A Velarde. El benestar aniamal i la qualitat del producte final. 2007. Dossier tècnic nº 18. DARP. Generalitat de Catalunya
07-jun-2007 (hace 17 años 10 meses 21 días)
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Patrón
de acidificación en carnes normales, PSE y DFD. |
Tanto la genética como un manejo estresante de los animales previo al sacrificio
pueden provocar un desarrollo anormal del proceso de la caída del pH muscular
después del sacrificio, lo que conlleva dos tipos principales de alteraciones:
carnes PSE y DFD.
Carnes PSE
Las carnes PSE (pálidas, blandas y exudativas) se producen como consecuencia
de una caída muy rápida del pH muscular tras el sacrifico, de
forma que llegue a valores de 6.0 o inferiores antes de la primera hora tras
el sacrifico, mientras la carne todavía está caliente (>35
ºC). Esta combinación produce una marcada desnaturalización
de las proteínas musculares lo que comporta una disminución de
la capacidad de retención de agua de la carne. La incidencia de PSE es
muy variable, en un estudio realizado en cuatro mataderos de Cataluña
la estimó en 35 %. Este proceso es más frecuente en los animales
portadores del gen del halotano (NN). Pese a esto, los animales libres de este
gen también pueden producir carnes PSE si sufren un manejo estresante
intenso justo antes del sacrificio (durante la conducción de los animales
al aturdimiento y durante el propio aturdimiento).
Carnes DFD
Las carnes DFD (oscuras, duras y secas) se producen cuando las reservas de glucógeno
se agotan antes del sacrificio. Esto produce una acidificación muscular
insuficiente tras el sacrificio, de forma que el pH muscular en las 24 h después
del sacrificio será superior a 6,0-6,2. Esto aumenta la capacidad de
retención de agua, que impide el paso del oxígeno y la absorción
de luz en la superficie de corte. La aparición de DFD no depende del
gen del halotano, sino que está relacionado con un ejercicio físico
intenso durante un periodo prolongado antes del sacrificio. La incidencia puede
oscilar entre un 5-50 %, dependiendo del matadero. Un periodo de ayuno prolongado
no reduce por sí mismo las reservas de glucógeno de forma importante,
aunque puede aumentar los efectos del ejercicio físico y del estrés.
En invierno se producen más casos que en verano.
Pese a que el aturdimiento elimina los factores estresantes del sangrado, puede
producir en el animal cambios fisiológicos que pueden repercutir negativamente
en la calidad del producto final.