La hiperprolicidad conlleva muchos cambios en la producción porcina, pero el mayor reto es la gestión de los lechones que exceden al número de tetas de las cerdas. Aunque no es la única posibilidad, sí que es cierto que una de las herramientas que tenemos para gestionar esos lechones supernumerarios es el uso de leche artificial. Hay distintos usos para la leche artificial. Aunque los más comunes son:
Foto 1. Administrar leche artificial a los lechones desde los primeros días de vida es una de las opciones que tenemos para gestionar la prolificidad. En estos sistemas la higiene de todo el proceso es clave para evitar patologías digestivas.
Uno de los puntos críticos cuando se usa leche artificial es la higiene. Los tanques donde se mezcla la leche así como el circuito se deben limpiar a fondo de forma rutinaria. También se deben limpiar muy bien las cazoletas usadas para administrar leche en las salas de partos, retirando toda la leche sobrante antes de que se estropee y pueda causar problemas digestivos a los lechones. También puede ocurrir que los lechones ensucien la cazoleta excretando en ella.
Foto 2. En esta granja danesa el encargado adapta una pieza de plástico del tamaño de los tazones donde se administra la leche que facilitaba mucho el proceso de limpieza de los mismos.
En una reciente visita a Dinamarca vimos un sistema muy simple y eficaz para limpiar las cazoletas. El encargado de la granja había adaptado a la lanzadera de alta presión un "caparazón" de plástico. Este "caparazón" tiene la medida exacta para cubrir la cazoleta donde se administra la leche y por tanto permite taparla completamente. De esta manera se pueden limpiar las cazoletas de una manera práctica, efectiva, rápida y sin salpicar toda la plaza de maternidad y mojar a los lechones.