Cáceres, R., Marfà, O. IRTA. España.
17-jun-2008 (hace 16 años 5 meses 4 días)
Introducción
Los organominerales son productos fertilizantes y, como tales, son objeto de regulación (Real Decreto 824/2005 de 8 de julio de 2005) para: tipificarlos, poder inscribir los productos y permitir así su comercialización y, además, para que se utilicen adecuadamente y evitar que causen impactos medioambientales.
La definición que recoge el decreto mencionado expone que un abono organomineral es un producto cuya función principal es aportar nutrientes para las plantas, los cuales son de origen orgánico y mineral, y se obtiene por mezcla o combinación química de abonos inorgánicos con abonos orgánicos o turba. Este decreto clasifica estos abonos en las tipologías:
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Interés en el mundo de la fertilización
Los fertilizantes organominerales integran las ventajas de los abonos orgánicos y los minerales. Por una parte, tienen altos porcentajes de material orgánico que mejora las características de los suelos; por la otra, la adición de fertilizantes minerales asegura un suministro de nutrientes altamente disponibles para las plantas que compensa la falta de disponibilidad inmediata de nutrientes de los abonos orgánicos.
Normalmente, el producto orgánico al que se añaden los fertilizantes minerales son abonos orgánicos o turba; es interesante evitar el uso de la turba y substituirla por compost ya que la turba es un recurso no renovable. Además, muchos composts suelen contener proporciones apreciables de nutrientes. Este aspecto es de especial importancia, particularmente en la actualidad en que los precios de los fertilizantes se han incrementado ostensiblemente. No obstante, el subproducto que actúa como abono orgánico tiene que presentar una calidad suficiente para ser utilizado en agricultura; si no fuese así, se comprometería gravemente la calidad del suelo sobre el que se aplica a medio o largo plazo.
El N que contienen los abonos orgánicos está mayoritariamente en forma orgánica; esto es, ligado a los complejos orgánicos estables. Este N se mineralizará progresivamente y será, así, fácilmente asimilable por las plantas.
Ejemplo de utilización
Vista del experimento en el que se utilizaron o bien granulados organominerales fabricados a partir de composts de estiércoles o bien un producto comercial
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Se evaluaron dos fertilizantes granulados preparados a partir de composts de estiércol de vacuno y porcino como fertilizantes organominerales de liberación gradual en un cultivo en contenedor de una planta de flor de crecimiento rápido (petunia). La evaluación se realizó comparando la aplicación de estos productos con otros dos tratamientos: los fertilizantes incorporados al sistema de riego en forma soluble (fertirrigación) y la fertilización con un fertilizante comercial de liberación gradual. Todas las plantas se hicieron crecer en un sustrato a base de corteza de pino compostada y turba rubia de esfagno (proporción 2/1 (v/v)).
Se midieron parámetros relativos al crecimiento vegetal en el momento en que cada uno de los tratamientos alcanzó su tamaño comercial. También se midió la salinidad y la composición de los extractos acuosos de los diferentes medios de cultivo.
Los resultados muestran que las plantas del tratamiento en el que se usó fertirrigación crecieron significativamente más que las plantas correspondientes a los otros tratamientos (fig. 1). Esto se debe a que mediante la fertirrigación se pone a disposición de las raíces todos los nutrientes necesarios en la forma más disponible. Las plantas de los otros tres tratamientos presentaron un crecimiento más limitado que las fertirrigadas pero, entre ellos, no se detectaron diferencias significativas. Esto quiere decir que los granulados objeto de evaluación se comportaron de manera no diferente, en términos estadísticos, al producto comercial.
Figura 1. Medias de los parámetros de crecimiento de petunia utilizando diferentes sistemas de fertilización |
Las medidas realizadas en los extractos acuosos de los sustratos utilizados, una vez se habían incorporado en los mismos los fertilizantes, muestran que los granulados 1 y 2 solubilizan diferentes contenidos de macro y micro-elementos en mayor cuantía que el fertilizante comercial utilizado en el experimento (tabla 1). La salinidad (CE) de los sustratos correspondientes a los tratamientos en los que se emplearon los granulados 1 y 2 es relativamente elevada al inicio del experimento; este hecho puede haber significado un freno en el ritmo de crecimiento inicial de las plantas de petunia en ambos tratamientos.
Tabla 1. Contenido mineral soluble determinado en un extracto acuoso 1:1.5 (v:v) de los sustratos correspondientes a los cuatro tratamientos del experimento.
pH
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CE
|
P
|
NO3-
|
NH4+
|
Na+
|
Cl-
|
|
-
|
dS·m-1
|
mg·L-1
|
mg·L-1
|
mg·L-1
|
mg·L-1
|
mg·L-1
|
|
Fertirrigación |
6,23
|
0,16
|
1,33
|
17,33
|
2,00
|
12,67
|
23,00
|
Comercial |
5,89
|
1,12
|
23,67
|
18,67
|
32,33
|
23,33
|
41,00
|
Granulado 1 |
5,70
|
1,85
|
41,33
|
52,33
|
104,67
|
31,00
|
137,00
|
Granulado 2 |
5,76
|
2,02
|
53,00
|
56,00
|
116,67
|
32,67
|
130,67
|
Los resultados obtenidos sugieren que convendría estudiar si otras dosis de los granulados 1 y 2 podrían mejorar los resultados conseguidos y también si se podrían obtener resultados favorables en usos diferentes al que se ha ensayado, por ejemplo mediante la dosificación fraccionada de los granulados en el cultivo de plantas arbustivas de ciclo medio (6-12 meses de cultivo). También sería importante estudiar otras formulaciones en forma de granulados a partir de composts de estiércoles, pero dosificando los aditivos minerales complementarios en función de los requerimientos específicos de determinados grupos de plantas ampliamente cultivadas.