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Caso clínico: Inadaptados en un destete en líquido

El destete es un punto crítico en la vida del cerdo. Supone un momento de estrés importante que, si no se maneja de forma adecuada, puede conducir a la aparición de diarreas y/o de lechones inadaptados.

En el momento del destete ni el sistema digestivo ni el sistema inmune del lechón están totalmente desarrollados. Por ello, tanto los piensos como el manejo de la alimentación deben adaptarse cuidadosamente a cada situación. El destete con alimentación líquida y sin acceso libre al agua tiene sus peculiaridades, las cuales pueden perjudicar el arranque de los lechones si no se manejan tal como la situación requiere.

Descripción de la explotación

Se trata de una explotación de 2.800 madres de genética Danbred con destete en la misma explotación y con sistema de alimentación líquida en gestación, lactación y destete. La granja está situada en una zona de alta densidad y se amplió en el 2017, de 2.000 a 2.800 reproductoras. En el mismo año, también se cambió la genética del macho finalizador a Pietrain.

La granja funciona con bandas semanales y los lechones se destetan a los 26 días de edad, con un peso aproximado de 6 kg/lechón.

Las cerdas se vacunan frente a E. coli y Clostridium antes del parto, y de parvo, mal rojo y PRRS a los 8-10 días postparto. Los lechones se vacunan frente a Circovirus y Mycoplasma a los 10 días postdeste. La granja es PRRS positiva.

Durante la lactación los lechones tienen acceso a agua y a lactoiniciador. Éste se les suministra en seco en unos platos una vez al día, desde la primera semana de vida y hasta el momento del destete.

Los lechones, una vez destetados, son alojados en un destete con alimentación líquida, en corrales de 44 animales cada uno, pero con una capacidad real de 22 y sin acceso libre al agua. Por tanto, los lechones están doblados en densidad durante las 2 primeras semanas postdeste para facilitar el manejo de la alimentación y evitar limpiar tanto los comederos.

Los animales se destetaban con un prestárter al que se le incorporaba un 10% de pastone (maíz húmedo fermentado). A los 8 días se cambiaba gradualmente a un estárter también con pastone. Los dos piensos iban medicados con óxido de zinc y amoxicilina (tabla 1).

Tabla 1.- Programa de piensos en el destete.

Pienso (%) Pastone (%) Óxido de zinc (ppm) Amoxicilina (ppm) Sulfadiacina/trimetroprim (ppm) Neomicina (ppm)
Lactoiniciador 100 3000 300 100
Prestarter 100 10 3000 300 100
Starter 75 25 1500 500/100

Aparición del caso

En verano, coincidiendo con el nacimiento de los Pietrains, empezaron a aparecer lechones inadaptados en el destete, que no se recuperaban. También había diarrea durante toda la fase. La mortalidad subió hasta el 5% y se redujo el peso a la salida del destete.

Diagnóstico y pruebas analíticas

Los lechones se destetan el primer día con una papilla que se suministra manualmente en los platos y en el comedero corrido. A partir del segundo día empieza a caer la sopa hecha con la máquina de alimentación líquida en el comedero corrido y se sigue con la papilla manual en el plato durante 2 días más. Todo con el mismo prestárter.

Durante la visita a la explotación se constató que el principal problema estaba en el arranque de los animales la primera semana postdestete. Los animales no comían la sopa que les caía al comedero corrido. Sí que comían la papilla de los platos que se mantenía los 3 días post-destete, pero no arrancaban a comer bien en el comedero largo. A partir de ahí, un elevado porcentaje de animales tenían que ser separados por inadaptados (fotos 1 y 2). También aparecía diarrea durante las primeras semanas postdestete, que se iba corrigiendo cuando los animales pasaban al estárter.

El no disponer de agua adicional complicaba la situación, ya que los animales que no comían tampoco bebían y se deshidrataban rápidamente.

Foto 1.- Elevado numero de lechones inadaptados y de bajas.
Foto 1.- Elevado numero de lechones inadaptados y de bajas.
Foto 2.- Había lechones delgados y retrasados.
Foto 2.- Había lechones delgados y retrasados.

Al calcular la cantidad de materia seca (MS) ingerida por lechón durante los primeros 7 días, se observó que era muy baja, 500 g/lechón. Ésta debería ser, como mínimo, de 700 g/lechón para garantizar un buen arranque.

La MS teórica de la sopa según la máquina ya era muy baja para un destete (22% MS) pero en realidad era muy inferior, en algunos casos en entorno al 10%. Ésto pasaba porque, al no comer bien los lechones, se tenían que limpiar los comederos muy a menudo. Esta limpieza se hacía con manguera y en algunas ocasiones quedaban llenos de agua. Al caer la sopa encima del agua, la MS quedaba muy diluida.

Paralelamente se analizó el pastone para descartar la presencia tanto de micotoxinas como de E. coli (tabla 2).

Tabla 2.- Análisis de pastone y pienso.

Resultados Método
Aflatoxina <2 ppb ELISA
Vomitoxina 2.606 ppb ELISA
Fumonisina <300 ppb ELISA
E. coli Negativo Cultivo en placa
Ácido láctico 0,567 % Espectofotometría
Ácido acético 0,12 % Espectofotometría

El pastone salió con unos niveles altos de vomitoxina, así que se decidió prescindir de él y pasar a una mezcla de pienso completo y agua solamente. Aun así, el arranque de los cerdos no mejoraba.

Medidas tomadas

Los lechones tardaban demasiado tiempo en aprender a comer la sopa del comedero. En consecuencia, ni comían ni bebían; y con ello se deshidrataban y morían, o generaban un retraso en crecimiento que ya no recuperaban. Ganar o no peso en la primera semana post-destete marca, en buena medida, la GMD del resto de semanas hasta el sacrificio (Tokach et al., 1992), por lo que es importantísimo asegurar un buen arranque.

En un primer momento se cambió la formulación del prestárter con el objetivo de hacerlo más apetente. Se subió el porcentaje de plasma en un 3% entre otras actuaciones. Además, se decidió destetar los lechones con el mismo lactoiniciador que comían en el paritorio. De esta manera se buscaba que reconocieran tanto el olor como el sabor del pienso y eliminar así un factor de estrés añadido al proceso del destete (fotos 3 y 4). Igualmente se propuso dar el lactoiniciador en papilla durante la última semana en lactación con el objetivo de conseguir un mejor desarrollo del digestivo. Se sabe que el consumo de pienso sólido promueve el desarrollo enzimático (Fraser et al., 1993) y prepara al lechón para una mejor digestión del pienso sólido.

Foto 3.- Los lechones destetados com&iacute;an el lactoiniciador del plato rojo pero no la sopa con el prest&aacute;rter del comedero corrido.
Foto 3.- Los lechones destetados comían el lactoiniciador del plato rojo pero no la sopa con el prestárter del comedero corrido.
Foto 4.- Los lechones rebuscaban constantemente en el plato, lo cual significaba que ten&iacute;an hambre y/o sed.
Foto 4.- Los lechones rebuscaban constantemente en el plato, lo cual significaba que tenían hambre y/o sed.

Aunque con todos los cambios anteriores hubo una cierta mejora, los lechones continuaban sin comer bien la primera semana y las bajas por animales inadaptados continuaban siendo del orden del 4%.

En una segunda visita se revisaron los horarios de las comidas. Los lechones comían a las 9 h una papilla que se servía manualmente, no a través de la máquina, en el comedero corrido con una MS del 33%, y no volvían a comer hasta las 21 h una sopa con prestárter a través de la máquina con una MS del 22% (tabla 3).

Tabla 3.- Porcentajes de pienso y agua de las distintas mezclas en sopa y horas de distribución de las mismas.

Lactoiniciador (manual) Prestárter (automático) Estárter (automático)
Horas distribución sopa 9 h 21 h 9 h-2h-21h
Pienso (kg) 75 57 57
Agua (kg) 150 200 200
MS real de la sopa (%) 33,3 22,2 22,2
MS objetivo de la sopa (%) 28,0 28,0 26

Disponían de agua en un plato rojo pero cabe recordar que los lechones estaban doblados en densidad durante las 2 primeras semanas, por lo que el agua que tenían era limitada.

Los animales pasaban demasiadas horas sin comer ni beber y esto era más grave si cabe por ocurrir en la primera semana post-destete. Sugerimos dar otra pasada de sopa manual al mediodía, con los siguientes objetivos:

  1. Asegurar la MS de la sopa al 33% por ser de suministro manual.
  2. Evitar fallos de la máquina de distribución, (que en algún momento subministrase agua en lugar de pienso o que el reparto entre válvulas no fuera homogéneo).

Además, finalmente se aumentó la MS teórica de la sopa al 24%. Inicialmente había reticencias a hacerlo puesto que los operarios de granja creían que la máquina se atascaría al espesar la sopa. Aunque el objetivo de MS en el destete es de 28%, ésta máquina en concreto tiene el peligro de atascarse cuando se trabaja a estos niveles y es por esto que se optó por el 24% MS, con el compromiso de subirla poco a poco.

Evolución del caso

Después de todos los cambios arriba descritos, los lechones empezaron a arrancar mejor. El número de inadaptados bajó considerablemente y a los 10 días postdestete los lechones se veían mejor (foto 5). También desaparecieron las diarreas en esta fase. Por ser un caso muy reciente, falta confirmar que este buen arranque se traduzca en un buen peso final a la salida del destete, pero todo parece indicar que será así.

Foto 5.- Lechones a los 4 d&iacute;as postdestete.
Foto 5.- Lechones a los 4 días postdestete.

Conclusiones

El manejo de los lechones y de su alimentación durante la primera semana postdestete es determinante para el futuro del animal. Debemos centrar todos nuestros esfuerzos en esta primera semana para intentar que coman y no pierdan peso. Los destetes con alimentación líquida sin acceso libre al agua suponen, de entrada, una complicación adicional para el animal. Una opción es destetar en seco la primera semana e introducir la sopa a partir de la segunda. Pero cuando el ganadero ha hecho la inversión en alimentación líquida, le cuesta aceptar que la primera semana se tengan que destetar en seco. Otra opción sería poner puntos de agua y que los animales tuvieran libre acceso a ella.

El hecho de poder o no destetar en líquido dependerá de muchos factores, entre los más determinantes, la genética del animal, el peso y edad al destete, el pienso y el manejo humano. Pero, en todo caso, nunca debería ser una autoexigencia que pudiera perjudicar el buen comienzo del animal y su futuro productivo.

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