Todos los productores de cerdos quieren producir un producto seguro. Sin embargo, la reducción de patógenos supone un coste y, a menos que conlleve una mejora en la salud de los animales o los beneficios, los productores que usan estas técnicas estarán en desventaja. Por lo tanto, si podemos tratar a los cerdos a través del pienso, podremos reducir la diseminación de patógeno sin añadir nuevos manejos a los productores.
Se han propuesto diferentes estrategias dietéticas para reducir las poblaciones intestinales de patógenos alimentarios en los cerdos. En general, pueden agruparse en estrategias patógeno-biocídicas y de competición-eliminación. Las estrategias patógeno-biocídicas intentan matar específicamente a las bacterias patógenas, mientras que las estrategias de competición-eliminación utilizan otras bacterias o poblaciones de levaduras para eliminar a los patógenos al reducir su papel en la ecología intestinal.
Estrategia patógeno-biocídica
Dentro de esta estrategia, en principio, se piensa en el uso de los antibióticos medicamentosos más importantes. Sin embargo, su uso como promotores de crecimiento o profilácticos ha sido prohibido recientemente en la UE. Los tratamientos alternativos incluyen: 1) vacunaciones; 2) proteínas antimicrobianas producidas por las bacterias; y 3) compuestos antimicrobianos alternativos con especificidad para bacterias patógenas.
La mayoría de las vacunas usadas en porcino inhiben a los patógenos que causan morbilidad o mortalidad. Muchas de las cepas de Salmonella patógenas en humanos no causan enfermedad en el cerdo, siendo difícil desarrollar una respuesta inmunológica del hospedador a bacterias no patógenas, aunque sí se han desarrollado diversas vacunas contra las cepas de Salmonella patógenas en cerdos. También, se han desarrollado vacunas contra la enfermedad de los edemas post-destete causada por E. coli. Sin embargo, los ensayos de vacunas contra Salmonella spp. no patógenas en el cerdo y zoonóticas no han sido concluyentes.
Algunas bacterias producen proteínas antimicrobianas que matan a otras bacterias, llamadas las bacteriocinas o colicinas. Estas proteínas pueden utilizarse para controlar a diferentes poblaciones bacterianas del intestino (p.e. Salmonella y E. coli), pero su producción a gran escala para la incorporación al pienso es demasiada costosa. No obstante las técnicas moleculares han permitido abaratar su producción a pequeña escala, por tanto actualmente pueden utilizarse estas proteínas antimicrobianas en ensayos de alimentación. En los estudios preliminares, la diarrea post-destete debida a poblaciones de E. coli y Salmonella se redujo al incluir colinas en los pienso de los lechones.
El clorato de sodio es un producto químico que se aprovecha de la propia naturaleza de E. coli y Salmonella y las mata. Estas bacterias pueden convertir el nitrato a nitrito, pero la enzima responsable no reconoce que el clorato es diferente al nitrato. El clorato se convierte a clorito, que mata a las bacterias. Las bacterias que no convierten el nitrato a nitrito no son afectadas por el clorato. El clorato puede incluirse en el pienso o agua y reduce las poblaciones de Salmonella y E. coli en los cerdos y está actualmente en desarrollo para su lanzamiento comercial.
Estrategias de competición-eliminación
El objetivo de las estrategias de competición-eliminación es ocupar todos los nichos ecológicos del tracto gastrointestinal para mantener fuera a los patógenos. Si los patógenos no pueden conseguir sus alimentos esenciales ni encontrar una localización para vivir en el intestino, entonces no pueden persistir en el animal vivo. Se han propuesto varias estrategias para su uso en cerdos:
1) la introducción de población
microbiana procedente de "cerdos sanos" (exclusión competitiva). 2) suministro de “prebióticos” como nutrientes específicos que permite la expansión de una población microbiana “normal” . 3) la suplementación directa de microorganismos “probióticos” en el pienso para mejorar la salud animal. |
Nuestro laboratorio ha desarrollado un nuevo cultivo para la exclusión competitiva en porcino, actualmente se están realizando ensayos de campo previos a su lanzamiento. Reduce las poblaciones de Salmonella spp. en los cerdos, siendo aun más importante la reducción significativa de las bajas y pérdidas de productividad post-destete, resultando en un aumento de la rentabilidad.
Hasta la fecha, los prebióticos son demasiado caros para su uso rutinario en porcino, y los probióticos se han utilizado con resultados mixtos en la diseminación de patógenos y la productividad, dependiendo del tipo de cultivo utilizado. Además, el uso simultáneo de antibióticos con estrategias de competición-potenciación puede ser antagónico, eliminando las ventajas de estos tratamientos.
Conclusiones
Las estrategias dietéticas pueden reducir a los patógenos alimentarios del cerdo. Muchos de estos métodos se pueden utilizar conjuntamente para reducir sinérgicamente a los patógenos alimentarios. Sin embargo, algunos de ellos pueden ser contraproducentes si se usan en combinación. En un horizonte cercano se presentan muchos métodos nuevos usados a nivel del animal vivo, con el fin de mejorar la seguridad de la carne del cerdo.
Escriben TR Callaway, TS Edrington, KJ Genovese, RB Harvey, RC Anderson y DJ Nisbet callaway@ffsru.tamu.edu