Las primeras 12 / 24 horas de vida de cualquier lechón son las más críticas para su supervivencia. Este periodo es especialmente sensible en los lechones más débiles, que no siempre serán los de menor tamaño. Durante estas primeras horas de vida es fundamental garantizar que todos los lechones puedan tomar calostro de su propia madre. No realizaremos ningún movimiento hasta que no sepamos con seguridad que han sido debidamente encalostrados. A partir de entonces empezaremos a igualar las camadas por número y por tamaño, con 2 premisas:
1. minimizar los movimientos al máximo, y
2. centrar los movimientos en los lechones más débiles.
El objetivo de estos movimientos tempranos es aumentar la supervivencia de los lechones más débiles, facilitándoles que se adjudiquen una buena mama. Una vez garantizado su encalostramiento, y detectada su menor viabilidad, localizaremos estos lechones más débiles y los concentraremos en unas cerdas que denominaremos nodrizas. Estas cerdas deberán tener unas cualidades que previamente habremos seleccionado, entre las que destacaríamos:
- Cerda tranquila
- Mamas igualadas, con los pezones lo más finos posibles.
- Normalmente trabajamos con cerdas de 2º y 3er ciclo.
Normalmente intentamos que las cerdas de primer ciclo no reciban lechones muy pequeños, puesto que buscamos un buen estímulo en todas sus mamas (para que desarrolle el mayor número de mamas funcionales posible durante su vida productiva).
Para realizar las adopciones, retiraremos de cada cerda todos aquellos lechones que decidamos que necesitan una cerda nodriza. En función del número de lechones que tengamos, prepararemos la cantidad de cerdas nodrizas necesarias.
Prepararemos el corral para recibir a los lechones lo mejor posible. Para ello colocaremos una cama de papel o tapiz de partos por toda la cuadra para minimizar las posibles corrientes de aire y asegurarnos que los lechones más débiles no pierdan mucha temperatura si no pueden acceder ni a las mamas ni a la manta de calefacción. Para minimizar las pérdidas añadiremos, encima de la manta, una especie de tapa que nos permitirá conservar mejor la temperatura, haciendo las funciones de nido. Completaremos la preparación aplicando un foco de calor al lado contrario de la manta: de esta forma podemos garantizar mejor la temperatura de los lechones puesto que en las dos zonas tendrán un mayor confort.
Una vez retirados todos los lechones de la nodriza seleccionada (que usaremos para completar cerdas que tengan camadas más cortas), le colocaremos los lechones y nos aseguraremos que la adopción es correcta y que la cerda responde a nuestras expectativas.
El objetivo de tener mayor mimo con estas camadas es poder continuar con la aplicación de calostros naturales o complementos comerciales, e intentar que la competencia entre ellos sea más justa a la hora de buscar un lugar en las mamas.