Uso racional de antibióticos. Concienciación social y planes para reducir la resistencia a antibióticos

Lorenzo Fraile
05-jul-2016 (hace 8 años 4 meses 16 días)

Los programas de medicina preventiva se basan en la implementación de una serie de medidas para el control de enfermedades que son importantes en porcicultura. Las herramientas disponibles se basan en el uso de vacunas, medidas de higiene y manejo y en el uso de antimicrobianos en el caso concreto de enfermedades bacterianas. En la actualidad tampoco se dispone de vacunas eficaces para muchas enfermedades bacterianas. Por tanto, los antimicrobianos son una herramienta fundamental para los clínicos que ejercen su trabajo en porcicultura y preservar su eficacia en el futuro es importante para que la producción porcina siga siendo una actividad rentable y sostenible en el futuro.

Desde hace tiempo se sabe que los antimicrobianos dejan de ser eficaces porque las bacterias generan una serie de mecanismos de resistencia frente a ellos. La consecuencia directa es el mayor desafío para curar a nuestros animales con estas herramientas y que, además, podemos diseminar estas bacterias resistentes a otras especies incluida la especie humana. Hoy día el tratamiento de infecciones bacterianas en medicina humana es un problema prioritario de salud pública. Uno de los factores que está involucrado en la generación de estas resistencias antimicrobianas es un uso no prudente de los antimicrobianos, ya sea por una selección inadecuada o una utilización incorrecta. Hoy día está claro que la generación de microorganismos resistentes se puede originar tanto en medicina humana como veterinaria y que la epidemiología de las resistencias antimicrobianas es muy compleja (figura 1). Por tanto, el abordaje de las resistencias antimicrobianas debe realizarse desde una perspectiva de una única salud. Es decir, debemos abandonar el discurso de quién es el responsable de las resistencias antimicrobianas y ver cómo podemos colaborar todos los actores que jugamos un papel en este tema.

Resistencia antimicrobiana

La Comisión Europea instó a las Estados miembros a desarrollar planes de lucha contra las resistencias antimicrobiana. Como consecuencia de ello se ha puesto en marcha en España el Plan estratégico para disminuir el riesgo de resistencias antimicrobianas coordinado por la Agencia Española del Medicamento y, entre otras múltiples acciones, reevaluará el consumo de los antimicrobianos tanto a nivel humano como veterinario en todas las especies, incluida la porcina. El último informe europeo sobre consumo de antimicrobianos en Europa (ESVAC, 2013) puso de manifiesto que nuestro consumo de estos fármacos es de los más elevados de Europa y que nuestros hábitos de consumo no han cambiado en los últimos años. En la actualidad, no se sabe cual es la parte proporcional de este consumo general que corresponde al porcino pero todos sabemos que, con toda probabilidad, será una de las especies con mayor consumo por kilo de carne producido. Por tanto, estamos o estaremos en el punto de mira de las autoridades europeas sobre esta materia. En este contexto nacional y europeo, todos los implicados en la producción de cerdos nos debemos plantear qué puede hacer cada uno de nosotros para intentar optimizar el uso de antimicrobianos en esta especie. Creo sinceramente que se puede hacer mucho por mejorar en este campo. Quizás el punto de partida para cada uno de nosotros es saber dónde estamos: ¿Sabemos cuantos miligramos de antimicrobianos utilizamos para producir un kilo de carne? ¿Hemos realizado un buen diagnóstico del problema clínico y los antimicrobianos son realmente necesarios? ¿Utilizamos la higiene y desinfección como debemos en nuestras explotaciones? ¿Utilizamos los antimicrobianos para curar a los animales o es realmente una herramienta para prevenir las enfermedades? ¿Somos capaces de defender ante las autoridades que necesitamos estas herramientas? ¿Utilizamos la dosis correcta y monitorizamos que los animales se medican correctamente? Todos sabemos que el día a día no nos deja mucho tiempo para pararnos a mirar con ojos críticos qué estamos haciendo y si podemos mejorar lo que hacemos. El programa nacional de resistencias antimicrobianas y la presión que nos viene de Bruselas lo podemos ver como una pesada losa o como una oportunidad para mejorar el sector porcino. No debemos olvidar que el sector porcino necesita exportar una parte muy importante de su producción para seguir siendo viable. Otros países productores pueden utilizar esta coyuntura para intentar dominar determinados mercados. Yo os animo a que lo veamos como una gran oportunidad y que empecemos a tomarnos muy en serio el uso de antimicrobianos. Si no lo hacemos nosotros, alguien acabará imponiendo unas normas muy restrictivas que pueden suponer un problema serio para la viabilidad de un sector productivo con un gran presente y futuro. Como mensaje final, me gustaría remarcar que los antimicrobianos se deben utilizar tanto como sea necesario y tan poco como sea posible.