En artículos anteriores hemos hablado sobre la necesidad de realizar una limpieza y desinfección correctas y sobre el modo de limpiar y desinfectar adecuadamente. Ahora hablaremos de los agentes que usaremos y es clave comprender que la elección correcta del detergente y el desinfectante es una parte fundamental de cualquier programa de limpieza y desinfección. La elección del producto es una parte vital de cualquier programa de bioseguridad. No tiene mucho sentido poner un gran esfuerzo en la limpieza y desinfección y después usar un desinfectante barato que no elimine los patógenos importantes presentes en la granja.
Elección del detergente
Ya hemos explicado que el uso de un detergente durante el programa de limpieza acelera el proceso, reduce el uso de agua, reduce la cantidad de efluentes y mejora la eliminación de patógenos, por tanto el uso de detergente no es opcional. Hay que tener en cuenta que una granja es un ambiente muy contaminado y es mucho más difícil de limpiar que, por ejemplo, una sala en la que se procesen alimentos. Por esta razón necesitamos un detergente fuerte y específico que nos asegure una limpieza adecuada.
El detergente utilizado debe actuar rápidamente con un tiempo de contacto limitado -digamos no superior a 20 minutos. Evidentemente debe ser activo en todas las superficies y materiales que podemos encontrar en una granja sin causarles ningún daño o corrosión a las diluciones indicadas (especialmente en desinfecciones con muchos elementos metálicos, como los transportes). Debido a la elevada cantidad de grasa de las heces de cerdo, el agente debe tener una buena capacidad desengrasante para ayudar a eliminar la contaminación de las superficies poco accesibles.
Contaminación alrededor de los bebederos
Es preferible que el detergente pueda ser administrado con el equipamiento existente, con las modificaciones mínimas. Para incrementar el tiempo de contacto es mejor la aplicación en forma de espuma que, además, facilita la diferenciación visual entre la zona donde ya se ha aplicado y la que no. Debe ser activo en aguas duras (con elevado contenido en cal) y, excepto donde la cal sea realmente un problema, debe ser preferiblemente alcalino para ayudar a disolver la grasa y la proteína del purín. En zonas donde el contenido en cal sea muy elevado se suele rotar entre detergentes ácidos y alcalinos.
El detergente no debe dejar ningún residuo después de su uso, que pudiera ser potencialmente nocivo, dejar los suelos resbaladizos o albergar microorganismos. Es importante que no sea tóxico ni para los cerdos ni para los operarios y debe tener un impacto ambiental mínimo. Por último, el detergente utilizado no debe interferir con los desinfectantes que se aplicarán a continuación. Por este motivo es mejor utilizar un programa integrado de limpieza y desinfección de un sólo fabricante.
Una corralina tras la limpieza
¿Cuáles son los requisitos de un desinfectante?
Hay muchas clases de desinfectante, pero cuando se trata de elegir uno, hay ciertos requisitos clave. Lo más importante sobre un desinfectante es que debe poseer el espectro de actividad lo más amplio posible. Aunque se esté luchando contra un patógeno específico, puede haber otros patógenos presentes que hayan pasado inadvertidos, pero que deben ser eliminados. El espectro ideal debe incluir una buena actividad contra virus, bacterias y hongos. Otros patógenos como huevos de vermes o ooquistes de coccidios son más difíciles de eliminar y necesitan productos específicos. El fabricante debe proporcionar una buena información sobre la actividad del producto a las diluciones apropiadas, preferiblemente testadas en laboratorios independientes. Es mejor si en los tests se han replicado condiciones de campo (por ejemplo la presencia de algún desafío orgánico).
Es preferible que el desinfectante sea versátil y pueda ser utilizado para diversas funciones de bioseguridad (ej. desinfección de la nave, desinfección aérea, pediluvios, sanitización del agua, desinfección del transporte).
Es importante que trabaje en un amplio rango de temperaturas ya que muchos tienen actividad reducida en condiciones frías. Puede ser una buena idea elegir un desinfectante que permanezca activo al mezclarlo con anticongelante para poder utilizarlo en condiciones bajo cero, hay que recordar que muchas explotaciones están en áreas con inviernos muy fríos.
Tiene que ser fácil comprobar que la dilución sea correcta (ya que es muy importante que lo sea). El almacenamiento y el transporte también deben ser fáciles. Los productos en polvo suelen serlo más. Debe complementar y trabajar con detergentes modernos y sistemas de secado. Finalmente su uso debe estar aprobado contra las enfermedades foráneas y de declaración obligatoria por la autoridad competente del país.