Durante la primavera se cosechará la cebada, trigo y centeno, y en otoño el maíz y sorgo. Estas épocas de cosecha se generan muchas expectativas en las fábricas de pienso en cuanto a su disponibilidad y precio, que justifican el interés para su alta inclusión en las fórmulas. Sin embargo, hay que tener ciertas precauciones en su uso inmediato ya que pueden surgir problemas en el pienso y los animales.
Calidad de los cereales y del pienso en cosecha
Los principales problemas pueden deberse a un exceso de humedad, fermentaciones, crecimiento microbiano y presencia de micotoxinas.
Los cereales de cosecha en primavera pueden llegar con humedades superiores al 14%, que junto a días con altas temperaturas y humedades ambientales, suponen un problema de conservación por fermentación y calentamiento de los mismos. En tales casos habría que utilizarlos inmediatamente (preferiblemente en piensos granulados) o secarlos en almacenes horizontales con volteos periódicos.
En el caso del maíz y sorgo, las humedades del grano en el momento de la cosecha son muy elevadas y requieren un proceso de secado hasta niveles inferiores al 14%, que deberán exigirse. Durante la cosecha también existe la posibilidad de incorporar granos húmedos directamente a piensos granulados con un acondicionamiento térmico alto en vapor (p.e. expander), lo cual supone un ahorro del coste del secado.
El remanente de cereales entrados durante la cosecha y almacenados para su utilización durante el año deberán conservarse en condiciones de humedad (10-12%) y temperatura (<15ºC) adecuadas.
Para controlar el crecimiento microbiano habrá que aumentar las dosis de antifúngico y microbicidas en la recepción de los cereales y en los piensos. Según las condiciones agronómicas del cultivo, puede haberse producido el crecimiento de micotoxinas:
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Si la fábrica de pienso entra los cereales directamente de la cosecha, habrá que tener en consideración aspectos tales como:
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Es importante analizar las primeras partidas de cereales para intentar establecer los valores nutricionales de la nueva campaña y realizar los cambios que se crean necesarios en la matriz de formulación. Los parámetros de mayor interés son humedad, almidón, proteína y fibra.
Durante el almacenamiento post-cosecha habrá pérdida de humedad y una maduración del grano, con una disminución del contenido en PNA solubles, FAD y almidón y un aumento de los azúcares libres, lo que sugiriere que las distintas gliconasas de la semilla degradan los polisacáridos complejos (PNA y almidón) en azúcares más pequeños (azúcares libres). Esta maduración supone un ligero incremento de su valor energético.
El mayor contenido en PNA indigestible después de la cosecha, de importancia en cebada, trigo y centeno, puede hacer recomendable el uso de enzimas exógenas durante estos periodos.
Efectos sobre los animales del uso de cereales de cosecha
Los cereales son materias primas que contienen pocos factores antinutricionales, sin embargo, sobretodo en la cebada, se han descrito problemas alérgicos y de heces blandas al usarla justo tras la cosecha. Estos pueden ser debidos a la presencia de determinadas proteínas, enzimas o PNA, los cuales se inactivarán durante la maduración del grano.
Para evitar estos problemas seria recomendable almacenar al menos durante un mes los cereales de nueva cosecha y empezar su uso mezclándolos con cereales de la campaña anterior, lo cual puede suponer un problema de capacidad de estocage y diferencial de precio.
Conclusiones
En el caso español, la cosecha de primavera genera grandes expectativas y puede considerarse el inicio del año para la fabricación de piensos, siendo la cebada el cereal de mayor importancia. Esta nueva situación plantea consideraciones tales como:
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Así lo ve Imasde