La erradicación de enfermedades infecciosas de una población de cerdos contribuye a la sanidad general de la granja, mejora el bienestar y disminuye las inquietudes respecto a las resistencias a los antimicrobianos debido al menor uso de antibióticos. Además, las granjas con buen estado sanitario tendrán la capacidad de expresar su potencial genético, optimizando su rendimiento reproductivo y de crecimiento. La decisión de erradicar un patógeno requiere cierta reflexión, ya que hay que tener en cuenta varios factores.
La erradicación del virus del síndrome reproductivo y respiratorio porcino (vPRRS) de las granjas de reproductoras y de cerdos de engorda es una opción que está siempre disponible; sin embargo, su implementación es más difícil en unas granjas que en otras. La erradicación del vPRRS en las granjas de reproductoras puede lograrse a través de diferentes metodologías, como la despoblación/repoblación o el cierre de granja. La primera consiste básicamente en la retirada de todos los animales de la granja, una estricta limpieza y desinfección de los naves y proceder a tirar todos los materiales que pueden estar contaminados y actuar como fómites (p.ej: agujas, frascos abiertos de medicamentos inyectables, botas, ropa de trabajo. Tras la despoblación, se introduce una nueva población de animales libres de vPRRS. Por otro lado, quizás lo más común sea el cierre de la granja, cuando la introducción de cerdas de reposición (ya sean nacidas en la misma granja o procedentes de una granja externa) se detiene durante un período de tiempo hasta que la inmunidad se desarrolla, la transmisión dentro de la granja cesa y los lechones nacen y se destetan, de forma consistente, negativos por PCR frente a vPRRS, momento en el cual, cerdas de reposición PRRS negativas (no expuestas) pueden ser introducidas en la granja. Las dos metodologías intentan establecer una población verdaderamente libre de vPRRS.
Algunos factores a tener en cuenta para erradicar el vPRRS son la ubicación de la granja, la cepa vírica, el programa de bioseguridad y el cumplimiento de este.
Un objetivo inicial para las granjas de reproductoras es destetar sistemáticamente lechones libres de vPRRS para que su rendimiento post-destete tenga un buen comienzo, seguido de establecer una granja seronegativa (libre de virus-nunca expuesta).
Si la granja de reproductoras se encuentra en una región de alta densidad y el riesgo de introducción o reintroducción es alto, la eliminación del PRRSv puede que no sea lo deseable. En este caso, el objetivo es mantener cierto grado de inmunidad en la granja. El planteamiento habitual es utilizar una vacuna viva modificada o exponer de forma intencionada a las cerdas de reposición al virus de la granja mientras están en cuarentena, permitir que se recuperen y dejen de excretar antes de entrar en la granja. Aún así, el esfuerzo está dirigido en conseguir que la granja produce lechones destetados libres del virus, mientras las cerdas mantienen la inmunidad a través de la introducción de cerditas previamente expuestas, con el planteamiento de que la inmunidad previa ayudará a mitigar los signos clínicos en caso de que se introduzca un virus de campo en la granja. Cuando se toma esta vía, los productores y los veterinarios estarán controlando y no eliminando. Independientemente de si el productor y el veterinario deciden eliminar o controlar, el programa de bioseguridad debe estar en marcha para evitar no sólo la introducción de otras cepas de PRRS sino también de otros patógenos.
La decisión de eliminar o controlar dependerá del riesgo percibido. Sin embargo, las medidas de bioseguridad aplicadas para reducir el riesgo de vPRRS deberían ser de utilidad no sólo al vPRRS sino también al control y la eliminación de otras enfermedades infecciosas, permitiendo que los cerdos expresen su potencial genético y se comporten de acuerdo con las expectativas.