Epidemiología de la ileítis en España

Pedro Rubio NistalAna Carvajal
10-abr-2007 (hace 17 años 8 meses 12 días)

Distribución e incidencia

La EPP tiene una distribución mundial y ha sido descrita en todos los países con una producción porcina significativa. Actualmente es muy difícil encontrar granjas negativas, incluso entre las de más alto nivel sanitario de países con un elevado control. Por ejemplo, en Dinamarca en el año 1998 se realizó un estudio en 79 granjas elegidas al azar sobre cerdos de 30 a 50 kg en el que se detectó que casi un 94 % de las granjas eran positivas. En muchos casos se detectaban infecciones mixtas de Lawsonia intracellularis con otros agentes. Recientemente ha finalizado un estudio epidemiológico en el que se ha estudiado la presencia de anticuerpos contra Lawsonia intracellularis en varios cientos de granjas de los países de la Unión Europea con una producción porcina significativa, cuyos resultados en España comentaremos posteriormente. El porcentaje de granjas seronegativas en los distintos países ha estado siempre por debajo del 2 %. Estas granjas en las que no se detectaron son siempre granjas de características especiales, como destetes de sistemas de producción en tres puntos. El año pasado se ha publicado que los reproductores de granjas canadienses de alto estado sanitario y con medidas estrictas de bioseguridad tienen también una elevada prevalencia de la enfermedad.

En cuanto al tipo de granja, nosotros realizamos un estudio en España con diagnóstico directo mediante PCR en heces, que formó parte de la tesis doctoral de Javier Pozo (ver bibliografía). Se encontró que las granjas de ciclo completo tienen un riesgo de estar infectadas (estimado por la Odds Ratio) 2,53 veces mayor que las de producción de lechones o los cebaderos. En las granjas de ciclo completo hay siempre cerdos eliminadores y cerdos receptivos al existir todos los rangos de edad.

En otros capítulos de esta monografía aparecen con más detalle datos más recientes sobre la distribución e incidencia de la enfermedad en todo el mundo.

Hospedadores

La enteropatía proliferativa porcina (EPP) ha sido descrita en una amplia variedad de hospedadores. Entre ellos hay diversos mamíferos, como el cerdo, primates no humanos, el perro, el conejo, el caballo, la oveja, algunas especies de ciervos, el hurón, el zorro, el ratón, la rata, el criceto y el cobayo, y aves como el avestruz y el emú. Es destacable que, actualmente, se considere a la EPP en Estados Unidos una de las principales causas de diarrea en potros.

Hasta ahora no se ha descrito la enfermedad en el hombre, incluyendo a personas con enfermedades similares como la enfermedad de Crohn, por lo que no se considera una zoonosis. No obstante, no puede descartarse por completo esta posibilidad ya que el rango de hospedadores aumenta a medida que se intensifican los estudios sobre la enfermedad.

Hay transmisión interespecífica, ya que se ha demostrado que cepas aisladas de cerdo pueden infectar a cricetos, a ratones y a caballos y que cepas de caballo pueden infectar a cricetos. No obstante, la importancia epidemiológica de esta transmisión interespecífica aún no se conoce con exactitud.

Eliminación

La EPP tiene unas características epidemiológicas similares a las de otras infecciones digestivas del cerdo. Los cerdos infectados eliminan el agente causal, Lawsonia intracellularis, en las heces. La eliminación comienza a los 7 días postinfección (d.p.i.) y dura normalmente hasta los 30-35 d.p.i., pero algunos cerdos pueden ser eliminadores intermitentes hasta 12 semanas postinfección.

Por otra parte, la cantidad de bacterias eliminada en las heces es muy alta, pudiendo alcanzar hasta 108 bacterias por gramo de heces. La dosis infectante para un cerdo es de 107 bacterias y, por tanto, las heces de un solo cerdo eliminador son suficientes para infectar a un gran número de cerdos receptivos.

Las eliminación de Lawsonia intracellularis en las heces de los distintos tipos de cerdos en cada granja varían con el sistema de producción y con las condiciones de higiene, alojamiento y manejo. Este agente es sensible a muchos de los antibióticos que se emplean habitualmente en la producción porcina para tratar problemas infecciosos, como las tetraciclinas, los macrólidos, las lincosamidas y las pleuromutilinas. El uso de alguno de estos productos en una u otra fase de la producción no garantiza la ausencia de eliminación, pero puede modificar sustancialmente la epidemiología de la infección en la granja.

Dado que prácticamente todas las granjas son positivas, la mayoría de los lechones reciben en el calostro y en la leche anticuerpos maternos, que van degradándose posteriormente hasta que su título es indetectable casi siempre hacia el final de la transición o al comienzo del cebo, es decir, entre las 8 y las 12 semanas de edad. Si no hay ningún tratamiento antibiótico, la infección se transmite de unos lechones en este momento, ya que son suficientes unos pocos lechones eliminadores para infectar a todos los que están alojados con ellos, y la seroconversión se produce habitualmente entre el comienzo y la mitad de la fase de cebo. Los tratamientos antibióticos dirigidos específicamente contra la EPP o bien los tratamientos contra otras enfermedades, pero en los que se empleen principios activos eficaces contra Lawsonia intracellularis pueden modificar sustancialmente el momento en el que se produce la seroconversión en una granja concreta.

En el trabajo realizado en nuestro laboratorio citado anteriormente, se analizaron mediante PCR muestras de heces de cerdos de todos los estratos de edad en una granja convencional de ciclo completo con infección enzoótica. Los resultados se indican en la tabla 1. La PCR detecta ADN bacteriano y esta detección no es exactamente equivalente a la de de bacterias viables con capacidad infectante, no obstante hay una correlación positiva muy alta entre ambas.

Tabla 1: Detección mediante PCR de la positividad a Lawsonia intracellularis de heces de cerdos de todos los estratos de edad en una granja convencional.

Muestras totales PCR + % positivas
CERDAS REPRODUCTORAS
Gestantes 42 5 11,9
Lactantes 38 3 7,9
LECHONES
Lactantes 40 0 0
Recién destetados 15 0 0
Transición (4-11 semanas) 75 0 0
PRECEBO (12-17 SEMANAS) 75 26 34,7
CEBO (18-23 SEMANAS) 120 5 4,2


En esta granja se detectó positividad en cerca del 12 % de las cerdas gestantes y en cerca del 8 % de las cerdas lactantes, lo que quiere decir que la enfermedad circula incluso entre cerdos reproductores adultos que, aunque hayan tenido antes un contacto previo con la bacteria, no han desarrollado inmunidad suficiente de modo que continúan siendo receptivos. La eliminación por parte de algunas cerdas lactantes permitiría que se infectaran los lechones en los primeros días de vida. Aunque en este estudio no se detectó positividad en las heces de ninguno de los 40 lechones lactantes estudiados, se sabe que existe transmisión a estos lechones ya que es una de las enfermedades que no se eliminan mediante los sistemas de destete precoz y producción en puntos múltiples.

La edad a la que los lechones son receptivos depende en cada granja del estado inmunitario de las madres, que transmiten anticuerpos a sus lechones a través del calostro y de la leche. Como ya hemos indicado, en la mayor parte de las granjas casos se detecta el menor porcentaje de lechones con anticuerpos maternos al final de la fase de transición y más tarde se detecta seroconversión debida a la inmunidad activa causada por la infección en un momento u otro del cebo dependiendo de las características de las granjas y de las medicaciones empleadas.

En la granja citada, como puede comprobarse en la figura 1, se detectó un pico de eliminación a las 17 semanas. A esta edad fueron positivas por PCR las heces de los 10 lechones analizados (100 %). El pico de eliminación fue seguido de una seroconversión detectable en la población porque se alcanzó un máximo de cerdos con anticuerpos entre las 18 semanas, con un 88 % de positivos (22 de 25 cerdos) y las 21 semanas con un 90 % de positivos (9 de 10 cerdos). El seroperfil de esta granja se realizó mediante inmunofluorescencia indirecta. La disponibilidad actual de una técnica ELISA de bloqueo mediante anticuerpos monoclonales permite realizar seroperfiles más exactos que ayudan a establecer programas de control más eficaces mediante un conocimiento particular de la epidemiología de la enteropatía proliferativa en cada granja.

Figura 1.- Comparación de los resultados de PCR en heces e IFI en sangre en cerdos de una granja con infección enzoótica.

Resistencia en el ambiente

Los datos existentes sobre la resistencia de Lawsonia intracellularis en las heces son muy escasos. En un estudio realizado en Australia se confirmó que esta bacteria puede mantenerse con capacidad infectante en las heces un mínimo de dos semanas a temperaturas de 5°C a 15°C.

Estos datos experimentales confirman una capacidad de resistencia en el medio elevada que, unida a un período de eliminación largo en las heces de los cerdos infectados y a una tasa de eliminación elevada, explican el hecho conocido de que, una vez que se infecta una granja, la infección se haga enzoótica. Actualmente se considera una enfermedad muy difícil o imposible de erradicar.

Forma de transmisión

La EPP se transmite exclusivamente de forma horizontal, mediante las heces contaminadas eliminadas por los animales infectados. La transmisión directa se produce por contacto de cerdos receptivos con cerdos eliminadores y la forma más fácil de infectarse una granja libre es mediante la introducción de estos cerdos portadores que, en muchos casos, no manifiestan ningún signo clínico. Incluso cuando se intenta repoblar una granja nueva, es muy difícil encontrar empresas de genética que garanticen que sus reproductores están libres de EPP.

Puede haber transmisión indirecta a través de fomites. La ropa, el calzado y los utensilios pueden vehicular la infección de unos cerdos a otros o de unas naves a otras con facilidad en las granjas infectadas. Las granjas libres que no cuenten con suficientes medidas de bioseguridad también pueden infectarse a través de heces contaminadas transportadas por vehículos o visitantes.

La elevada eliminación, en duración y en cantidad, y la resistencia de la bacteria en las heces hacen que, una vez infectada una granja, la EPP se transforme en una infección enzoótica. Actualmente se considera una enfermedad muy difícil o imposible de erradicar.

No hay transmisión vertical en sentido estricto. No obstante, sí está demostrada la presencia de Lawsonia intracellularis en las heces de cerdas reproductoras en lactación que son una fuente de contagio para los lechones lactantes, ya que se ha detectado la presencia de la bacteria en heces de lechones de 10 días de edad. La infección en lechones lactantes cursa de forma subclínica.

Se cree que el papel de otros hospedadores, principalmente ratas y ratones, en la epidemiología de la EPP es limitado y que la transmisión de la infección a través de estos roedores entre granjas próximas es poco probable, pero estos datos no se conocen con exactitud.

Prevalencia en la granja

En las granjas la infección se mantiene principalmente entre los lechones del final de la transición y comienzo del cebo. En un estudio realizado en Dinamarca se detectó la prevalencia más elevada en los lechones entre 10 y 24 días después del destete, con casi un 23 % de muestras de heces positivas. En cerdos de crecimiento y cebo, la prevalencia fue de casi un 13 %, mientras que la prevalencia más baja se encontró en los reproductores, entre un 0 % y un 3,4 % de muestras positivas.

En el estudio realizado por nosotros en una granja con infección enzoótica, el porcentaje más alto de eliminadores se halló en el precebo. Fueron positivas las heces de 25 de 75 lechones (33,3 %) de 12 a 17 semanas de vida.