5 de noviembre de 2012
19-nov-2012 (hace 12 años 28 días)Por una vez, y sin que sirva de precedente, empezaré hablando de cifras. Según el último informe del Consejo internacional de Cereales (IGC por sus siglas en inglés), las cosechas de maíz y de trigo han quedado definitivamente de la siguiente manera:
Resumiendo, en la presente campaña la ecuación oferta-demanda va a ser muy ajustada. Podemos presumir que, según como se presenten las cifras, el empalme de la próxima campaña puede ser realmente entretenido (espero se entienda la ironía).
Bien, y después de tanto número ¿qué? La verdad sea dicha es que aquí se ha ido cumpliendo el programa. Los franceses siguen sin dar cancha al mercado, el maíz nacional ha dejado o ha suavizado su presión de cosecha y en el puerto los importadores se han sentido más cómodos a medida que han ido formalizando ventas y reduciendo invendidos. Resumiendo, el maíz ha remontado precios y hoy su precio es de 10 €/Tm más que hace un mes, o incluso algo más según posiciones. Por el momento parece que la bajada se ha terminado y todo parece apuntar que hasta el año que viene no volverá (si ha de volver). Para situarnos, el maíz a día de hoy se cotiza alrededor de 254 €/Tm para la posición noviembre/diciembre y 260 €/Tm para la posición enero/marzo. No olvidemos que sigue siendo el cereal más barato.
¿Y el trigo? Pues bien, gracias, a su aire. Al igual que el maíz ha dejado los bajos atrás y ha vuelto a enzarzarse en una senda alcista y con oferta escasa para la posición de enero en adelante. Por si fuera poco los stoks que existían en el puerto se han rebajado sustancialmente gracias, en parte, a las ventas realizadas a harineros. No me cansaré de repetir que a nivel internacional no existe diferencia entre trigo harinero y trigo forrajero. La diferenciación viene dada por especificaciones en proteína, peso específico, etc. Esto ha favorecido que una parte importante de trigo que ha venido del Mar Negro, gracias a sus especificaciones de calidad, ha ido a consumo humano. Resumiendo, el trigo para noviembre/diciembre cotiza alrededor de 270 €/Tm, para la posición de enero en adelante las pocas ofertas existentes se sitúan en los 278 €/Tm.
Lógicamente si el trigo no cede el maíz tiene difícil una bajada de precios. Por si fuera poco el diferencial de precios entre uno y otro sigue siendo elevado, por lo que encuentro posible que en un futuro tiendan a igualarse los precios, y por el momento parece que si este escenario se cumple será por la banda alta.
La cebada para no desentonar también ha escalado posiciones y se cotiza cerca de los 262 €/Tm destino zona Ebro, aprovechando la falta de ofertas por parte del agricultor que está pensando en otras cosas (la siembra, motivos fiscales...). Aunque la demanda siga en mínimos no parece que de momento la veamos ceder de precio.
El turno ahora de la soja. Una vez desaparecida la presión de la cosecha de Estados Unidos han reaparecido en el mercado todos los miedos y las previsiones de stocks justos y aumento de consumo. El resultado es que, habiendo llegado a cotizar a 450 €/Tm para la harina de soja 44% e incluso algo por debajo, hoy se habla de niveles de 480 €/Tm, en definitiva, parece que también hemos visto los bajos.
Y ahora ¿qué? Por lo que respecta a los cereales deberíamos esperar a la primavera para poder hablar de la siembra en el hemisferio norte (la previsión de hectáreas sembradas, etc.). También deberíamos rezar para que los stocks que queden invendidos salgan a la luz y con ello esperar a que los precios cedan, antes lo veo complicado. Lo mismo es aplicable para la soja. Hasta que no podamos hablar de la nueva cosecha en Brasil y Argentina (a partir de abril) tendremos que lidiar con lo que hay... o lo que es lo mismo, la corta cosecha de Estados Unidos y los consumos al alza, además de tener un ojo puesto en los fondos de inversión que de momento están bastante quietos.
En resumen, aparte de momentos puntuales en los que el mercado pueda ceder algún Euro, tanto en cereales como en proteína, los próximos meses pintan de color estable o alcista.
Jordi Beascoechea i Pina