Es mejor educar que...

En este tiempo difícil que nos está tocando vivir quiero tener un recuerdo especial para los cooperantes secuestrados en África mientras ejercían su labor humanitaria; Montserrat Serra, Blanca Thiebaut, Ainhoa Fernández, Enric Gonyalons y Rosella Urru. Ellos son capaces de renunciar a disfrutar de la vida en un mundo difícil para hacerlo en otro imposible con el único afán de ayudar a los demás. Espero que cuando se publique este artículo su situación se haya resuelto felizmente.

Planteaba en el último artículo el juego de ordenar según el precio al que se paga al matadero las siguientes piezas: lengua, corazón, hígado, riñones, manos, costilla, lomo, jamón y solomillo.

La verdad es que el éxito de la convocatoria no se puede calificar de espectacular, yo mismo sólo he hecho los deberes a medias. He conseguido los precios de venta al público de algunos de estos productos por parte de un matadero con tienda propia. Este precio de venta no tiene necesariamente que coincidir con el precio de venta al mayor, pero probablemente vale de referencia.

Los datos son de finales de septiembre, y se resumen en la siguiente tabla:

Riñones	1,26 €/kilo
Hígado	1,46 €/kilo
Lengua	3,58 €/kilo
Oreja	3,99 €/kilo
Jamón sin hueso	4,44 €/kilo
Lomo	4,46 €/kilo

Es decir que con lo que vale un kilo de lomo se pueden comprar prácticamente 3,5 de riñones pero sólo 1,12 de oreja o 1,24 de lengua.

Esto no concuerda demasiado con los datos del estudio realizado por investigadores del IRTA para caracterizar al consumidor europeo de cerdo y del que se ha publicado un resumen en 3tres3: Carne de porcino: ¿qué productos prefieren los europeos?.

Parece que el consumidor europeo prefiere el jamón, la costilla, la carne picada o las salchichas.

El precio desproporcionado de la oreja, la lengua… no se debe al mercado europeo, se debe a las exportaciones a diferentes países asiáticos.

China está aumentando su producción, pero su consumo crece más rápido que su capacidad productiva, lo que de momento hace que tengan que aumentar las importaciones para satisfacer las necesidades de su mercado. Ese momento puede ser por fin nuestro momento. Es de esperar, al menos yo, que después de las orejas venga todo lo demás.

Un dato curioso acerca de las preferencias de los consumidores europeos es que el 90,9% de los ciudadanos alemanes consultados afirman que su producto derivado del cerdo favorito son las salchichas, pero solo el 53,0% afirma consumir la carne de cerdo con grasa. ¿Es posible separar el magro de la grasa cuando se comen salchichas?

¿Saben los consumidores de uno de los países más avanzados del mundo las características de sus alimentos favoritos? ¿Y los demás consumidores?

Otra de las cosas de las que me he enterado consultando a 3tres3 es que Bélgica prohibirá la castración sin anestesia a partir de enero de 2012 y la intención es la abolición para 2018. Pero probablemente no será necesario esperar tanto. Sólo que el precio de los testículos siga la tendencia marcada por el de las orejas todo el mundo va a tener que dejar de capar para intentar sacar algún beneficio añadido. Con el corte de colas pasará algo parecido, si dos orejas valen lo que valen, ¿cuánto puede llegar a valer el rabo que solo hay uno?

Cuando leo noticias de este estilo tengo la sensación que esto de capar es un capricho de los productores, cuando no deja de ser una exigencia del mercado.

¿Sabe el consumidor cuáles son los limitantes para producir sus alimentos favoritos?

La libertad de opinión es una de las bases de nuestra sociedad, todo el mundo es libre de opinar, tenga o no razón, sepa o no de lo que habla.

Ya hace años que uno de los temas favoritos de la opinión pública es el de los alimentos y la alimentación.

Dentro de estas opiniones más o menos libres, los alimentos de origen animal en general y la de los productos derivados del cerdo en particular no suelen salir muy bien parados.

Deberíamos invertir parte de nuestros esfuerzos en educar a los consumidores. Un consumidor formado es capaz de elegir de forma correcta.

Es mejor educar que adoctrinar. La mayoría de consumidores opina a través de diferentes consignas como las que refleja el chiste que les han metido en la cabeza.

Una manera particular de opinar es la del gobierno danés. Resulta que han creado un nuevo impuesto para gravar los alimentos que contengan grasa y los poco saludables. Es vergonzoso que alimentos como la leche sean tratados igual que un bollo redondo agujereado originario de USA.

Para conseguir una alimentación equilibrada es mejor educar que legislar.

En una época donde se hacen anuncios especiales para atraer la atención de los perros tendríamos que ser capaces de explicar mejor qué es lo que hacemos. Es mejor educar que publicitar.

Recuerdo de nuevo que en febrero está previsto que se celebren las jornadas de la Universitat Autónoma de Barcelona. Hay una sesión para que los prácticos puedan exponer casos clínicos o situaciones de campo a las que han tenido que hacer frente. Compartir las experiencias clínicas es una buena manera de educar.