Así lo ve Imasde
27-jun-2002 (hace 22 años 5 meses 26 días)
En los últimos años existe en el seno de la UE una preocupación creciente por la seguridad alimentaria, el respeto al medio ambiente y el bienestar y la sanidad animal. Dentro del respeto al medio ambiente se han desarrollado diferentes técnicas para reducir la contaminación ambiental en la producción porcina, tanto de diseño de explotaciones, de manejo, etc. Desde un punto de vista de la nutrición se han estudiado diferentes alternativas, entre las que destacan el uso de dietas bajas en proteína suplementadas con aa´s sintéticos para cerdos en crecimiento-cebo y el uso de fitasas. Así, por cada punto de proteína menos, se reduce la excreción de N un 10%, la concentración de NH3 en purín un 11%, la emisión de NH3 al ambiente un 13%, y el volumen de purín un 5%, con un descenso de un 3% en el consumo de agua.
Como es sabido el cerdo no necesita proteína sino aminoácidos. Por tanto, las dietas bajas en proteína deben garantizar tanto los niveles de aminoácidos esenciales, lo que se hace habitualmente mediante aminoácidos sintéticos, pero también se debe garantizar una cantidad suficiente del resto de aminoácidos, que asegure satisfacer las necesidades proteicas del animal. Una ventaja adicional a la reducción de proteína de la dieta es la reducción del extracalor de la dieta generado por un exceso de proteína de la dieta, lo que podría afectar al consumo en zonas cálidas.
Sin embargo, cuando se reduce el nivel proteico de la dieta aún manteniendo el nivel de los aminoácidos esenciales, es muy importante vigilar que el descenso proteico de la ración no afecta a los resultados zootécnicos; tanto en rendimiento, especialmente la conversión alimenticia, como en características de la canal, especialmente en la relación magro:graso. El esfuerzo en investigación realizado en los últimos años revela la posibilidad de uso de este tipo de dietas sin efectos negativos sobre la productividad de los animales, siempre que las dietas eran suplementadas con aminoácidos sintéticos y la reducción proteica no era excesiva.
A la hora de su utilización se deben considerar los siguientes aspectos:
1. Estas dietas se adaptan mejor a formulaciones en base a:
a. Energía neta, ya que el sistema de energía digestible sobrevalora energéticamente los alimentos ricos en proteína bruta
b. Proteína ideal según la edad del animal y en aminoácidos digestibles, ya que formulando en base a aminoácidos totales se sobrevalora el aporte aminoácido de las materias primas. El sistema de digestibilidad ileal estandarizado es más exacto, pero debido a la falta de datos en algunas materias primas, el uso de digestibilidad ileal aparente es el más comúnmente utilizado. En este sentido se debe tener en cuenta cómo vienen definidas las recomendaciones nutricionales (aminoácidos digestibles en aparente o estandarizado) para formular las dietas correctamente.
c. Buen conocimiento de las necesidades aminoacídicas de los animales. Cuanto más conozcamos acerca de las necesidades reales, más podremos ajustar la dieta a las mismas.
2. El nivel de proteína debe ser tal que asegure el aporte de aminoácidos no esenciales. Niveles de 17, 15 y 13,5% para intervalos 20-50, 50-100 y >100 kg podrían ser suficientes siempre que se mantengan niveles adecuados de los aminoácidos esenciales.
3. El nivel de reducción de la proteína debe ser acorde a la estirpe genética, no siendo recomendable bajar más de un 5% en estirpes magras, pudiendo llegar a un 8% en estirpes más grasas. Hay que recordar que una disminución de la proteína de la dieta nunca mejora la calidad de la canal.
4. Existe el peligro de que empiece a ser limitante algún aminoácido que en dietas normales no son un problema, tales como valina, leucina, etc. Además se deben cuidar las interacciones entre aminoácidos, como una relación triptófano:aminoácidos neutros de elevado peso molecular sea >5%.
5. Al bajar los niveles de proteína se debe respetar la relación de lisina digestible/MJ kcal Energía Neta.
En resumen, la utilización de dietas bajas en proteína en cerdos en crecimiento, si se hace correctamente permite producir cerdos con características semejantes a la producción normal con menores niveles de contaminación ambiental.