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Impacto del personal en la eficiencia de la producción de lechones

He visto muchos casos en los que los resultados de una granja eran producto de una persona que buscaba la excelencia. Los mejores trabajadores implementarán lo que los enseñamos y, con su trabajo y observaciones, lo llevarán a un nivel superior.

Los cerdos por cerda y año son, ciertamente, uno de los indicadores económicos más importantes a evaluar en una granja, igual que uno de sus componentes principales, los destetados por cerda.

Durante mi vida profesional, he tenido la oportunidad de gestionar diversas granjas de cerdas donde he visto grandes diferencias en destetados por cerda y mortalidad pre-destete, pese a tener líneas genéticas, alimentación o instalaciones prácticamente iguales, demostrando que simplemente algunos productores son mejores que otros (gráfica 1).

Gráfico 1. Mortalidad predestete en distintas granjas de un sistema de producción en 2019.

Gráfico 1. Mortalidad predestete en distintas granjas de un sistema de producción en 2019.

Salvar lechones es un arte. Cuanto más se refine, mediante la observación, corrección de errores y nuevas técnicas, más cerca estaremos de la perfección. Algunos son auténticos artistas, otros necesitan más trabajo.

Personalmente, he aprendido manejo de lechones con expertos de todo el mundo, pero también de los empleados de granja. Los mejores implementarán la ciencia que les enseñemos, sin embargo, su trabajo diario y sus observaciones lo llevarán a un nivel superior. Este artículo recoge cuatro casos en los que el personal de la granja marcó la diferencia en los resultados.

Caso 1: Inducción al parto

Hace muchos años, tras la visita de unos especialistas, sugerí a varios encargados que dejasen de inducir partos. El procedimiento era simple: dejar que la cerda pariera en su momento, evitando el uso de hormonas, excepto en casos problemáticos, y minimizar las intervenciones (asistencia a partos). Lo llamé "Parto natural", para recalcar que había que dejar a la cerda desarrollar el parto siguiendo su ritmo y comportamiento natural. Pocos encargados se arriesgaron a intentarlo, sólo lo hicieron los más aventureros y avanzados. Los resultados fueron sorprendentes.

Estos son los primeros comentarios de los encargados que lo probaron:

  • Partos fluidos, sin asistencia
  • Las cerdas vuelven a comer más rápido tras el parto
  • Reducción del uso de antibióticos y antiinflamatorios
  • Mejor expulsión de las membranas placentarias
  • Menos canibalismo
  • Menos lechones aplastados
  • Cerdas más tranquilas
  • Lechones vigorosos que ingieren el calostro más rápido tras el nacimiento
  • Cerdas con mejor patrón de lactación

En resumen, la visión general se podría describir como "menos trabajo y mejores resultados". Con la ayuda de la tecnología, rápidamente corrió la voz entre las otras granjas y otros encargados empezaron a implementar este método. Luego nos dimos cuenta de que la duración de la gestación era mucho más larga que antes, que varía con el tiempo y entre cruces genéticos. Este cambio en los partos demostró claramente que se inducía a las cerdas demasiado pronto, que esto alteraba su patrón hormonal natural y que tenía consecuencias.

Al mismo tiempo, se dejó de cortar dientes al nacimiento, así como otras intervenciones. La idea era desencadenar el instinto de supervivencia del lechón, lo que les hizo beber más calostro.

Diez años después, el "parto natural" todavía se utiliza y los resultados son mejores que nunca, con un estrés menor para las cerdas y los lechones.

Caso 2: Adopciones de lechones y PRRS

A principios de los 1990s, la adopción de lechones era una técnica muy utilizada. Hasta el 75% de los lechones eran transferidos entre cerdas, clasificados según el peso. Dentro de cada camada, todos los lechones debían tener el mismo tamaño, lo que implicaba mezclar muchas camadas.

La llegada del PRRS y el PCV-2 cambió la producción porcina. Dos grandes investigadores me inspiraron en la investigación para reducir la mortalidad y el impacto del PRRS. Partiendo de la idea de las reglas de Madec y la técnica McREBEL, "sólo adopciones durante las primeras 24 horas de vida", amplié las reglas a: dejar la mayor cantidad posible de lechones con su madre, adopciones sólo entre dos camadas, lechones de primerizas debían ir a otra primeriza y realizar las adopciones sólo después de la ingesta de calostro; no usar cerdas nodrizas, no retrasar lechones de bajo peso, y sacrificar a los atrasados o enfermos. Lo llamé la "técnica de las mínimas adopciones".

De nuevo, los productores más conservadores apenas lo aplicaron al inicio, pero los más avanzados lo hicieron de inmediato. Los resultados fueron asombrosos. De repente se dieron cuenta de que cuando dejaban a los lechones con sus madres, incluso en situaciones de desafíos sanitarios y diferencias de pesos dentro de la camada, el número de destetados aumentaba, así como su calidad y tamaño.

Otra prueba de "menos trabajo y mejores resultados", sólo por creer en el potencial de la cerda para salvar a todos sus lechones, independientemente del número.

Esta técnica se sigue usando mucho en las granjas y ayuda a reducir el impacto de muchas enfermedades bacterianas y virales.

Caso 3: Aptitud del personal y mortalidad predestete

Hace unos años, me pidieron que contratara a un nuevo asesor técnico. El trabajo consistía en supervisar siete granjas de cerdas, por lo que era crítico elegir a la persona correcta. De diez candidaturas, una me llamo la atención, una joven encargada de una granja de 1500 cerdas. No fue especialmente la mejor entrevista, pero me sorprendieron los resultados de su granja. Año tras año, era siempre una de las encargadas con menor mortalidad predestete. Su disposición hacia el trabajo y sus resultados fueron lo que me hicieron elegirla. Es interesante constatar que, en la granja donde trabajaba, la mortalidad predestete aumentó un 2.5% tras su marcha (gráfico 2).

Gráfico 2. Impacto del encargado de la sala de partos sobre la mortalidad predestete.

Gráfico 2. Impacto del encargado de la sala de partos sobre la mortalidad predestete.

A la vista de esto, yo tenía mucha curiosidad por ver qué cualidades diferenciaban a los mejores ganaderos del resto. Ciertas características se repiten constantemente: prestan atención al detalle, tienen buenas dotes de observación y análisis, son calmados, organizados, bien estructurados, trabajan de forma previsora, hacen el trabajo de mayor valor en primer lugar y, finalmente, intervienen rápidamente ante cualquier problema. Como he dicho antes, los productores que destetan un gran número de lechones de calidad son como magos, obtienen el máximo provecho de sus recursos primarios.

Caso 4: Edad y peso al destete

La edad y el peso al destete han variado mucho a lo largo de los años. Pasamos de 21 días a 14-15 en los destetes tempranos y volvimos a los 18-19 a principio de los 2000s.

A mediados de los 2000s, unas investigaciones muy buenas de la Kansas State University, junto con la inspiración del movimiento europeo para mejorar el bienestar animal, sugirieron que la mejor edad al destete para mejorar el retorno a celo eran los 21 días o más.

Como parte de un sistema integrado en Canadá, se decidió remodelar las naves y recuperar la edad mínima al destete de 21 días. Se establecieron nuevos objetivos: 21 días o más al destete y un peso mínimo de 6,2 kg. La mayoría de productores lo alcanzaron y los más ambiciosos lo superaron.

Sin embargo, una trabajadora pudo enorgullecerse de conseguir unos resultados de un nivel superior. Con un número muy similar de jaulas de parto por cerda, destetó, semana tras semana, lechones de 25 días y 8 kg, mientras que la media de las otras granjas era de unos 21 días y 6,5 kg (gráfica 3). Se publicó un informe semanal con todos los pesos al destete de las distintas granjas para que los equipos pudieran compararse.

Gráfico 3. Peso al destete en distintas granjas de un sistema de producción en 2018.

Gráfico 3. Peso al destete en distintas granjas de un sistema de producción en 2018.

Dicha trabajadora siempre estaba la primera de la lista. Cuanto más la valoraba, mejores eran sus resultados, produciendo lechones de alta calidad. Era el tipo de productora que entendía tan bien la lactación, la nutrición de la cerda, y el manejo del lechón, que pudo llegar al máximo.

Conclusión

Finalmente, a lo largo de mi carrera he visto muchos ejemplos en los que los resultado de una granja eran realmente el producto de una persona que buscaba la excelencia. Estas personas son muy necesarias. Su voluntad para mejorar siempre sus resultados y aprender nuevas habilidades arrastra a otros en su búsqueda por ser los mejores. Cuanto más les enseñas, les das información nueva y los empujas, más responden a tus demandas. Siempre ha sido un enorme placer trabajar con estas personas y, a cambio, he aprendido mucho de ellas y mis jornadas laborales han sido mucho más estimulantes.

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