En los dos artículos anteriores hemos visto los factores que influyen en la presencia de lechones pequeños y de menor viabilidad, en parte debidos a su origen de cerdas primíparas. Tanto el menor peso como la ingesta de menor cantidad de calostro con una menor concentración de IgG’s (Cabrera et al 2012) explican los mayores riesgos en estos lechones. Pero ¿cómo se comportan estos lechones en condiciones comerciales? En PigCHAMP hemos trabajado para cuantificar ese efecto en condiciones comerciales y poder definir su aplicación en la práctica.
En 5 ensayos experimentales se registraron por separado los resultados en transición procedentes de lechones de primíparas y de multíparas. En total se controlaron individualmente 2660 lechones (1740 de multíparas y 920 de primerizas) para estudiar el efecto sobre los rendimientos productivos (crecimiento, conversión y consumo), porcentaje de bajas y porcentaje de animales tratados individualmente. En cada ensayo se compararon los rendimientos de animales provenientes de primíparas y multíparas que compartían el mismo espacio distribuidos al azar en corrales del mismo tamaño. El corral fue la unidad experimental para el consumo de pienso y el índice de conversión.
Rendimientos productivos
Los gráficos 1 a 4 muestran los resultados productivos y sanitarios de los lechones en función de su origen en el periodo de transición.
Gráficos 1 y 2. Ganancia media diaria (GMD) (g/d) y consumo medio diario (CMD) (g/d) en transición en función del origen (primíparas o multíparas)
Gráficos 3 y 4. Índice de conversión (IC) (g/g) y peso vivo (PV) (kg) en transición en función del origen (primíparas o multíparas)
Probabilidad; NS, P>0.10; t, P<0.10; ***, P<0.001
Los animales provenientes de primíparas crecieron menos (un 14 %) principalmente por una menor ingesta de pienso (13 %) y una menor eficiencia en la conversión del pienso (2 %) lo que determinó 2,6 kg de diferencia al final de este periodo (13 %).
Por otra parte los resultados sanitarios fueron consistentes con los anteriores ya que tanto el porcentaje de bajas, como los animales tratados fueron menores de manera significativa en los lechones provenientes de multíparas.
Gráficos 5 y 6. Total de bajas (%), animales tratados (%) y su distribución en transición en función del origen (primíparas o multíparas)
Probabilidad; NS, P>0.10; t, P<0.10; *, P<0.05
Los lechones de primíparas mostraron una mortalidad doble a los de multíparas y una necesidad de tratamientos casi triple, en particular contra la diarrea.
Podemos concluir que los lechones de bajo peso y que además provengan de primíparas van a mostrar siempre peores rendimientos y un riesgo de morir aproximadamente doble que los provenientes de multíparas, además de una necesidad superior (hasta 3 veces) de ser tratados contra alguna patología. Las implicaciones de esta situación son notables, y su control puede enfocarse bajo dos puntos de vista:
- Venta / segregación de los lechones de primíparas. Es recomendable bien si hay un exceso de producción para las necesidades de la granja, o bien si hay problemas patológicos de difícil o costoso control por los medios tradicionales.
- Cría segregada de los lechones de primíparas, lo que facilitará el control de los riesgos que muestran promoviendo, a criterio veterinario, planes sanitarios específicos (vacunaciones o tratamientos medicamentosos) para ellos, con el consiguiente ahorro para la granja. Esta opción es más difícil en granjas pequeñas o familiares pero cierto grado de separación (p.e. corrales dedicados a ellos), aunque no se consiga completamente siempre, facilitará el control de los problemas.
Aunque aún falta mucha investigación aplicada para definir mejor las alternativas de control de estos efectos, considerar este efecto dentro de las rutinas de producción puede ayudar a mejorar la competitividad del sector ya que es lo suficientemente importante como para considerar su aplicación rutinaria.