Introducción
Las limitaciones en el uso de antibióticos, sobre todo en la fase del destete y la transición, permite descubrir las realidades patológicas presentes en ciertas explotaciones de ibérico ancladas en manejos e infraestructuras poco evolucionadas en las que la bioseguridad deja mucho que desear y que están orientadas a un tipo de producción semiextensiva.
Explotación, datos, sistema de manejo y bioseguridad
La granja es una explotación semiextensiva de ciclo cerrado de 150 reproductoras ibéricas puras y machos Duroc con un sistema de cubrición mediante monta natural, frecuente en este tipo de explotaciones.
Los corrales, tanto de transición como de cebo, son de tierra en casi el 100% de su extensión. En épocas frías se añade paja de cereal como abrigo en las zonas cubiertas. El sistema de producción de las cochinas es en salas de partos. Los destetes se llevan a cabo en salas de destete. No existe un control estricto de los roedores ni de los pájaros en la explotación, debido a las infraestructuras de este sistema de producción.
No se lleva a cabo ningún tipo de control de la calidad del agua de bebida de los animales. Hay contacto entre los corrales de reproductores, salas de partos y el destete. La limpieza se realiza con agua fría.
Una vez que los animales han cumplido aproximadamente los 60 días de edad se trasladan desde las salas de destete a las primeras naves de cebo, o naves de transición. La explotación es positiva a PRRS.
Existe un problema añadido en esta explotación y es la coexistencia de infección clínica diagnosticada de Brachyspira hyodysenteriae y Lawsonia intracellularis lo cual provoca unos problemas en cebo bastante considerables. En algunas ocasiones se ha podido comprobar la existencia de algunos serotipos de App en la explotación debido a los signos en las necropsias, aunque se considera un trastorno crónico en la misma, en la que la autoinmunidad de los porcinos desempeña un papel importante en la no aparición de casos de elevada mortalidad.
El programa vacunal que se lleva a cabo en la explotación en los reproductores incluye la vacunación frente a PRRS, parvovirus porcino y Aujeszky.
Con respecto al cebo de la explotación, se lleva a cabo un programa vacunal para la prevención del Circovirus porcino, Mycoplasma, mal rojo y Aujeszky.
La edad de los animales al destete es de 25 a 30 días, aproximadamente.
La mortalidad de los animales destetados desde las cuatro semanas hasta el inicio de la fase de crecimiento a los 25 kilos es alrededor del 4% como media, antes del inicio del problema que detallamos a continuación.
Hasta el inicio de la aparición de las señales del trastorno, la granja presentaba problemas respiratorios provocados por Pasteurella spp, Mycoplasma spp y App anteriormente mencionado.
El pienso starter de los lechones destetados antes de junio de 2018 estaba medicado con óxido de zinc y colistina.
Aparición de los primeros signos clínicos
En junio del año 2018 aparecieron los primeros síntomas de la enfermedad cuando la fábrica que proveía de pienso de primeras edades a la explotación retiró los antibióticos. Estas medicaciones constaban de colistina y de óxido de zinc en cantidades de prevención.
Empezaron a aparecer diarreas con muertes súbitas que llegaron al 17% y que eran controladas con medicación en el agua debido a que eran enterotoxemias generadas por E. coli enterotoxigénico (figura 0 y figura 1).
Una vez que controlamos este tipo de patologías vimos que las bajas continuaban.
En un primer momento hubo la posibilidad de confusión del trastorno con un problema temprano de ileítis. Se usó tiamulina en el agua y pudimos corregir ciertas diarreas y bajas pero el problema continuaba. Se planteó dicha posibilidad porque en algunas necropsias se podían encontrar signos de una enteritis proliferativa provocada por Lawsonia intracellularis, ya que las tiflocolitis fibrinosas y catarrales de algunos animales eran muy llamativas (figura 2A, figura 2B).
Aparte de esta enteritis fibrinosa, como la de la figura 2ª, que empezamos a vislumbrar en otras necropsias, los signos más destacados fueron la coloración roja de la piel de los animales muertos, la misma coloración de la piel de los animales enfermos en el estadio final de su enfermedad (figura 3A), la hepatomegalia (figura 3B) y la esplenomegalia (figura 3C) muy marcadas.
En un primer momento también pudimos inclinarnos por un trastorno temprano de mal rojo, muy frecuente en este tipo de granjas de cerdo ibérico en semitextensivo pero fue descartado mediante cultivos microbiológicos de muestras de bazo, hígado y pulmón.
A mediados de septiembre en una muestra de pulmón en la que se solicitaron dichos cultivos microbiológicos se aisló Salmonella choleraesuis, uno de los serotipos menos frecuentes encontrados en el ganado porcino según los estudios relacionados.
Posteriormente a este aislamiento pudimos cerciorarnos de los síntomas que provocaban las septicemias desarrolladas en estos cerdos y provocadas por el único agente aislado hasta ese momento.
Los animales afectados incluían desde ejemplares de 50 días de vida, animales que se encontraban en la sala de destete (figura 4), hasta animales con una edad de 14 semanas (la edad máxima en la que se observó afectación).
Los síntomas principales que se podían ver en los animales eran diarrea amarillo-verdosa (figura 5) e incluso sanguinolenta, incoordinación de movimientos, problemas claros respiratorios, fiebre alta y deshidratación.
Este grupo de síntomas comenzaban en los animales afectados por diarreas profusas y continuaban con fiebres altas, problemas respiratorios y/o nerviosos para finalmente terminar en la postración de los animales y su muerte.
En muchas de las necropsias se podía ver una diarrea color yema de huevo que, a partir de entonces, fue característica en algunos cadáveres y animales eutanasiados.
Se podían observar también edema de la pared de la vesícula biliar (figura 6) de los animales afectados, aparte de tiflocolitis fibrinosa o hemorrágica y de las sufusiones en el parénquima renal (figura 7).
Independientemente de todos estos hallazgos pudimos percatarnos de la coexistencia en bastantes animales de la infección por Salmonella choleraesuis y Lawsonia intracellularis en animales en transición (figura 8) y animales afectados por Salmonella y Brachispyra hyodisenteria en animales de más edad (figura 9).
Como hemos podido comprobar en estudios llevados a cabo al respecto, coexiste una frecuencia alta en la aparición de casos de salmonelosis y de ileodisentería.
También hemos verificado que altas concentraciones de contenido proteico en las dietas de los animales pueden favorecer en algunos casos la aparición de problemas de salmonelosis en las granjas porcinas.
Control y tratamientos instaurados
Con el fin de controlar la epidemiología de la enfermedad en primera instancia se usaron antibióticos en el agua, tales como la neomicina, cuyo resultado fue aceptable. La situación de los animales también mejoró con la disminución de la concentración de la proteína en el pienso. La suma de estas dos medidas redujo la mortalidad del 17 al 13%.
La solución completa llegó con el aislamiento y la creación de una autovacuna de la cepa asilada en la explotación aplicada 15 días antes de la fecha de destete de los animales en una dosis única. Con la aplicación de esta vacuna se redujo la mortalidad hasta el 4%.
Siguen apareciendo puntualmente problemas digestivos debido a las condiciones higiénicas y de manejo de la explotación (figura 10) pero los síntomas septicémicos (gran problema en esta explotación) y su incidencia en las piaras es ahora vestigial.
Se advirtió a los propietarios de la explotación que dicho trastorno, si no se mantenían las medidas de control establecidas, podía volver a descompensarse y provocar de nuevo porcentajes de bajas de hasta un 12% y un 13%.
Para poder llevar a cabo una buena profilaxis al respecto de este trastorno se debe de hacer hincapié en cumplir las medidas de bioseguridad estandarizadas.
Conclusión
En las producciones tradicionales del cerdo ibérico, con la ausencia de las medicaciones en el pienso, florecen cada día con más notable sorpresa para los propietarios de las explotaciones, patologías que existían ya de antes en las mismas y otras que, debido a los cambios que se provocan en la alimentación de los animales, antes no eran tan frecuentes.
Estamos en una nueva época en la que la renovación tanto de enfoques de producción, infraestructuras y manejos de las explotaciones son cruciales para su productividad y eficiencia.
La salmonella es el principal agente zoonótico asociado a las toxiinfecciones relativas a la cadena alimentaria.