Artículo
Long-distance airborne transport of infectious PRRSV and Mycoplasma hyopneumoniae from a swine population infected with multiple viral variants. Otake S, Dee S,Corzo C, Oliveira S, Deen J. Veterinary Microbiology 145 (2010) 198–208
Resumen del artículo
¿Qué se estudia?
Este estudio se diseñó para simular las condiciones de campo en una infección mixta de variantes heterólogas de PRRSv con Mycoplasma hyopneumoniae.
El objetivo era evaluar el transporte aéreo a larga distancia de dichos agentes en un radio de 4,7 km y evaluar su viabilidad en muestras de aire recogidas a larga distancia.
¿Cómo se estudia?
Se utilizó una granja ventilada mecánicamente con 252 cerdos de engorde a los que se inoculó experimentalmente con M hyo y PRRSv que se sirvió como fuente de bioaerosoles de PRRSv y M hyo durante 21 días tras la inoculación.
Para determinar la transmisión aerógena de PRRSv y M hyo, se seleccionó un área de 166 km2 con 31 puntos de recogida de muestras alrededor de la granja experimental. No había otras explotaciones porcinas en 16 km ni otras fuentes de contaminación, como podrían ser el abonado de campos con purines o el transporte de cerdos durante el periodo de toma de muestras.
Las muestras de aire se recogían diariamente desde varios de los puntos, dependiendo de la dirección del viento. Además, se tomaba una muestra única durante 30 minutos de la población origen con el mismo recolector ciclónico situándolo a 1 m de uno de los extractores de la granja.
Se realizaron análisis PCR de cada muestra y, cuando el resultado era positivo a PRRSv o M hyo, se llevaba a cabo un bioensayo para confirmar su infectividad. Para ello, en los casos de PRRSv se utilizaba una inyección intramuscular y, en los de M hyo, una inyección intratraqueal.
¿Cuáles son los resultados?
Durante los 21 días del periodo de estudio se tomaron 114 muestras de aire a larga distancia y 21 de uno de los extractores de aire de la granja (135 muestras en total). Las muestras de corta distancia fueron todas positivas a PRRSv (21 de 21, 100%), mientras que 8 (38%) fueron positivas a M hyo.
De las 114 muestras recogidas a larga distancia 5 (4,4%) fueron positivas a PRRSv por PCR. Las muestras positivas se tomaron a 2,3, 4,6, 6,6 y 9,1 km de la granja origen. El análisis filogenético indicó un nivel de homología alto (>99,2%) con la cepa origen.
Por otro lado, 6 (5,3%) fueron positivos a M hyo por PCR. Estas muestras se habían tomado a 3,5, 4,6, 5,2, 6,8, 9,1 y 9,2 km y tenían un nivel de homología alto (99,9%) con el M.hyo origen.
El bioensayo confirmó que las muestras recuperadas de PRRSv y de M hyo eran viables.
¿Qué conclusiones se extraen de este trabajo?
Estos resultados demuestran que el transporte a larga distancia de PRRSv y de M hyo puede alcanzar los 9,2km.
Hubo una gran diferencia en la concentración de PRRSv infeccioso recuperado de la población origen (aproximadamente 4 logs) y la cantidad encontrada en las muestras de larga distancia (aproximadamente 1-2 logs).
Los resultados habrían sido diferentes en zonas con una topografía distinta, por ejemplo, bosques densos o terrenos elevados.
La visión desde el campo por Enric Marco Hace muchos años que sabemos que M hyo puede viajar por aire a largas distancias. Se decía que viajaba hasta 3 km cuando las condiciones eran idóneas: tiempo frío, viento suave, alta humedad y terreno llano. Esta información se conocía en base a estudios epidemiológicos y se confirma en el presente trabajo presentando evidencias de que la transmisión puede ser incluso a distancias superiores hasta algo más de 9 km. En el caso del PRRS las cosas no han estado siempre tan claras, de hecho el propio Scott Dee (uno de los autores del trabajo) durante mucho tiempo defendió la dificultad que presentaba el virus a transmitirse por vía aerógena, sin embargo hoy es aceptado que el virus PRRS se transmite por aire (algunas cepas más que otras) pero nadie pensaba que a tan largas distancias (9,1km) el virus todavía fuese infectante. En el artículo se discute si la infección mixta que se establece en la población infectante pudiera tener un efecto exacerbante de la infección y por lo tanto facilitara la transmisión aerógena, pero en cualquier caso queda bien claro que la transmisión vía aerógena de ambos patógenos es una posibilidad real a valorar cuando queremos proteger una explotación de una infección. Teniendo en cuenta los resultados del trabajo está claro que en caso de explotaciones de nueva creación la elección de la localización va a ser uno de los puntos críticos a la hora de mantener la granja libre de infecciones por un período de tiempo largo. Evidentemente la explotación debería estar alejada de otras explotaciones de porcino. En el caso de localizarla en terrenos planos (como es el caso del artículo), la distancia a las explotaciones vecinas debería ser de más 10 km. No obstante de poder elegir terreno sería preferible optar por terrenos con orografía cambiante y a poder ser con presencia de árboles que limitaran la transmisión de ambos patógenos. En el artículo se presentan las concentraciones a las que se encuentra el virus en las distintas muestras y se observa una reducción de su concentración conforme la distancia aumenta. Cuantos más obstáculos encuentre el virus en el trayecto menor será la distancia a la que puede transmitirse. En países como Brasil la protección de las granjas de nueva creación se hace circundándolas de un cinturón de unos 100 m de arboleda (eucaliptos) precisamente con esta finalidad. Pero, ¿qué podemos hacer en aquellas granjas que no poseen una localización ideal?. Las medidas que se han adoptado en USA han sido la colocación de filtros que eviten la introducción de patógenos en la granja. Los filtros implican una inversión costosa, sólo se pueden instalar en aquellas explotaciones con ventilación forzada y no son una garantía total. Los filtros reducen la probabilidad de infección, pero no la llevan a cero. Otra medida que, en base a los resultados del trabajo que estamos comentando, permitiría reducir el riesgo de transmisión aerógena es circundar las explotaciones con una valla de setos altos. Esta medida es común en algunas zonas de Europa, mientras que ni se contempla en otras. Si todas las explotaciones de una zona tuviesen un seto perimetral que las rodeara (evidentemente de cierta altura) no sólo se dificultaría la salida de patógenos de las granjas infectada, sino que se reduciría también el riesgo introducción de patógenos. La combinación de ambos efectos resultaría en una reducción real de la frecuencia de brotes. Este tipo de medidas deberían contemplarse en aquellas zonas que han iniciado planes regionales de control pues podrían tener un impacto real con una inversión relativa. En aquellos casos en que la plantación de un seto perimetral no sea posible quizás la colocación de una valla perimetral que rompa el flujo laminar del aire también ayudaría. |