las multíparas empezaron a parir momificados de tamaño variable durante el verano de 2014, el número de momificados aumentó del 1% al 5%.

Momias de distinto tamaño por parvovirus y parto adelantado por PRRS en zona de gestación.

Foto 6. Momias de distinto tamaño por parvovirus y parto adelantado por PRRS en zona de gestación.

Tras hacer el seguimiento productivo de las cerdas afectadas, coincidían casi en su totalidad con cerdas que abortaron tardíamente o fueron destetadas sin lechones debido a la recirculación de PRRS y a los partos con un bajo número de nacido vivos por parvovirus.

 

¿Qué había ocurrido?

Que no fueron vacunadas frente a parvovirus el día 7 de lactación porque no llegaron a ese día lactando, por lo tanto pasaron casi dos ciclos sin ser vacunadas y los títulos vacunales no protegieron durante tanto tiempo. Los títulos vacunales pueden durar 4-5 meses y los maternales 6 meses; los títulos de infección por virus campo duran más de dos años y los maternales pueden llegar hasta los 9 meses. Tras este suceso todo volvió a la normalidad.

 

¿Qué aprendimos de este caso?

  1. Cuando se llega a disfrutar de una alta estabilidad de PRRS y la granja está lo suficientemente aislada para poder continuar con esa estabilidad, no debemos relajarnos con las normas de bioseguridad, ya que en unos días la situación puede ser absolutamente distinta.
     
  2. Cuando recircula PRRS, es probable que no todos los problemas de la granja sean achacables a este virus, hay que analizar bien la situación y hacer un diagnóstico diferencial correcto, el cual corroboraremos con los resultados laboratoriales.
     
  3. Es importante analizar los anticuerpos maternales de parvovirus en nulíparas ya que es probable que interfieran con las pautas y eficacias vacunales. La presuposición en muchos casos conduce al error.
     
  4. Debemos tener en cuenta que hay que vacunar frente a parvovirus a todas aquellas cerdas que se desteten antes del día de vacunación en ciclo (en este caso el día 7 de lactación). Las consecuencias se agravan si el número de cerdas que se quedan sin vacunar es grande (20%) y aún más si va asociado a una recirculación de PRRS como ocurría en esta granja.