Así lo ve Imasde
28-ene-2002 (hace 22 años 10 meses 24 días)
En los últimos años la producción de cerdos pesados (115-125 kg de peso) ha aumentado en nuestro país en aras a conseguir carnes de mayor calidad destinadas a la industria charcutera. Este animal, debido a su mayor peso y a la castración, tiene un mayor rendimiento a la canal, una mayor capacidad de ingestión y deposita más grasa, que el cerdo de verdeo. Por tanto las necesidades del animal cambian lo que debe ser tenido en cuenta en el diseño de los programas de alimentación.
El aporte de aminoácidos debe satisfacer las necesidades del animal para mantenimiento y para producción de carne. El punto clave es evitar deficiencias en cualquiera de los aminoácidos esenciales. En el caso del cerdo la lisina es el aminoácido limitante para deposición de magro ya que la carne del cerdo pesado contiene aproximadamente 7.3% del mismo. Por el contrario, las necesidades de lisina para conservación son relativamente bajas y del orden de 36 mg de lisina digestible / kg de peso metabólico. Las necesidades para deposición de tejido magro dependen del genotipo, la edad, el manejo, la sanidad y el sexo. Por tanto resulta de interés separar hembras y machos castrados e implantar un programa de alimentación en cebo que conste al menos de tres piensos. Así, las hembras precisan entre un 5 y 10% más de lisina que los machos castrados ya que comen menos y tienen un mayor potencial de crecimiento magro. Por otro lado, dado su mayor consumo (hasta un 15% superior), conviene utilizar dietas menos concentradas en castrados. Se estima que las necesidades en lisina digestible de cerdos de genotipo medio alcanzan un máximo en torno a 16 - 18 g/d entre 60 y 80 kg de peso y se reducen a 14-15 g a los 120 kg de peso.
Otro punto de interés es asegurar que la proteína suministrada esté equilibrada a fin de reducir al máximo los procesos de transaminaciones y desaminaciones de aminoácidos que llevan consigo un alto coste metabólico. Para ello el concepto de proteína ideal sirve de gran ayuda. Consiste en relacionar las necesidades en aminoácidos del animal tomando la lisina como patrón, con la composición de la carne. En esta relación se tiene en cuenta que en valores relativos las necesidades de conservación aumentan con respecto a las necesidades de producción con el peso del animal. Por tanto la relación entre la lisina y el resto de aminoácidos esenciales disminuye con la edad. Se estima que cerdos de 100 kg de peso necesitan un 64% de amino ácidos azufrados, un 69% de treonina y un 19% de triptófano en relación con la lisina. En este caso la importancia del sexo es muy limitada.
Las recomendaciones finales de lisina para cerdos con un potencial medio de crecimiento en g lisina digestible/kcal Energía neta son de 4 a 4,2 de 20 a 50 kg de 3,3 a 3,5 de 50 a 80 kg, de 3 a 3,2 de 80 a 100 kg y de 0,22 a 0,25 de 100 a 120 kg. Los niveles proteicos correspondientes serían 17-18, 16-17; 15-16 y 12-14%, respectivamente. Si se alimentan sexos por separado se deben utilizar los valores superiores para las hembras y los inferiores para los machos castrados. Para el resto de aminoácidos basta con aplicar el criterio de proteína ideal.