Argentina: La soya marca un cambio de tendencia con una recuperación superior a lo esperado

El noreste bonaerense es la zona más afectada por la sequía, con pérdidas de superficie en soya de segunda cercana al 30 % y rendimientos mínimos por debajo de 1 tonelada/ha.

Al 20 de febrero, el panorama es claro:

• La recuperación de los cultivos ha sido superior a lo esperado. Las pérdidas de rendimiento se han estabilizado y los daños han disminuido.
• Se espera una marcada variabilidad en los cortezas de soya de primera y segunda, con brechas que oscilarían entre 1,5 y 2 toneladas/ha.
• Las lluvias pronosticadas para la próxima semana serán clave para seguir impulsando la recuperación del rendimiento.
• Las precipitaciones recientes han establecido un piso productivo: la soya de segunda rondaría los 1,4 toneladas/ha, mientras que la de primera alcanzaría los 2,5 toneladas/ha.

En el noroeste bonaerense, los técnicos destacan que “la recuperación ha sido mejor de lo esperado. Se salvó la soya” . Antes de las lluvias, las pérdidas en soya de segunda se estimaban entre un 40 % y 50 %, pero ahora se proyectan entre un 20 % y 30 %, con posibilidades de alcanzar un rendimiento promedio de 2,2 toneladas/ha. En soya de primera, las pérdidas, que se calculaban entre un 30 % y 40 %, han bajado al 20 %, con promedios que podrían situarse entre 3 y 3,3 toneladas/ha.

En el noreste de Buenos Aires, la situación también ha dado un giro positivo. “En un momento pensamos que no se iba a poder cosechar nada”, afirman productores. Sin embargo, en algunas zonas los cultivos muestran una apariencia saludable, como si no hubieran atravesado una sequía. Aun así, en soya de primera, el número de nudos será un factor limitante, y los rendimientos no superarían los 2,8 toneladas/ha en el mejor de los casos.

El 50 % de región núcleo recibió entre 20 y 100 mm en la última semana. Prácticamente toda la región núcleo recibió lluvias en la última semana, aunque los mayores acumulados se concentraron en la mitad norte.

Las precipitaciones permitieron una notable recuperación de la humedad en los suelos. Las áreas en sequía desaparecieron y ahora predominan reservas escasas a regulares, con sectores donde las condiciones son adecuadas a óptimas. En el noreste de la región GEA, incluso se registran niveles óptimos a abundantes.