En una granja convencional sin problemas de enfermedad de Glässer se pueden aislar varias cepas de Haemophilus parasuis, que colonizan los lechones y están en equilibrio con la inmunidad de los animales sin producir patología. Sin embargo, este equilibrio puede romperse por diversos factores y provocar la entrada de enfermedad en la granja. Clásicamente, la presentación de la enfermedad de Glässer estaba asociada a la aparición de situaciones estresantes para los animales. En la actualidad, las prácticas propias de los nuevos sistemas productivos han supuesto la introducción de otros factores que afectan de forma significativa a la aparición de esta enfermedad. En cualquier caso, la reducción del estrés en los animales es siempre deseable y así deben controlarse factores inespecíficos de manejo, como la correcta densidad de los animales, la ventilación, temperatura, etc. Además, la presencia de otros patógenos, especialmente virus inmunodepresivos, provocan una mayor susceptibilidad a otras infecciones, incluidas las producidas por H. parasuis. Por lo tanto, se tendrán que controlar estos otros patógenos, como el virus del síndrome reproductivo y respiratorio (PRRSV) o el circovirus tipo 2 (PCV2).
De forma más específica, es bien sabido que el estatus inmunológico de los animales es determinante en la aparición de la enfermedad de Glässer. En animales naïve, la aparición de enfermedad frecuentemente es de forma fulminante y con una alta mortalidad. La existencia de estos animales sin inmunidad específica frente a H. parasuis se ha visto incrementada por la práctica común del destete temprano. El destete es una fase estresante para los animales, pero si además lo realizamos de forma temprana, nos podemos encontrar con algunos lechones que no han sido colonizados suficientemente por H. parasuis al carecer del tiempo necesario para recibir la bacteria de la madre. Estos lechones, cuando pierden la protección proporcionada por la inmunidad maternal, se ven expuestos a esta bacteria que es portada por los demás lechones y se encuentran totalmente desprotegidos inmunológicamente. Además, la existencia de animales libres de patógenos específicos (SPF: "specific pathogen free") y de granjas de alto estatus sanitario han provocado un aumento en la prevalencia y la severidad de muchas infecciones, incluidas las producidas por H. parasuis, debido principalmente a la producción de animales sin exposición al agente y por lo tanto naïve frente a él. Por otro lado, la mezcla de animales de diferentes orígenes también supone un riesgo de aparición de enfermedad de Glässer, ya que los animales se pueden enfrentar a cepas inmunológicamente no relacionadas y frente a las cuales estén desprotegidos. La vacunación también puede ser utilizada para mejorar la inmunidad específica de los lechones, pero este aspecto se tratará en un capítulo aparte.
Otro factor esencial en el desarrollo de la enfermedad es el tipo de cepas de H. parasuis presentes en la granja. Esta especie bacteriana, H. parasuis, incluye cepas de variada virulencia; desde cepas de alta virulencia hasta cepas no patógenas. De este modo, cuanto más virulentas sean las cepas presentes en la granja más probabilidad habrá de que aparezca enfermedad. En cambio, la existencia únicamente de cepas sin capacidad patógena disminuiría mucho la probabilidad de que aparezca enfermedad de Glässer. Estas cepas no patógenas solo podrían aislarse como patógeno oportunista en circunstancias de inmunodepresión de los animales o como invasores secundarios tras la destrucción de tejido y defensas por otro microorganismo. Por lo tanto, la entrada de una cepa con capacidad patógena en una granja en la que los animales no tengan anticuerpos específicos, ya sea por carecer totalmente de inmunidad específica (animales naïve) o parcialmente por tener anticuerpos frente a otras cepas que no tengan reacción cruzada con la nueva cepa, puede producir la aparición de enfermedad de Glässer.