Nuevas técnicas de inseminación artificial con semen fresco en la especie porcina

Emilio A. Martinez GarcíaJuan María VazquezJordi Roca Aleu
06-oct-2010 (hace 14 años 1 meses 16 días)

Bajo condiciones estándar, los protocolos de inseminación artificial (IA) recomiendan realizar 2-3 inseminaciones durante el celo con dosis de 80-100 ml conteniendo 3x109 de espermatozoides por dosis, las cuales son depositadas en el conducto cervical de la cerda. De esta forma, a partir de un eyaculado se puede inseminar un número muy limitado de cerdas, lo que impide un uso eficiente de los verracos. Por ello, existe un enorme interés en reducir el número de espermatozoides por dosis sin afectar a los resultados reproductivos. En la última década, se han desarrollado nuevos sistemas de inseminación que permiten tal reducción al depositar las dosis seminales en el interior del cuerpo del útero (inseminación post-cervical; PCI) o en la profundidad de un cuerno uterino (inseminación intrauterina profunda; DUI) (Figura 1). Parece evidente que a medida que el semen se deposita más profundamente en el aparato genital de la cerda, el número mínimo de espermatozoides requerido por inseminación es menor (Figura 2)


Figura 1. Representación de los diferentes sistemas de inseminación en un aparato genital obtenido en el matadero; a) Inseminación artificial estándar: deposición del semen en el conducto cervical; b) Inseminación intrauterina profunda: deposición del semen en la profundidad de un cuerno uterino (nótese la tensión en el cuerno izquierdo de la imagen); c) Inseminación post-cervical: deposición del semen en el cuerpo del útero.



Figura 2. Número de espermatozoides requeridos por inseminación en función del lugar de deposición.

Cuando se emplea semen fresco o refrigerado bajo condiciones de campo, el número de espermatozoides y el volumen de la dosis utilizando la PCI se puede disminuir a 1’5x109/50ml con resultados similares a aquellos obtenidos con la IA estándar, razón por la cual esta tecnología se está imponiendo en la rutina de un gran número de granjas al ser al mismo tiempo, un método seguro y simple de aplicar. Sin embargo, una reducción superior de dichas variables (1x109 espermatozoides/30ml) podría implicar un descenso significativo en el número de lechones nacidos por cerda y parto. Efectivamente, aunque Watson y Behan (2002) concluyeron que la PCI permite reducir el número de espermatozoides hasta 1x109 sin afectar a la fertilidad ni a la prolificidad, otros científicos han concluido que, bajo dichas condiciones, el número total de lechones nacidos es significativamente inferior al obtenido con la IA estándar (Rozebom y cols,. 2004; Roberts y Bilkei, 2005). Más aún, cuando el número de espermatozoides utilizados en la inseminación post-cervical se reduce hasta 0’5x109, la tasa de partos puede descender hasta 10 puntos en comparación con el grupo de IA tradicional, y la diferencia en el tamaño de camada entre ambos sistemas de IA se amplía ostensiblemente (Rozeboom y cols., 2004).

Otra alternativa real para reducir el número de espermatozoides por dosis es la utilización de la DUI. Utilizando esta tecnología, la dosis espermática puede ser depositada en la profundidad de un cuerno uterino de forma rápida y sencilla, aunque el coste del sistema es elevado. Varios estudios comparando la DUI con la IA estándar indicaron que la DUI permite reducir 20 veces el número de espermatozoides inseminados y el volumen de la dosis (0’15x109 espermatozoides/5ml) sin afectar los porcentajes de parto ni el tamaño de la camada cuando la ovulación de las cerdas a inseminar fue hormonalmente inducida (Martinez y cols., 2002). Sin embargo, cuando se utilizó la DUI bajo esas mismas condiciones pero en cerdas destetadas con ovulación espontánea, el tamaño de la camada fue menor (1-2 lechones menos) en comparación con la obtenida utilizando la IA estándar (Day y cols., 2003; Martinez y cols., 2006). Se ha demostrado que esta menor prolificidad se debe a un aumento en la incidencia de fecundaciones unilaterales (Martinez y cols., 2006) y que esta anomalía puede ser sobrepasada incrementando el número de espermatozoides y el volumen de la dosis a 0’6x109 espermatozoides y 20 ml, respectivamente.

Estos procedimientos podrían tener un elevado impacto económico en la industria de la IA porcina con semen fresco ya que permitirían reducir el número de verracos destinados a IA. Por tanto, la selección de los verracos podría ser más intensa y utilizar sólo los verracos de élite para asegurar una alta calidad de la descendencia (homogeneidad). Lógicamente la importancia de tal reducción es paralela al grado de disminución del número de espermatozoides por dosis conseguido con cada uno de los sistemas de IA (Tabla 1). Estos procedimientos podrían también ser de gran beneficio en casos de contingencia sanitaria donde el número de dosis de inseminación se encuentra muy disminuido. Además, la disminución del espacio, alimentación, manejo y alojamiento de los verracos y la disminución del tiempo para la obtención y evaluación y preparación de las dosis seminales serían otros aspectos a tener en consideración. Como inconvenientes de estas técnicas de inseminación cabría destacar la necesidad de un periodo mínimo de entrenamiento del personal, de un manejo cuidadoso de los animales y de utilizar exclusivamente verracos genéticamente superiores que no transmitan defectos indeseables a la descendencia.

Tabla 1.- Parámetros seminales con diferentes procedimientos de inseminación artificial.

Inseminación tradicional
(3x109 espz/100 mL)
Inseminación post-cervical
(1’5x109 espz/50 mL)
Inseminación intrauterina profunda
(0’6x109 espz/20mL)
Frecuencia de eyaculación 2 veces/semana 2 veces/semana 2 veces/semana
Dosis por eyaculado 20
40
100
Dosis/año
2.000
4.000
10.000
Proporción de verracos 10 5 2