En los apartados anteriores de este Especial dedicado a la alimentación líquida del ganado porcino se ha demostrado el interés de esta técnica de alimentación así como alguno de los aspectos más relevantes de su puesta en práctica. Con ello esperamos haber contribuido a aclarar algunas ideas y a eliminar algunas ideas preconcebidas que no ayudan a su implantación en España, en contraste con otros países de la UE.
El número de sistemas computerizados de alimentación líquida que se instalaron en este país en los últimos 5 años casi duplicó los anteriormente existentes. Actualmente hay más de un centenar de sistemas que equipan unas 80 granjas, pero ni siquiera representan el 1 % de la producción. No obstante, a pesar del recelo a las nuevas tecnologías que conllevan estos sistemas y la falta de experiencia en su utilización, lo que se puede decir es que todo granjero que ha optado por este tipo de alimentación lo sigue utilizando y lo prefiere a la hora de ampliar o equipar nuevas granjas, pese al elevado coste de la inversión inicial.
Aunque el mayor número de granjas con alimentación líquida se concentre en la provincia de Lérida las hay por toda la península, tanto en engordes como reproductoras o transición, en cerdo blanco o ibérico. Los objetivos por tipo de producción son claramente diferenciados pero cada granjero ha encontrado algunas ventajas que le proporcionan un alto grado de satisfacción. Para uno será el grado de automatización mientas para otros será la utilización de materias primas alternativas más baratas, la mejora de los resultados productivos, la reducción de la morbilidad y/o mortalidad en transición, la reducción de los problemas respiratorios, el control del nivel de engrasamiento en acabado, la solución a la falta de apetito de las cerdas lactantes en verano y por encima de todos, el abaratamiento del coste de producción.
Perspectivas técnicas
En el apartado técnico y de cara a la producción, las perspectivas a nivel europeo apuntan hacia varias direcciones en función del tipo de producción o del grado de utilización de la alimentación líquida.
En engordes, las innovaciones son menos importantes quizás porque es donde más se utiliza y están más bien relacionadas con las aportaciones de las nuevas tecnologías. También la mejora en el proceso de fermentación de la sopa, el uso de probióticos o la utilización de enzimas presentan perspectivas muy favorables a corto plazo.
En reproductoras, los avances se centran esencialmente en el ajuste de los comederos para una alimentación ad libitum en lactación y en el control de la de condición corporal que optimice la productividad numérica. En gestación, sobre todo si las cerdas se alojan en grupos, los avances se centran en la utilización de piensos con más fibra o materias primas más fibrosas, tipo ensilados o pulpas frescas para mejorar la saciedad de los animales y evitar los comportamientos agresivos y/o estereotipias.
En lechones es donde más perspectivas de innovación existen a raíz de la prohibición del uso de APC en los piensos. Los avances van desde la miniaturización de los sistemas, la forma de propulsión de la sopa, el uso de fermentadores o de dietas fermentadas y/o acidificadas y la incorporación de aditivos tecnológicos en la sopa (probióticos, acidificantes, enzimas, arcillas, etc.). No cabe duda que la alimentación líquida es la forma más adecuada para realizar con éxito la transición del destete al engorde. El problema de su utilización siempre ha sido la adecuación de la cantidad a fabricar permitida por los equipos (demasiado grandes) y las cantidades a distribuir a los lechones al largo del día (demasiado pequeñas). Lo ideal son muchas comidas pequeñas repartidas durante las 24 h simulando la lactancia proporcionada por sus madres. A esto se añadía el problema de los residuos o de la cantidad de alimento sobrante en cada fabricación, el riesgo de desarrollo de fermentaciones indeseables o de proliferación de microflora bacteriana indeseable, la falta de limpieza e higiene del sistema, etc… Con la miniaturización de los equipos, la utilización de aire comprimido en la propulsión de la sopa, la eliminación de los residuos, la utilización de probióticos a base de Lactobacilus, Pedioccocus y/o levaduras muchos de aquellos problemas o más bien preconceptos se han solventado. Además, la imagen de la fermentación, antes muy negativa y de alto riesgo, ha cambiado. Hoy la fermentación del alimento se ve como muy positiva y se perfila mismo como una de las mejores alternativas al uso de los APC. Uno de los muchos aspectos relacionados es la realización de una fermentación láctica que conduzca a la obtención de un pH ácido alrededor del 4-4,2, el cual es necesario para eliminar las bacterias coliformes potencialmente patógenas. Esto se consigue fácilmente recorriendo al uso de cultivos estárter adecuados o de lactobacilos específicos. Las levaduras desarrollan un tipo de fermentación alcohólica que también parece ser favorable en el control de la microflora sin embargo se debe limitar por la misma producción de alcohol y por el desarrollo de sustancias que parecen afectar la palatabilidad de la sopa.
Conclusiones
Aunque la coyuntura no parece favorable a las inversiones hay perspectivas de avance en la tecnología de los sistemas y sobre todo, de mejoras en la renta de los granjeros gracias al uso de la alimentación líquida. En España su difusión es todavía reducida pero un incremento en su utilización podría ayudar a combatir la dependencia del suministro externo de materias primas y la pérdida de la competitividad del sector en los mercados europeo y mundial.