5 de septiembre de 2016
19-sep-2016 (hace 8 años 3 meses 3 días)Agosto es el mes vacacional por excelencia, por lo menos en nuestro mundo, y parece que ha contagiado al mercado. Después de un julio movido a todos los niveles, agosto se ha calmado y ha dado la impresión que, independientemente de los movimientos normales, los precios se han mantenido estables en cuanto a los cereales se refiere; diferente ha sido el caso de las proteínas pero ya lo comentaremos más tarde.
El mercado de Chicago, con las cosechas excelentes confirmadas y sin poder jugar más la carta de las lluvias o las sequias, ha ido cediendo sus cotizaciones, compensadas en parte por los movimientos de las divisas y por el aumento, por lo menos en los precios finales, de las primas. A ello, añadir las pocas ganas de hacer nada y la falta de responsables de toma de decisiones en sus lugares de trabajo.
En cuanto al mercado europeo y nacional, sigue presionando la excelente cosecha de trigo del Mar Negro, compensando las reducciones de la misma en Francia. Las ofertas de nacional, en la medida que la cebada y el trigo caben en los almacenes, se van reduciendo y diría que las ofertas a partir de octubre brillan por su ausencia o son a precios no contemplables. En cuanto al Duero, las ofertas siguen existiendo pero la cada vez mayor escasez de camiones, con la consecuente subida de precios del transporte, encarecen en demasía los precios. A pesar de lo dicho, para entregas inmediatas los precios son parecidos.
Vayamos a los precios, el trigo cotiza alrededor de los 165/164 €/Tm la posición de sep/dic en 30 días y 168/167 la de ene/may. El maíz disponible alrededor de los 173/174, la posición de nov/ene cotiza alrededor de los 164/165 y la de feb/may 167/168, además incluso se está ofreciendo al mismo precio para todo el año 2017. En cuanto a la cebada siguen habiendo ofertas para sep/dic a niveles de 156/157 sobre puerto.
Todo esto sin contar los centenos que se ofrecen alrededor de los 150, o los triticales a ni se sabe. Resumiendo, sigue habiendo abundante oferta en los puertos, lo que da una gran tranquilidad al posible comprador; de ahí que esté desaparecido, consumiendo lo que ya tiene comprado más la cebada que sigue saliendo de nacional y esperando la cosecha de maíz.
A todo ello hay que añadir que el poco o mucho maíz que se opera, en general es nacional o francés y a precios competitivos con respecto a los del puerto, por lo menos en el mercado del Ebro, exceptuando lógicamente las demandas que puedan existir en el litoral.
La impresión que tengo es que gracias a los stocks existentes y a la bondad de las cosechas a nivel mundial, ésta será la tónica imperante en los próximos meses, subidas puntuales y bajadas también, con diferencias entre los altos y bajos no demasiado significativas. Como ya he dicho anteriormente, sigo pensando que los bajos ya se hicieron, pero que los precios difícilmente se escaparán en demasía.
La soja, igual que los cereales, a medida que los fondos no han podido jugar con la climatología y las cosechas se han ido confirmando como excelentes, ha ido cediendo en contra de la voluntad de algunos, me imagino. A día de hoy cotiza a niveles de 345 la disponible y alrededor de los 350 de octubre a diciembre, para el año 2017 (enero/diciembre) la cotización esta alrededor de los 335/340. Lógicamente esto ha afectado directamente a la colza y a los girasoles, además de existir abundante y variada oferta, las cotizaciones de la colza se sitúan alrededor de los 222/225 para disponibles y lo mismo para oct/dic. El problema es que a estos precios la demanda es mínima. En cuanto al girasol, el de baja cotiza sobre los 168 y el de alta 224/225 el disponible y 220 el de oct/dic. Por último, el turtó de girasol disponible se sitúa alrededor de los 220 y para nueva cosecha sobre los 215/210. Pero el mercado, igual que para la soja, se dedica a esperar y aparentemente no tiene ninguna prisa.
Lo cierto es que es difícil encontrar argumentos para justificar una subida importante de nada y que conste que siempre puede pasar pero a día de hoy yo no la sé ver ni intuir.