Necesidades energéticas de la cerda Ibérica en gestación

M.P. SerranoD.G. ValenciaR. LázaroGonzalo González Mateos
05-ago-2008 (hace 16 años 3 meses 19 días)

La alimentación de las reproductoras es uno de los capítulos que más incide sobre la rentabilidad de las explotaciones de cerdo ibérico, tanto desde el punto de vista económico como por su implicación directa en la eficiencia productiva. La alimentación de la cerda Ibérica gestante tiene como objetivo cubrir las necesidades nutricionales a coste reducido recuperando las reservas perdidas en la lactación anterior, evitando el engrasamiento y maximizando su eficacia reproductiva. Deficiencias nutricionales en esta etapa repercuten en las fases productivas siguientes.

Al igual que en cerdas blancas, las necesidades energéticas de la cerda ibérica varían a lo largo de la gestación ya que según el estadio reproductivo varía el desarrollo de los diferentes tejidos lo que modifica los requerimientos nutricionales. En la tabla 1 se describen las fases y el desarrollo prioritario según el momento de la gestación. En esta fase productiva, tanto el déficit de nutrientes como la sobrealimentación tienen consecuencias negativas importantes. Un déficit nutricional durante la gestación conlleva: 1) disminución de las reservas corporales al parto, 2) reabsorción de fetos, infertilidad, abortos y muertes neonatales, 3) aumento del nivel de repeticiones y prolongación del intervalo destete-celo, 4) disminución de la prolificidad, 5) reducción del bienestar animal y 6) aumento de la tasa de reposición y de la mortalidad.

Tabla 1. Alimentación de la cerda según días de gestación

Gestación, d Tipo alimentación Estadio productivo: puntos claves
-7 d a cubrición. Flushing. Implantación embrionaria.
0 - 18 d Restricción: ↑ fibra y ↓ proteína. Desarrollo embrionario
Consumos elevados los 7-10 primeros días de gestación reducen la supervivencia embrionaria en primerizas por disminuir la progesterona plasmática.
18 - 30 d Aporte liberal (si se precisa reponer estado de carnes). Desarrollo de la placenta.
30 - 70 d Aportes regulados. Desarrollo de fibras musculares secundarias de los fetos, lo que favorece el desarrollo de tejido magro entre 70 y 130 d de edad del cerdo Asegurar un buen estado de carnes.
70 - 90 d Restringidos. Desarrollo mamario. El exceso de energía aumenta los depósitos de grasa que reemplazan a las células secretoras en las glándulas mamarias dando lugar a una menor producción láctea en la lactación siguiente.
90 - 110 d Liberal. Aumento moderado. Desarrollo del feto y de los tejidos asociados. La cerda no debe movilizar reservas en épocas previas al parto.
110 - parto Reducido: puede evitar una reducción del consumo post parto. Un consumo extremadamente bajo en este periodo limita la capacidad de la cerda para aumentar el consumo en lactación de forma rápida1
1En cerdas Ibéricas se recomienda reducir el aporte de pienso progresivamente los 4 ó 5 días antes del parto para facilitar la movilización de reservas en lactación (López-Bote et al., 2001).

Por otro lado, la sobrealimentación de la cerda gestante conlleva: 1) incremento del coste de alimentación; 2) mayores necesidades de mantenimiento; 3) engrasamiento de la cerda con dificultades al parto y aumento del número de lechones nacidos muertos. Además, la movilización de reservas y el consumo de pienso durante la lactación se reducen. Niveles de alimentación altos aumentan fundamentalmente la ganancia de peso de la cerda, con poco efecto sobre el peso de la camada; 4) pobre desarrollo del tejido mamario especialmente entre los días 70 y 100 de gestación. Los adipocitos reemplazan a las células secretoras y la producción de leche disminuye en la siguiente lactación dando lugar a una mayor incidencia del síndrome MMA (mamitis-metritis-agalactia); 5) mayores pérdidas de grasa y proteína durante la lactación y 6) incremento de la tasa de reposición por problemas de aplomos, infecciones uterinas, úlceras y estreñimiento.

Las necesidades en energía de las cerdas ibéricas gestantes son inferiores a su consumo voluntario, pero una restricción severa genera problemas de comportamiento con nerviosismo y estereotipias, sobre todo en sistemas de producción intensivos. Para evitar el engrasamiento hay que restringir el consumo de la cerda y aportar piensos altos en FB, especialmente en primerizas. Las cerdas ibéricas adultas tienen una gran capacidad para digerir la fibra, gracias a los microorganismos del intestino grueso. Además la FB incrementa la velocidad de tránsito reduciendo los problemas de estreñimiento. Piensos ricos en FB (altos niveles de cebada, salvado, cascarilla de soja y de guisante y pulpa de remolacha) ayudan a saciar el apetito con un efecto tranquilizante. Fedna (2006) recomienda un mínimo de 6,5% de FB y 18,5% de FND para cerdas ibéricas gestantes restringidas.

Método factorial para determinar las necesidades energéticas
Las necesidades energéticas durante la gestación resultan de la suma de las necesidades de 1) mantenimiento (70% del total; 10 g extras/kg PV), 2) termorregulación (40 g extras/ºC por debajo de 20ºC), 3) para el crecimiento de fetos, útero y anexos (5 a 15% del total al final de la gestación), 4) para el desarrollo de la ubre, 5) para el crecimiento de la cerda y 6) reposición de las reservas perdidas durante la lactación anterior. En el caso de las cerdas Ibéricas en extensivo, las necesidades para desplazamiento son muy importantes. A efectos prácticos, los factores principales que condicionan las necesidades energéticas de la cerda son el PV, la temperatura ambiental y el tipo de alojamiento (intensivo vs. extensivo). Es importante no olvidar las necesidades de energía vinculada a la recuperación de las reservas así como al crecimiento en el caso de las primerizas, que pueden representar hasta un 30% de las necesidades totales.

Necesidades energéticas de la cerda Ibérica gestante
Durante la fase de crecimiento, las nulíparas consumen el mismo pienso que los cerdos destinados a cebo. La semana previa a la cubrición es recomendable la realización del flushing, especialmente en cerdas delgadas. Tras la cubrición, deben utilizarse piensos específicos de gestación (1.930 kcal EN/kg) y no de cebo ya que el exceso de energía da lugar a crecimientos excesivos.

Existen diferencias notables entre las necesidades de gestación de cerdas blancas hiperprolíficas e ibéricas. En el caso de la cerda ibérica, las necesidades son inferiores debido, en gran medida, a su menor tamaño (menores necesidades de conservación y crecimiento) y productividad (6-8 lechones/parto que crecen menos). Además, la cerda ibérica es menos magra y, por tanto, tiene mayor espesor de grasa dorsal lo que reduce sus necesidades de conservación en invierno. Por contra, la cerda ibérica suele mantenerse en cercas por lo que sus necesidades energéticas para desplazamiento son superiores a las de cerdas blancas. En la práctica, las cerdas ibéricas deben mantenerse muy restringidas ya que tienen una mayor tendencia a engrasarse que las blancas. De hecho, cerdas blancas consumen un mínimo de de 2,6-3 kg/d en intensivo mientras que en ibéricas el consumo es inferior a 1,5 kg/d.

En regímenes extensivos puros, las necesidades energéticas de la cerda en gestación quedan cubiertas con 3,7 kg de bellota y 10,5 kg de hierba. La alimentación con un ingrediente único no es recomendable ya que siempre estará descompensado. Fedna (2006) recomienda suministrar un mínimo de 2 kg/día de un pienso con 2.850 kcal EM/kg en cerdas alimentadas ad libitum o de 1-1,5 kg/día de un pienso con 2.920 kcal EM/kg en cerdas restringidas, sin acceso a otros consumos. En la Tabla 2 se comparan las ecuaciones para calcular las necesidades energéticas en gestación de cerdas Ibéricas cruzadas en intensivo según Fedna (2006) y de cerdas Ibéricas puras en extensivo según López Bote et al. (2001).

Tabla 2. Necesidades energéticas de cerdas Ibérico x Duroc en intensivo (Fedna, 2006) y de cerdas ibéricas puras en extensivo (López Bote et al., 2001)

Necesidades,
kcal EM/d
Intensivo Extensivo
Mantenimiento
Intensivo 102 x PV0,75 -
Estabulación libre 117,3 x PV0,75 (105 x PV0,75) + (0,24 x PV0,75 x 0,65)1
Termoregulación2, 3
Individual 3,0-3,4 x PV0,75 x (16 – º C) 3,5-4,3 x PV0,75 (20 – º C)
En grupo 2,2-2,4 x PV0,75 x (12 – º C) 1,9-2,4 x PV0,75 (15 – º C)
Crecimiento cerda4 (4.800 x kg ΔPV)/114
Fetos y anexos5 (2.650 x PV lechón, kg x nº lechones)/114
Crecimiento ubre6, 7 130-170 x 0,30
Desplazamiento
Llano - (0,57 x kg PV x m)/114
En vertical - (7,65 x kg PV x m)/114
Total
Primerizas 5.930-6.6928 5.300-6.40010
Adultas11 6.436-7.2839 -

PV: peso vivo de la cerda en el momento de la cubrición, kg
1 Más 0,24 kcal/kg PV0,75 por día a partir del día 40 de gestación (40/114 = 0,65)
2 En intensivo las necesidades de termorregulación se consideran despreciables con temperaturas superiores a 16 ºC
3 Coeficiente superior en primerizas e inferior a partir del tercer parto
4 Aumento de peso vivo (superior en primerizas)
5 Fedna (2006) recomienda 2.600 kcal y López- Bote et al. (2001) 2.700 kcal EM/kg lechón. Dado que ambas recomendaciones son muy similares, se estiman unas necesidades de 2.650 kcal EM/kg lechón producido
6 130-170 kcal EM/d entre los días 80 y 114 de gestación, últimos 34 días de gestación. El coeficiente 0,30 se obtiene de dividir 34 por la duración total de la gestación (34/114)
7 Las necesidades de Fedna (2006) para intensivo se aplican también a extensivo
8 Para cerdas Ibéricas puras: 5.500-6.500 kcal EM/d (López-Bote, 2001)
9 Para cerdas Ibéricas puras: 7.000-7.500 kcal EM/d (López-Bote, 2001)
10 El segundo valor corresponde a temperaturas por debajo de 12 ºC y 50 metros de desplazamiento vertical.
11 A partir del tercer parto