Para un correcto plan de acción, es importante tener un programa de control de plagas, perfectamente documentado y que se mantenga al día.
Tácticas de control cultural
Son tácticas de acción preventiva que reducen e impiden que los roedores se refugien dentro de las instalaciones.
Tácticas de control pasivo
Por lo general, se recomiendan métodos inocuos de captura o trampas, especialmente indicadas en espacios como oficinas, habitaciones o laboratorios, cerca de alimentos, comederos y otros lugares donde no está indicado el uso de cebos rodenticidas por tener un alto riesgo de intoxicación.
No son efectivos con grandes poblaciones pero sí son un complemento perfecto.
También son importantes para conocer la intensidad de la plaga en las diferentes naves de la explotación.
Se deben colocar en los sitios de paso, entrada de madrigueras o lugares cercanos donde se alimentan las ratas y ratones.
Tipos de trampas:
Trampas adhesivas ya preparadas con un atrayente alimentario.
Trampas elaboradas a partir de pegamentos especiales con atrayentes para roedores.
Trampas mecánicas
Trampas de captura múltiple, en cuyo interior se pone un cebo alimentario. Los roedores entran pero no pueden salir. El problema de estas trampas es que no les matan, sólo los capturan. Pueden llegar a capturar entre 5 y 10 ejemplares. A veces se recomienda poner una trampa adhesiva en su interior para que queden pegados y mueran.
Otras tácticas de control pasivo son los métodos biológicos a base de depredadores. Son métodos muy antiguos pero deberían estar restringidos porque son factores de riesgo de enfermedades por la interacción entre las ratas–depredador–cerdo–hombre. Los más utilizados como medida de control de roedores en las explotaciones porcinas son los gatos, pero es un factor de riesgo en la transmisión de enfermedades zoonóticas como la toxoplasmosis. Por otro lado, hay que tener mucho cuidado de que no coman cebos envenenados (intoxicación primaria) ni ratas muertas por estos cebos envenenados (intoxicación secundaria), con graves consecuencias para su salud, si no se tratan a tiempo.
Tácticas de control activo
Son tácticas activas, resolutivas e imprescindibles, donde se emplean los cebos rodenticidas. El objetivo de estas tácticas es reducir las poblaciones de roedores y evitar que colonicen la granja.
Debe existir una plantilla o programa de control de roedores para cada nave de la granja: verracos, gestación, parideras, transición, engorde, almacén de alimentos, oficinas, etc.
Los rodenticidas se colocarán dentro de portacebos.
El programa de desratización debe incluir, como mínimo: