Escrito el 6 de junio de 2011
14-jun-2011 (hace 13 años 6 meses 9 días)Algunas veces el bosque no nos deja ver el árbol, otras el árbol nos impide ver el bosque, y en raras ocasiones (como ahora) no conseguimos vislumbrar ni el árbol ni el bosque. Bien, filosofadas aparte, estamos a las puertas de la nueva cosecha, poniendo en duda toda la información que nos rodea y sin saber qué decisiones tomar. Las razones que nos han llevado a este escenario son variadas, vamos a intentar desentramar algunas de ellas:
Acabamos la campaña con stocks bajos, o lo que es lo mismo, almacenes vacíos, y no tan solo en España sino en toda Europa.
Los compradores, una vez más, entran en campaña con el estómago vacío (necesidades de compra inmediatas) ya que más o menos todo el mundo esperaba la lógica bajada de precios con la presión de campaña. Dado que los precios a futuros en ningún momento han parecido atractivos, las compras son inexistentes.
Como consecuencia de las políticas de compras cada vez a más corto plazo y ante el diferencial de precios debido a la nueva cosecha, los stocks en los puertos están desapareciendo (exceptuando en todo caso la cebada).
Ahora, para cambiar de tercio, vamos a enumerar algunos motivos alcistas:
La cosecha al este de Europa, sobretodo Rusia y Ucrania, se prevé mucho mejor que la del año pasado. No debería ser muy complicado mejorar la cosecha 2009-2010, campaña que no fue mala sino pésima. Por ejemplo Rusia estima un aumento de producción entre 30 y 35 millones de toneladas.
Aunque se hable de sequía en el centro de Europa, la reducción de producción debería estar compensada sobradamente por el aumento de la cosecha en Europa del Este. En Francia se habla de una deducción de entre el 5 y el 10 % según fuentes, lo que no es baladí.
La cosecha en el norte de África parece bastante buena, lo que indica menos demanda por parte de esos países.
En este punto podríamos enumerar los factores psicológicos que también frenan la toma de decisiones:
El inicio de campaña a precios anormalmente caros provocan que el comerciante o la cooperativa necesite mucho más capital para mover más o menos el mismo volumen. En la situación de restricción crediticia actual es obvio que la limitación de capital será un problema a resolver.
Todos los compradores aún recuerdan la campaña 2008/2009. Al igual que ahora, parecía que el mundo se acababa, que no habría suficiente producción de cereales en el mundo, y por ello se hicieron coberturas hasta diciembre, algunos hasta el mes de marzo a precios bastante caros (aunque más o menos del mismo nivel de los precios de nueva cosecha que tenemos hoy). Ese año, a partir del mes de agosto, cuando se confirmaron las buenas cosechas en todo el mundo, los precios bajaron mes a mes, llegando a diferenciales de 70 €/Tm.
Una vez expuesto todo esto: ¿qué? Entiendo que el mercado debería dar alguna oportunidad de compra y se debería aprovechar para cubrir por lo menos hasta el mes de octubre, y a lo mejor una parte hasta diciembre. Luego habrá que esperar para confirmar las cosechas para tomar decisiones. Lo que considero una evidencia es que si el mercado comprador no toma posiciones y decide hacer lo mismo que con la soja (coberturas de 15 días o un mes) las bajadas serán harto difíciles.
En cuanto al complejo de la proteína estamos en un compás de espera, lo menos en lo que a precio final se refiere. Durante este último mes el precio final ha estado entre 290 -298 €/Tm, vía bases, dólar o futuros el precio final ha estado más o menos estable. Sigo pensando que la tendencia es no alcista, por lo que debería seguir cediendo. Hay que tener en cuenta, no obstante, que dado el encarecimiento de los precios del girasol y la colza se debería incrementar el consumo de harina de soja, lo que ayudaría a mantener los precios.
Jordi Beascoechea
Subministradora de Cereals SL