Inseminación artificial porcina: ¿qué técnica utilizar y con cuántos espermatozoides por dosis?

Jordi Roca Aleu
07-abr-2014 (hace 10 años 7 meses 14 días)

La inseminación artificial es la técnica reproductiva más difundida en la especie porcina y está en constante evolución. La irrupción hace ya unos años en el mercado de dos nuevas técnicas de inseminación, la intrauterina o post-cervical y la intrauterina profunda, representa uno de los hitos más relevantes en dicha evolución. En esencia ambas técnicas de inseminación permiten reducir sensiblemente el número de espermatozoides por dosis, respecto a la técnica convencional, sin menoscabar la fertilidad y prolificidad, pudiendo ser dicha reducción mayor con la intrauterina profunda (Roca y cols., 2011). La diversificación en las técnicas de inseminación abre el debate sobre cuál utilizar. Los criterios para la elección deberían ir más allá del precio (catéter y dosis semen) y basarse en la productividad y rentabilidad. Productividad entendida como el número de lechones nacidos y/o destetados, incluyendo el peso de los mismos, por cada 100 cerdas inseminadas. Rentabilidad definida como el gasto (catéter, dosis semen, mano de obra,…) por lechón nacido y/o destetado. Lo que puede ser productivo y/o rentable para una determinada granja no tiene porque serlo para otra. Hay factores que condicionan dicha productividad y rentabilidad en cada granja. Por ejemplo, el escenario en el que se realizan las inseminaciones, determinado por el nivel de la pirámide productiva (selección, multiplicación y producción) que condiciona la disponibilidad de verracos, y por el tipo de semen a emplear (fresco, refrigerado o congelado). Recientemente, se ha publicado en la revista Journal of Animal Science un interesante estudio, realizado por Gonzalez-Peña y colaboradores, que aborda esta tema y, entre otras aportaciones, da respuesta a la pregunta ¿Qué técnica de inseminación debo utilizar? En resumen, dichos autores, en base a indicadores productivos y económicos, consideran más rentable la intrauterina profunda en las granjas de selección y la intrauterina en las de producción. Con respecto al tipo de semen, la intrauterina sería la de elección para el semen fresco o refrigerado y la intrauterina profunda para el semen congelado.

Número de dosis

Figura 1. Dosis de semen refrigerado comercializadas en España durante 2010 (Resultados de la encuesta a centros de inseminación para conocer el grado de implantación de la inseminación post-cervical en España. Asociación nacional de criadores de ganado porcino)

El escenario más común en la industria porcina es una granja de producción inseminando con semen refrigerado. En este escenario, la intrauterina está relevando a la convencional, al menos en España, como lo demuestra el hecho de que el 60% de las dosis de semen comercializadas por los centros de inseminación en el año 2010 se emplearon con inseminación intrauterina (figura 1). Esta realidad encierra otra cuestión, ¿qué número de espermatozoides debemos utilizar por dosis de semen refrigerado para la inseminación intrauterina? Tal y como expuso el experto A. Bolarín (AIM Ibérica) en la última reunión de la Asociación Europea de Veterinarios Especialistas en Inseminación Artificial, no hay todavía consenso. Muy al contrario, el rango es tan amplio que oscila entre 500 y 2000 x106 espermatozoides por dosis (Tabla 1). Como reflexión sobre este punto diría que deberíamos ser cautos a la hora de fijar el número de espermatozoides por dosis de inseminación, no sea que el ansia por reducirlo nos lleve a emplear un número por debajo del umbral de fertilidad (número mínimo de espermatozoides necesario por dosis de inseminación para garantizar la fecundación de todos los ovocitos ovulados). Este número mínimo puede diferir enormemente entre granjas. Al respecto debemos recordar que sólo el 5-6% de la variación entre granjas en la fertilidad y prolificidad depende del binomio verraco-semen. El 94-95% restante de la variación depende de factores ligados a la cerda y al manejo, incluyendo aquí la detección del celo, la manipulación de la dosis de semen en la granja, la profesionalidad en la realización de la inseminación, el número de inseminaciones por cerda y ciclo, etc. Otro aspecto a considerar, y que también es debatido, es el volumen de la dosis de inseminación para la intrauterina. Éste no es un tema baladí. El volumen de la dosis importa y en general podríamos decir que a mayor volumen, dentro de un orden, mejores resultados de fertilidad y prolificidad. Ligado con el volumen de la dosis es importante también el grado de dilución de los espermatozoides. Un excesivo grado de dilución (dosis con mucho volumen y pocos espermatozoides) perjudica la funcionalidad espermática y con ello su posterior fertilidad y prolificidad. El sistema de envasado en doble bolsa (two-chamber bag: una primera bolsa con los espermatozoides conservados a un bajo grado de dilución y una segunda bolsa con sólo diluyente) parece ser una alternativa que aúna ambas ventajas: un volumen final de la dosis de inseminación elevado junto a un reducido grado de dilución de los espermatozoides durante la conservación en refrigeración.

Tabla 1. Resultados comparativos de fertilidad y prolificidad de cerdas inseminadas con semen refrigerado empleando las técnicas intrauterina (IU) y convencional (C). Datos extraídos de la presentación de A. Bolarín en AI-Vets 2013.

Empresa Técnica IA Cerdas inseminadas Volumen (ml) Espz/dosis (x106) Fertilidad (%) Prolificidad (lechones por camada)
Hernández-Caravaca (2012) IU 1.664 40 1.500 91,65 14,13
C 1.716 80 3.000 88,58 13,65
Juan Jiménez SAU (2012) IU 65.808 40 1.500 85,80 10,51
C 68.308 80 3.000 83,30 10,51
Danske Svinproduktion (2008) IU 3.077 80 750 91,3 16,3
IU 3.021 80 500 88,9 16,2
C 3.099 80 2.000 90,2 16,5