1. Dietas bajas en proteína
-
Por cada punto de reducción de proteína, se reduce un 10% el contenido
de amoniaco en purín hasta un efecto acumulativo medio de un 30%. |
|
-
Además, también resultan en una menor eliminación de compuestos aromáticos
(mercaptanos / SH2) y un menor ensuciamiento de los cerdos.
El resultado es un claro efecto sobre los olores generados en la granja.
|
En este tipo de dietas es importante:
-
Revisar los requerimientos energéticos en formulación para evitar posibles
engrasamientos de la canal ya que el gasto energético asociado al catabolismo
proteico es menor (-0,837 kcal de energía en orina y -1,673 kcal de incremento
térmico por cada gramo de reducción de la proteína ingerida). |
|
-
Asegurar el equilibrio entre los aminoácidos esenciales. Dietas con un
bajo contenido en proteína pueden ser limitantes en valina e isoleucina
dada su falta de disponibilidad comercial. |
2. Acidificación de la orina. En el purín, el ión amonio está en equilibrio con el amoniaco. Una disminución en el pH desplaza el equilibrio hacia el amonio, reduciéndose la formación de amoniaco. Cada disminución de 0,1 puntos de pH puede disminuir la emisión de amoniaco entre un 5 y un 20% (en función de la temperatura). La disminución del pH de la orina se puede conseguir al disminuir el balance electrolítico de la dieta, o a través del uso de sales acidificantes. Es efectiva la sustitución de carbonato cálcico por sulfato cálcico, cloruro cálcico o benzoato cálcico. El efecto más importante es el del benzoato / ácido benzoico, que puede reducir más de un 30% la emisión de amoniaco.
3. Ingredientes fibrosos. Fuentes de fibra fermentable cambian la excreción de N, que de ser eliminado vía orina (urea) pasa a eliminarse vía heces (ligado a proteína microbiana). Este último es menos susceptible de ser descompuesto a amonio que el N en forma de urea. Además, las fuentes de fibra fermentable también producen ácidos grasos volátiles que reducen el pH de las heces. Por cada 100 g de consumo diario de polisacáridos no amiláceos el pH disminuye 0,12 unidades y se reduce la emisión de amoniaco en un 5,1%. Ingredientes como cascarilla de soja, pulpa de remolacha pueden reducir la eliminación de N urinario hasta un 10%. Sin embargo, se debe tener en cuenta su posible efecto negativo sobre la digestibilidad de la dieta.
4. Algunos aditivos pueden influir en la emisión de amoniaco y la producción de olores. El mecanismo de acción puede ser la adsorción o absorción del compuesto (ej. en el caso de yuca, zeolita y sepiolita) o las modificaciones en la flora intestinal por probióticos o prebióticos (Ej. fructooligosacáridos / inulina). La utilización de extractos de yuca se ha mostrado especialmente efectiva (reducción de más de un 25% en la emisión de amoniaco).
La emisión de olores también se puede disminuir a través de la reducción en la ingesta de compuestos con azufre (S) debido al papel del SH2 y los mercaptanos como componentes de la sensación del mal olor.
-
Dietas bajas en proteína reducen la eliminación de productos con S, además
de disminuir la excreción de ácidos grasos volátiles, p-cresol, indol
y escatol. El resultado es la reducción de la sensación de mal olor en
un 40%. |
|
-
Premezclas vitamínico-minerales con bajo contenido de S también reducen
la cantidad de mercaptanos generados. La sustitución de sulfato ferroso
y sulfato de cobre por cloruro férrico y óxido de cobre como fuentes minerales
en el corrector pueden reducir en un 49% la excreción de compuestos orgánicos
volátiles a base de S. |
|
-
Dietas con ingredientes ricos en S (alta concentración de harina de pescado
o de harina de pluma) dan un olor significativamente más desagradable
que dietas altas en fibra o dietas purificadas. |
Algunas de estas estrategias nutricionales pueden representar importantes incrementos en el coste de producción. La viabilidad económica de su implementación se debe analizar en cada caso particular en función del contexto medioambiental de la explotación.
Escribe J. Coma jcoma@vallcompanys.es