Alimentación de cerdas de reposición

Toni Camino
15-ene-2008 (hace 16 años 11 meses 7 días)

Hoy en día disponemos de animales más magros y con menor capacidad de ingesta, lo que puede plantear situaciones críticas tanto en momentos de alta producción como durante la primera lactación.

Nuestro objetivo al preparar futuras reproductoras va a ser:

- Conseguir un buen desarrollo corporal a la hora de ser seleccionadas: aplomos correctos, nº y calidad de mamas deseados, etc.

- Presentar una correcta madurez sexual en el momento de la primera cubrición.

- Elevado nivel productivo desde el primer ciclo.

- Longevidad del reproductor.

Programa de alimentación

Fase de crecimiento y recría hasta la pubertad

Durante esta fase debemos permitir expresar el potencial de crecimiento de la futura reproductora. Los requerimientos de energía y aminoácidos se establecen con los mismos criterios que para los cerdos de cebo, según su potencial para deponer magro y su consumo.

Sin embargo a partir de los 65/70 Kg Pv debemos comenzar a considerar también otros nutrientes, y tener en cuenta posibles alteraciones causadas por deficiencias de vitaminas y minerales.

Deberemos aportar niveles suficientes de Ca y P para obtener la máxima mineralización ósea en forma de reservas, que podrán ser movilizadas en subsiguientes crecimientos. También aportaremos niveles de vitaminas (liposolubles) y minerales para incrementar reservas corporales de estos nutrientes específicos. Va a ser necesario usar un pienso que contemple estas características, preferiblemente un pienso para futuras reproductoras.




Desde la pubertad hasta el primer servicio

La interacción edad, peso y relación magro:grasa, es la que nos va a determinar el momento óptimo de la primera cubrición.

Durante la última década se han hecho estudios basados en genotipos magros que concluyen en recomendaciones ligeramente diferentes a las tradicionales en cuanto al manejo de la reposición.

Tradicional Actual
Edad (días) 210-230 230 (Rango 190-260)
Peso (Kg) 130-145 135-155
Nº celo 2º-3º
Grasa dorsal (mm P2) 16-20 15-17
GMD g (nacimiento-cubrición) 600-650 600-800

La cerda primeriza expresa hoy un crecimiento corporal más rápido que su propia maduración sexual. Tendremos cerdas más grandes y menos maduras que a la misma edad hace 10 o 20 años. Es necesario modular la velocidad de crecimiento para no incurrir en desviaciones de peso que supongan un incremento en los costes de alimentación.

Se ha visto que valores entre 600 – 800 gr/d tienen poco efecto sobre la edad en que aparece la pubertad.

Referente al EGD (espesor grasa dorsal), debemos tener en cuenta que para las actuales líneas magras se ha minorizado la importancia de las reservas grasas y su relación con la madurez sexual. Conseguir reservas grasas hoy es difícil y esto es independiente del peso.

No deberíamos tener problemas al cubrir cerdas en su 2º celo con más de 135 Kg Pv.

Las 2 semanas anteriores a la cubrición elevaremos el plano de alimentación “flushing”. Nuestro objetivo ahora es aumentar la tasa de ovulación en el siguiente celo. Buscamos maximizar el tamaño potencial de la primera camada.

La primera gestación

Nuestro objetivo en esta fase va a ser constituir las reservas energéticas en forma de grasa y proteína para atender en óptimas condiciones la lactación. Prestaremos especial atención al último tercio aumentando el plano de alimentación para no limitar el crecimiento fetal y considerar el ligero incremento en las necesidades de mantenimiento de la propia cerda que durante esta fase ha aumentado de peso entre 30 y 50 Kg.

La primera lactación

Los 2 objetivos en esta fase son: minimizar la pérdida de reservas en forma de grasa y masa muscular, y optimizar la producción de leche.

Mantener la producción de leche tiene preferencia fisiológica, y por lo tanto, la cerda entrará en estado catabólico si es necesario. La pérdida excesiva de peso está asociada a problemas a corto plazo (mayor IDC y menor tamaño de camada en el 2º parto => síndrome del 2º parto) y también a largo plazo (síndrome de la cerda flaca) resultando en una disminución de la vida útil de la cerda.

Conclusiones

1.- Debemos plantearnos la gestión de las cerdas de reposición con una estrategia que tenga en cuenta toda la vida productiva de la cerda. Los resultados de una fase repercuten en las siguientes.

2.- En cualquiera de los casos, compra o producción propia, es necesario que conozcamos las características (morfología, crecimiento, EGD a la pubertad, potencial de producción, etc.) de la cerda con la que vamos a trabajar. Esto nos va a permitir diseñar la estrategia de alimentación para cada momento y utilizar las dietas (futuras reproductoras, gestación, lactación, etc.) que más se adapten a nuestra situación.

3.- Será necesaria una monitorización del estado corporal de las cerdas primerizas teniendo en cuenta el peso vivo del animal además del EGD, ya que las cerdas actuales son más magras y el concepto de “reservas corporales” no está ligado únicamente a las reservas de grasa. Debemos contemplar el concepto de “muscularidad” de la cerda.