Lechones de bajo peso y de cerdas jóvenes; una combinación muy peligrosa (I)

Carlos PiñeiroMaria Nazaré Lisboa
26-nov-2012 (hace 12 años 26 días)

La mejora en los últimos años en la eficiencia reproductiva nos lleva a obtener cada vez con más frecuencia camadas muy numerosas que son el punto de partida para la obtención de un mayor número de destetados y finalmente un mayor número de animales vendidos, ya sea al destete, a los 20 kg o como animales de engorde. Prolificidades medias por encima de 15 y destetados por encima de 13 empiezan a verse con relativa frecuencia. Para conseguir estos resultados hay un buen número de factores actuando e interactuando y sólo con un buen control de todos ellos conseguiremos unos excelentes rendimientos reproductivos.

De estos factores hay algunos sobre los que podemos tener un control casi completo, algunos que solo podremos asegurar en parte y otros que están bastante fuera de nuestro alcance. De manera concreta, obtener una camada numerosa dependerá de la prolificidad de la cerda, habitualmente asegurada en diferente grado por la empresa que proporciona la genética, de su adecuada preparación como reproductora, en particular si la criamos en la propia granja (aspectos sanitarios y nutricionales principalmente), edad a la primera cubrición, calidad del proceso de detección de celo, alimentación y manejo durante la gestación (en particular el último tercio) y finalmente atención durante el parto y la fase de lactación. Dentro de todos esos procesos vamos a revisar la influencia de dos de ellos cuya importancia es creciente dentro de las tendencias actuales de producción, como son el porcentaje de lechones pequeños y el nº de parto de la cerda.

Es conocido que la mejora genética en los últimos años nos viene ofreciendo la posibilidad de obtener camadas cada vez más numerosas (Foxcroft, 2008) pero dicha mejora parece ir ligada en muchos casos a una menor homogeneidad de pesos al nacimiento, principalmente a la aparición de un porcentaje de lechones pequeños mayor del deseado, que en algunos casos rayan el límite de la viabilidad (<850 g) y cuyo porcentaje puede situarse en torno al 13 % (PigCHAMP Pro y Consuitec, datos sin publicar) como nos muestra el gráfico 1.

Gráfico 1. Porcentaje de lechones de bajo peso en función del nº parto

Porcentaje de lechones de bajo peso en función del nº parto

Es conveniente recordar la sólida relación existente entre los pesos al nacimiento y el crecimiento posterior del lechón (gráfico 2):

Gráfico 2. Relación entre el PV al nacimiento y el crecimiento posterior

Relación entre el PV al nacimiento y el crecimiento posterior

Fuente: PigCHAMP Pro Europa y Consuitec

Por otra parte, también es conocido el efecto sobre la sensibilidad a las enfermedades y pérdida de rendimientos en los lechones provenientes de cerdas jóvenes, en particular primíparas (Miller et al, 2008). Parece que ambos factores, en particular en combinación, pueden tener un efecto notable sobre los resultados obtenidos en maternidad y en las fases siguientes.

Las curvas de prolificidad actualizadas muestran que los valores medios, y los de las granjas de alto rendimiento siguen un patrón muy similar (gráfico 3).

Gráfico 3. Curvas de prolificidad globales y en cerdas hiperprolíficas

Curvas de prolificidad globales y en cerdas hiperprolíficas

Fuente: BD PigCHAMP Pro Europa, correspondientes a 154.506 partos en septiembre de 2012

Cuando añadimos información sobre el peso al nacimiento y al destete y el crecimiento de los lechones observamos algunos efectos muy interesantes, ya que las cerdas jóvenes (partos 1 y 2) producen en general lechones algo más ligeros que las cerdas adultas (tabla 1).

Tabla 1. Pesos vivos en Kg (PV) al nacimiento, al destete (PV Dest) y crecimiento (GMD, gr) en función del número de parto

PV0 PV Dest GMD
P1 1,23 a 6,78 a 196,0 a
P2 1,25 a 6,98 a 202,0 ab
P3 - P7 1,32 b 7,39 b 215,6 b
EEM 0,023 0,179 6,192

Fuente: PigCHAMP Pro Europa y Consuitec

Este menor peso al nacimiento se traduce en un menor crecimiento posterior y por tanto en un peso menor al destete que los lechones de cerdas adultas. Resulta interesante ver lo marcadamente que se mantiene este efecto cuando dividimos los lechones en categorías (ligeros con < de 0,850 kg, medianos de 0,850 a 1,5 kg y grandes > de 1,5 kg) según muestra la tabla 2:

Tabla 2. Pesos vivos en Kg (PV) al nacimiento, al destete (PV Dest) y crecimiento posterior (GMD, gr) en función de la categoría de peso al nacimiento (pequeños, medianos o grandes)

PV0 PV Dest GMD
Pequeños (<0.850 Kg) 0,76 5,73 175,5
Medianos (0.850-1.5kg) 1,28 7,13 206,9
Grandes (>1.5kg) 1,75 8,28 231,1
EEM 0,023 0,185 6,384

Fuente: PigCHAMP Pro Europa y Consuitec

Cuando además combinamos el tamaño del lechón y su rendimiento posterior en función del número de parto, observamos que el efecto anterior se mantiene ya que los lechones grandes y de cerdas maduras crecen más, pero hay una tendencia a que cerdas adultas puedan destetar con más peso a los lechones pequeños, como muestra la tabla 3.

Tablas 3, 4 y 5. Pesos vivos en Kg (PV) al nacimiento, al destete (PV Dest) y crecimiento posterior (GMD, gr) en función de la categoría de peso al nacimiento (pequeños, medianos o grandes) y del número de parto de las cerdas.

Pequeños (<0,850 kg) PV0 PV Dest GMD
P1 0,698 5,01 150,8
P2 0,660 5,68 177,2
P3 - P7 0,704 5,97 186,7
EEM 0,033 0,373 13,13
P Parity 0,4972 0,1218 0,0883

Fuente: PigCHAMP Pro Europa y Consuitec

Medianos (0,850-1,5kg) PV0 PV Dest GMD
P1 1,17a 6,87 202,3
P2 1,24a 6,95 200,9
P3 - P7 1,32b 7,28 211,0
EEM 0,029 0,193 6,48
P Parity 0,0001 0,0496 0,1320

Fuente: PigCHAMP Pro Europa y Consuitec

Grandes (>1,5kg) PV0 PV Dest GMD
P1 1,71 8,06 223,8
P2 1,73 8,06 224,5
P3 - P7 1,81 8,71 245,2
EEM 0,060 0,428 15,15
P Parity 0,0837 0,0922 0,1408

Fuente: PigCHAMP Pro Europa y Consuitec

Estos datos refuerzan la importancia del control de los lechones de bajo peso y en particular si vienen de cerdas jóvenes, ya que su capacidad de ganar peso va a ser menor, por lo que las actuaciones y técnicas dirigidas a compensar esta situación cobran aún más importancia. En el próximo artículo estudiaremos las implicaciones derivadas de esta situación y la forma de compensarlas.