El circovirus porcino tipo 2 (PCV2), el causante de las enfermedades asociadas a PCV2 (PCVAD), está ampliamente distribuido por las granjas de porcino de todo el mundo.
Se cree que la infección tiene lugar a las 10-15 semanas de edad, momento en que ocurre la viremia, y prácticamente todos los cerdos de cebo están infectados por PCV2. La vacunación alrededor del destete es efectiva para prevenir las PCVAD y para reducir el nivel de viremia pero no elimina la infección. El hecho de que la vacunación no elimine la infección y que los cerdos de cebo estén infectados por PCV2 sugiere que las cerdas puedan estar infectadas y transmitan el PCV2 a los lechones en el útero o después del parto.
Realizamos un estudio en granjas de cerdas de Estados Unidos para evaluar la exposición a PCV2, la dinámica de transmisión y el impacto inmunológico en el momento del parto. Se determinaron los estados virológico e inmunológico de las cerdas, de los lechones antes de mamar y en el ambiente de las salas de partos.
Resultados
El PCV2 estaba presente en las cerdas de las 6 granjas analizadas y un 73% de las cerdas presentaban viremia. Los niveles de viremia eran muy variables entre cerdas y entre granjas y no se vieron influidos por el orden de parto o la vacunación. Incluso en cerdas negativas a PCR en suero, se encontró PCV2 en fluidos orales, calostro o heces. En total, 58 de las 59 cerdas muestreadas fueron positivas en una o más de las muestras analizadas (figura 1).
Figura 1. Porcentaje de animales positivos a DNA de PCV2
Todas las cerdas, independientemente de su estatus de viremia, tenían elevados niveles de IgG específicas para PCV2, hallándose niveles elevados de anticuerpos anti-cápside en todas las cerdas de las granjas vacunadas. Sin embargo, la viremia y los niveles de anticuerpos en suero no estaban correlacionados en cada cerda. Los niveles de IgG específicas para PCV2 en calostro eran elevados, especialmente en cerdas vacunadas, y estaban correlacionados con los niveles de anticuerpos en suero. También se observaron anticuerpos anti-PCV2 en fluidos orales pero en menor cantidad (figura 2).
Figura 2. Niveles de anticuerpos IgG específicos para PCV2 medidos mediante ELISA en suero y calostro de cerdas. Las muestras de suero se diluyeron a 1:50 y las de calostro a 1:5000.
Un 63% de las muestras de suero que se tomaron de 281 lechones antes de mamar fueron positivas a PCV2, indicando una amplia infección en el útero. Los lechones procedentes de cerdas no virémicas normalmente tenían niveles bajos o indetectables de viremia mientras que los lechones procedentes de cerdas virémicas presentaban mucha variedad en su nivel de DNA vírico, lo que sugiere una menor probabilidad de transmisión uterina del virus. Es interesante notar que los swabs de piel axilar tomados de los lechones antes de mamar eran marcadamente positivos, con niveles de PCV2 que correlacionaban con los niveles víricos en el suero y fluidos uterinos de las cerdas, datos que confirman que los lechones están expuestos y se infectan con PCV2 en el útero o en el momento del parto (figura 1).
La amplia excreción procedente de zonas secretoras y excretoras de la cerda sugiere que el ambiente de cría del lechón está fuertemente contaminado con PCV2. Como era de esperar, el DNA de PCV2 se detectó en el ambiente de cría del lechón fuera cual fuera el estado vacunal de la cedas. Niveles elevados de DNA de PCV2 fueron fácilmente detectados con o sin limpieza a alta presión y disminuyeron pero no se eliminaron después de la desinfección. Se cultivó PCV2 vivo a partir de muestras biológicas pero no tuvimos éxito al intentar aislar virus PCV2 de muestras ambientales positivas.
Conclusiones e implicaciones
La infección por PCV2 parece persistir a lo largo de la vida de los cerdos, ya que se encontró virus en cerdas de cualquier número de parto, incluso en presencia de una respuesta robusta de anticuerpos. Los lechones se infectan con facilidad en el útero y están expuestos constantemente al PCV2, que está presente en calostro, leche, secreciones, en la piel de las cerdas y en el ambiente de las maternidades. Los anticuerpos anti-PCV2 están presentes en el calostro y fluidos orales pero no previenen la transmisión a los lechones ni controlan la infección en las cerdas. Por tanto, una gran mayoría de cerdas son positivas a PCV2 y los lechones nacen positivos a PCV2. Es posible que los anticuerpos maternos controlen la infección ya que no hay enfermedad clínica ni en cerdas ni en lechones.
Los hallazgos indican que la infección de los cerdos ocurre en el parto pero la inmunidad maternal contiene la infección virémica en los lechones hasta que ésta decae alrededor de las 10 semanas de edad, momento en que la infección escondida reaparece. El mecanismo por el cual la vacunación previene las PCVAD se desconoce y no deja de sorprender ya que la inmunidad natural no es efectiva. El hecho de saber que la infección ocurre muy pronto es importante para el desarrollo de modelos de inmunidad experimental que normalmente asumen que la vacunación precede a la infección. Según parece, en el caso de PCV2, aplicamos las vacunas a animales ya infectados.