Abstracts - Nutrición

La suplementación de la dieta con aceite aumentó la ingestión de pienso, mejoró el contenido graso de la leche, aumentó el peso de los lechones al destete y redujo el intervalo destete-celo.

La incorporación de magnesio al agua de bebida dos días antes del sacrificio mejoró el color de la carne y redujo las pérdidas por oreo durante la semana siguiente al sacrificio.

La irradiación de algunos ingredientes antes de incorporarlos a los piensos mejora el rendimiento productivo de los lechones que los consumen.

Una sola aplicación de feromona materna al destete mejoró el rendimiento productivo y el comportamiento social de lechones recién destetados.

El tipo de ácidos grasos que se administran en la ración modifican las concentraciones de prostaglandinas pero en este trabajo no se establece una relación directa con los resultados reproductivos.

Existe una clara relación entre el tipo de ración y el almacén de glucógeno muscular pero las diferencias desaparecen antes de una hora post-sacrificio.

La restricción en la ingestión de lisina aumenta los niveles de hormona del crecimiento y reduce los de insulina y IGF-1, además de perjudicar la ovulación.

Los resultados indican que el producto no se mostró efectivo a nivel productivo aunque modificó algunos indicadores neuronales e inmunitarios.

El tamaño de camada puede condicionar la ingestión y movilización de reservas, el intervalo destete cubrición e incluso el tamaño de camada del siguiente ciclo.

Los resultados indican que el nivel práctico de lisina recomendado para cerdos entre 12 y 25 kg depende del criterio productivo utilizado para medir la respuesta.

En condiciones tropicales, la capacidad del cerdo para compensar la ingestión de energía a través del pastoreo resulta más bien escasa.

Las necesidades de niacina recomendadas por el NRC 1998 son insuficientes para optimizar los rendimientos productivos o parámetros referidos a la calidad de la carne.

Los datos indican que la inclusión de levaduras no mejoró los resultados productivos obtenidos con la dieta no suplementada.

La reducción del tamaño de partícula de la soja mejoró la digestibilidad ileal de algunos aminoácidos esenciales pero no afectó la digestibilidad de la energía.

Los cerdos sometidos a restricción proteica crecieron más eficientemente durante la fase de realimentación, en especial con las dietas más altas en proteína.

En este experimento el bebedero de cazoleta con válvula de rellenado determinó un menor gasto de agua que el “chupete”, sin modificar los rendimientos productivos globales.

La harina integral de canola incorporada a un 10% redujo los rendimientos productivos y afectó la función tiroidea de lechones recién destetados.

La mezcla de proteína de guisantes y anticuerpos procedentes de harina de huevos resultó efectiva para prevenir los efectos de una infección experimental con E.coli K88.

La suplementación de las cerdas con L-carnitina mejoró el peso vivo de los lechones tanto al nacimiento como al destete y fue independiente del número de ciclo de la cerda.

La calidad de la harina de algodón depende tanto del origen como del tratamiento empleado para extraer el aceite.

La variación en consumo individual y desperdicio de agua por los cerdos de engorde conduce a variaciones importantes en las medicaciones administradas con el agua de bebida.

Tanto el propio destete como la edad del animal tienen un efecto marcado sobre la población microbiana del tracto digestivo.

Los resultados sugieren que reducir el nivel de proteína manteniendo el aporte de proteína ideal con aminoácidos sintéticos puede afectar negativamente los rendimientos.

Los dos factores bajo estudio no provocaron variaciones del comportamiento alimentario pero al reducir el espacio de corral se redujo la grasa dorsal.